Por un momento he recordado a primeros de este siglo XXI, cuando tras la salida de ‘Iowa’, segundo disco de SLIPKNOT, algunos de sus componentes empezaron a labrarse (o recuperar) proyectos paralelos en los que ocupar su tiempo mientras los nueve enmascarados se tomaban un descanso. En STONE SOUR estaban Jim Root y Corey Taylor, Shawn Crahan estaba en TO MY SURPRISE y Joey Jordison pasó a ser guitarrista de MURDERDOLLS. En principio había mucha curiosidad, básicamente por ver a sus componentes sin máscara. Hoy todo el mundo sabe el que fue mejor de todos ellos.

Jordison  duró poco en su nueva banda (vamos, como el propio grupo), y unos años después hicieron un nuevo intento con un segundo álbum que pasó bastante desapercibido. En todo este tiempo ha tocado (en directo) con distintas bandas… pero era el momento de formar otro proyecto, rodeándose en su mayoría de músicos bastante rodados en la escena. En las guitarras, Jed Simon (ex-STRAPING YOUNG LAD) y Kris Norris (ex-DARKEST HOUR), Chris Vrenna (ex-NINE INCH NAILS, ex-MARILYN MANSON) a los teclados (su puesto en la gira lo ocupará Joey Blush), y él mismo a la batería, guitarras rítmicas y bajo (estos dos últimos en estudio; en directo estará Kyle Konkiel como bajista). En el aspecto vocal sí ha optado por alguien desconocido, Henry Derek. Y a propósito o no, es el miembro que pasa más desapercibido.

‘Scar the Martyr’ nos trae de vuelta aquellos tiempos en los que dabas una patada a una piedra y te salían un montón de bandas parecidas pero que pronto se hacían un nombre (a veces efímero) en la escena, sin llegar a la saturación actual. Escuchando su debut han venido a mi mente nombres como MUSHROOM HEAD, SPINESHANK, PROFESSIONAL MURDER MUSIC, THE UNION UNDERGROUND…  grupos que se han ido quedando por el camino pero que en su momento nos flipaban a unos cuantos. Guitarras graves, un buen puñado de riffs pesados, una batería en primer plano buena parte de las canciones, incidiendo en la mayoría de temas en el doble bombo… pero se dispersa con su duración excesiva, tanto global como buena parte de sus canciones. Una breve intro nos sumerge en los compases con tintes industrials de ‘Dark Ages’, donde pronto se aprecia la citada importancia de la batería y unas líneas vocales correctas. Son otro grupo que no inventa nada, pero que en cierto modo tienen gancho para atraer un buen puñado de seguidores, más allá de tener en sus filas un músico famoso.

Lo que ocurre es lo que ponía más arriba. La estructura de este tipo de canciones no pide duraciones por encima de los seis minutos. Cuando se enrevesa el asunto hacia territorios más complejos se puede entender, pero no cuando se cae en la repetición pura y dura. Es por eso que temas como ‘My Retribution’, alternando partes pesadas con buenas melodías de Derek, o ‘Effigy Unborn’ (sorprendente que siendo de las más cortas también sea de la más completa en todos los aspectos) terminen siendo los cimientos más directos sobre los que consolidar su propuesta. También la movidita ‘Cruel Ocean’, con importancia de los arreglos electrónicos que no se limitan a crear atmósferas oscuras se podría incluir en ese saco, pero en ella ya se aprecia el punto débil de este disco. ‘Never Forgive Never Forget’ y ‘Soul Disintegration’ se quedan a medio camino entre mostrar ese lado directo o andarse por las ramas, posicionándose en tierra de nadie. Pero las demás… Bueno, entre el resto llama la atención precisamente que sean los dos últimos cortes en los que mejor parados salen, aunque termina haciéndose eterno llegar hasta ellos. Haber colocado ‘Mind's Eye’ y ‘Last Night on Earth’ hubiera estado más acertado, especialmente la última. Como tema que se desmarcara de una tónica general hubiera sido un auténtico pelotazo (aquí la estructura sí acompaña, no se limita a la repetición), con algunos de los mejores momentos instrumentales del álbum.

Al final te quedas con una sensación parecida a la de salir del cine tras ver una peli de acción donde después de pasarte dos horas y media con ella, le quitabas fácil cincuenta minutos de su metraje. Que sí, que entretiene, está bien, pero le sobran cosas para alabarla y no quedarte con cosas negativas por el camino, reincidiendo además en ellas. Parece que tenían temas de sobra, puesto que un EP de adelanto incluía un par de cortes no incluidos en el disco, e incluso hay una edición especial del álbum con cuatro más. Pero eso ya es demasiado.

 

Varo ( varo@themetalcircus.com )

Grupo:Scar The Martyr

Discográfica:Roadrunner Records

Puntuación:7.5

Canciones:

  1. Intro
  2. Dark Ages
  3. My Retribution
  4. Soul Disintegration
  5. Cruel Ocean
  6. Blood Host
  7. Sign Of The Omeneye
  8. Anatomy Of Erinyes
  9. Prayer For Prey
  10. White Nights In A Day Room
  11. Effigy Unborn
  12. Never Forgive Never Forget
  13. Mind"s Eye
  14. Last Night On Earth

Año:2013