Tony Martin: Scream

Espectacular retorno de una de las voces más injustamente infravaloradas de
la historia del Rock duro, con todos ustedes señoras y señores; Tony Martin.

Seguramente, el nombre de este inglés a muchos les sea desconocido. De bien
seguro, a otros tantos les será familiar por razones ligadas al rencor al que
son expuestos muchos de los grandes “sustitutos” de la historia del Metal.
Si bien el nombre de Tony Martin nunca ha tenido un excesivo tirón, las cosas
cambian cuando nos referimos a la banda que le dio a conocer; BLACK SABBATH.
Es sabido por los fans de la banda pionera del Heavy Metal que las cosas en
el seno de los SABBATH a mediados de los 80’s no eran muy estables. De hecho,
durante poco más de 5 años, BLACK SABBATH experimentó una sucesión de idas
y venidas de músicos que podrían haber desestabilizado por siempre jamás la
estabilidad que se supone que una banda de esas dimensiones ha de tener. Tras
la deserción del señor Glenn Hughes allá por el 86 (para la posteriodad nos
quedará aquel notable “Seventh Star”), dudo mucho que ni siquiera el propio
Toni Iommi supiera quién estaba y quién no estaba en BLACK SABBATH. No fue
hasta la entrada de un, por entonces, desconocido británico de nombre Tony
Martin , que los padres del Heavy Metal levantarían vuelo lanzando consecutivamente
una tripleta de trabajos antológicos y por desgracia, algo desconocidos para
el gran público; “The Eternal Idol”, “Headless Cross” y “Tyr”, 3 joyas de un
calibre gigantesco y una sobervia sin par. Aún así, la gente de Warner Bros.
Consideró oportuno que BLACK SABBATH ficharan a un vocalista de mayor renombre, ¿Ozzy
Osbourne? La opción parecía imposible pues las cosas al viejo Madman por aquella época
le iban de maravilla estando muy por encima de BLACK SABBATH en cuanto a popularidad
se refiere. Así pues, el puesto le fue ofrecido de nuevo a Ronnie James Dio
con quién Iommi y cia editarían otra obra maestra de nombre “Dehumanizer”.
Las cosas entre Dio y Iommi nunca en el pasado habían funcionado bien así que
era de suponer que en esta ocasión sucediese algo similar que provocase la
disolución de tal unión. Mientras tanto, el señor Tony Martin no perdió el
tiempo y su puso manos a la obra para editar un fantástico y pegadizo, aunque
prácticamente anónimo, primer disco en solitario, “Back Where I Belong”, en
1992, contando con la inestimable ayuda de gente tan conocida como Brian May,
Neil Murray, Don Airey o Cozy Powell. Tras ello, a excepción de su vuelta a
BLACK SABBATH para lanzar un notable “Cross Purposes” y un mediocre “Forbidden”,
poca cosa se ha sabido del señor Martin hasta ahora. En todos estos años, Tony
ha participado en algunos proyectos o bandas de escaso reconocimiento como
el M3 de los exWHITESNAKE Bernie Marsden y Micky Moody, THE CAGE junto a los
hermanos Rondinelli, PHENOMENA o THE EMPIRE (También provó como vocalista para
CANDLEMASS, pero siempre nos quedaremos con la duda de saber qué podría haber
dado de sí semejante choque de titanes). 

Llegados al año 2004, Tony Martin recibe una oferta del sello germano MTM
Music para relanzar su carrera en solitario. La idea principal consiste en
editar una trilogía donde se daría cabida a todos los estilos musicales dentro
de los cuales Tony se siente cómodo cantando y componiendo, sin embargo, y
ante la avalancha de cartas y emails que recibe pidiéndole a gritos, nunca
mejor dicho, un disco de Heavy Metal, Tony Martin acepta y se pone manos a
la obra para dar vida a una serie de composiciones de excelente factura que
componen este segundo trabajo en solitario del ex vocalista de BLACK SABBATH.
El sonido de “Scream” es definitivamente Heavy Metal, aunque en algunos momentos
Tony tire de algunos préstamos adquiridos de géneros como el Hard Rock, el
Rock melódico, el rock clásico de los 70’s o incluso el Pop y el Blues. Inevitablemente, “Scream” te
recordará a BLACK SABBATH, sobretodo a su sonido de finales de los 80’s con “Headless
Cross”, “Tyr” y “The Eternal Idol” como claros referentes; Hard/Heavy con un
omnipresente halo de oscuridad, quizá no tan predominante como en las obras
mencionadas de BLACK SABBATH, pero sí presente y fácilmente reconocible. Junto
a esta más que evidente influencia, Tony Martin se deja llevar por sus gustos
y da rienda suelta a su pasión por la saga DEEP PURPLE / RAINBOW, añadiendo
notables texturas y capas de teclados claramente retros.

La formación que ha perpetrado “Scream” se compone del propio Tony ejerciendo
como vocalista, bajista y batería, del hijo de Tony; Joe, a las guitarras (¡Va
sobrado el chaval!), del teclista de BLACK SABBATH durante cerca de 30 años
Geoff Nicholls y de Cozy Powell, quién antes de fallecer, grabaría algunas
pistas de batería que han sido aprovechadas por Tony para rendirle de una forma
curiosa su merecido homenaje.

“Scream” se abre con “Raising Hell”, un viejo tema descartado de las sesiones
de grabación de “Headless Cross” que poco o nada tiene que desmerecer respecto
a las versiones sí incluidas en el disco y que cuenta con el trabajo de Cozy
Powell a la batería. ¿Cómo suena “Raising Hell”? Pues te lo puedes imaginar,
Heavy Metal potente, directo y melódico, aunque no tan oscuro como uno podría
esperar, pues la oscuridad se la guarda para la segunda “Bitter Sweet”, tema
que incluso el mismísimo Tommi Iommi debería alabar de lo bien hecha que está y
que posee esa aureola tétrica propia de los primeros trabajos de BLACK SABBATH
con un riff lento, entrecortado y diabólico, que desemboca en el típico acelerón
a lo “When Death Calls”. “Faith in Madness” posee una estructura similar a
la de “Bitter Sweet”, apostando por bajar las revoluciones y oscurecer el sonido
para traer una vez más el legado de BLACK SABBATH a la mente del oyente. “I’m
Gonna Live Forever” vendría a ser algo más “optimista” que sus predecesoras,
moviéndose dentro del campo del rock más clásico y comercial, terreno donde
Tony Martin sabe desenvolverse de maravilla. “Scream” es seguramente la mejor
pieza de todo el disco, no les quepa la menor duda. Desde la intro a lo PURPLE
y su “Perfect Strangers” hasta los agudos de Tony en el estribillo, finos y
agudos como los de antaño, pasando por los riffs claramente Heavy Metal.  Siempre
se ha comentado el parecido entre las voces de Tony y Dio, “Scream” no hace
sino reafirmar esta teoría; Por momentos te parecerá que es el propio Dio el
que se ha apropiado del micrófono. En “Surely Love is Dead” la presencia de
los teclados de Geoff Nicholls es vital de cara a adornar la composición con
unas preciosas capas de teclados Hammond muy 70’s, que junto a las guitarras
acústicas que aparecen ocasionalmente dan al tema un toque oriental y exótico
que volverá a traerte el tándem PURPLE / RAINBOW a la mente. Contrariamente
a lo que uno podría pensar, “The Kids of Today doesn’t Understand the Blues” no
es una pieza de blues, sino una acelerada composición repleta de dureza en
la que Tony nos cuenta de donde provienen sus influencias musicales (Y digo
yo, ¿Con ese nombre no habría sido más lógico grabar un tema de Blues?). “Wherever
you Go” es una balada bastante descafeinada cuya emotividad, lejos de asemejarse
a la de algunas de las que cantó con SABBATH, posee ciertos momentos efectivos
y bien logrados. “Fields of Lies”, la pieza que cierra “Scream” por todo lo
grande, nos devuelve a un Tony más oscuro de lo habitual con un riff que me
ha recordado en demasía a uno que aparecía en el, a mi modo de ver, infravalorado “Magica” de
DIO. El tema se mueve en unas tesituras oscuras salvo en el estribillo donde
Tony te invita a levantarte antes de que entre uno de los riffs más jodidamente
diabólicos del disco que junto con los teclados atmosféricos de Geoff Nichols
y un solo de guitarra fabuloso, conforman uno de los puntos álgidos de este “Scream”.

Alguien podrá pensar que Tony Martin no es más que un oportunista, algo absurdo
pues a fin de cuentas, ¿Qué banda de Heavy Metal no suena por momentos, escasos
o abundantes, a BLACK SABBATH? Lo único que debería prevalecer a estas alturas
son los resultados, y créanme si les digo que estos son muy superiores a lo
que Tony Iommi, Ozzy Osbourne o Ronnie James Dio han mostrado en muchas de
sus últimas entregas.