Harto está uno de oír ese tópico repugnante y descorazonador que reza “todo está inventado en esto de la música”. Bandas que se copian unas a otras, conformistas que tan solo anhelan seguir la línea marcada por otros y dejarse llevar por la marea de tendencias que imponen las grandes multinacionales o mediocres sin talento como para innovar y encontrarse a sí mismos no hacen año tras año sino alimentar tan nauseabundo dicho. Sin embargo, y por suerte para la humanidad, aún quedan auténticos genios adelantados a su época, personas cuyos pensamientos y ambiciones van mucho más allá del resto de mortales y no se conforman con engrosar la lista de bandas auto-clonadas, que ansían algo más y dedican todos sus esfuerzos y su empeño en lograrlo. Desde luego que este tipo de músicos no es frecuente, y es quizá ese uno de los motivos por el cual la industria de la música (al igual que la del libro etc.) se encuentre en semejante estado, pero de vez en cuando si nos sorprende algún que otro individuo con material que por lo novedoso o por la particularidad que representa, sí merece desviar nuestras miradas hacia él.

Los alemanes EQUILIBRIUM dejaron boquiabierta a la comunidad metalera hace 3 años. Por aquel entonces editaban “Turis Fratyr”, un trabajo modesto editado bajo el marco de una pequeña discográfica del país teutón que, desde lo más profundo de la escena underground, logró ser referido por un buen número de revistas especializadas como el disco del año. Una fórmula nueva, un éxito sin precedentes, que tan solo unos meses después, y como no podía ser de otra forma, captaría el interés del gigante Nuclear Blast, quien no dudó un instante en firmarles un jugoso contrato discográfico para la edición de futuras obras de la formación. Todo un boom y un reconocimiento a todas luces merecido para, como decíamos, unos esquemas nunca antes vistos. EQUILIBRIUM se atrevieron a mezclar los blast beats y voces desgarradoras de un género como el black metal, con partes orquestales de auténtico lujo y, lo que marca la diferencia, melodías más propias de una película de Walt Disney que de un grupo de metal. En otras palabras, el sonido que obtuvieron para aquel primer disco, que vino precedido de una demo cuyos temas posteriormente fueron incluidos en dicho trabajo, sería algo así como si mezclásemos las B.S.O de “The Crow” y “Bambi”, y además a tan variopinta mezcla la aliñáramos con guiños de folk y letras en alemán.

Como veis es prácticamente imposible definir de una manera clara el concepto que idearon para su debut y que tan gratas impresiones causó, pero es ahí donde residió precisamente la clave de su éxito. Mientras que otras formaciones empeñan su carrera discográfica para lograrlo, a esta joven banda procedente de Baviera le bastó con un solo disco para, quien les hubiera escuchado alguna vez, no tuviera ningún problema para identificarles la siguiente vez que tuviera la oportunidad de oírles. Unos pocos segundos de escucha y la evidencia caería por si sola: son EQUILIBRIUM. Gustan o repugnan, como los grandes, no causan indiferencia. Tras las diversas giras y tomarse su tiempo lo más difícil había sido logrado, pero no por ello el resto de su andadura estaría solada con rosas. Por delante, el reto de consolidar su fabulosa propuesta con otro disco grandioso, que diera la razón a los dirigentes que hacía 3 años depositara su confianza en ellos. Su tiempo se tomaron y, después de una espera casi agónica, llegan los resultados de tan afanoso trabajo. Cae en nuestras manos “Sagas”, el segundo largo de EQUILIBRIUM.

Su inventiva y genialidad, desde un primer momento causó sensaciones similares a las que ya causaran hace algunos años bandas como DRAGONFORCE o VOLBEAT, que parecían abrir una nueva dimensión en cuanto a música se refiere cuando editaban sus primeras obras. El problema entonces podía residir en la relajación por su parte y en la limitación a la simple repetición de esquemas para contentar a un público teóricamente ya conquistado. Esas fueron las críticas que con los años se atribuyeron a discos como “Sonic Firestorm”, el segundo de la multinacional banda de “extreme power metal”, y con ese punto se relaciona la posible incertidumbre que rodeaba la edición de “Sagas”. Si bien es muy difícil crear nuevos conceptos en el mercado musical de hoy en día, no parece sensato hacer dos discos clónicos, y las tendencias mercantiles parecen obligar a los grupos a, cuanto menos, mantener el estilo que identifica mejorándolo o añadiendo nuevos matices. Eso es, exactamente, lo que han hecho EQUILIBRIUM en “Sagas”. Se mantiene la esencia, sobreviven esas melodías tan características y vivaces que te arrancaban la sonrisa y dejaban tus ojos en blanco, continúa los ritmos frenéticos, incluso las voces desgarradoras. Pero hay más tela que cortar.

De “Sagas” sorprende en primer lugar su duración. Nada menos que una hora y veinte minutos por los sesenta escasos de “Turis Fratyr” que, lejos de tornarse en pesados, se pasan relativamente rápidos. ¿Por qué? Muy sencillo, porque el álbum está escrito y estructurado a modo de historia, está dotado de una unidad como pocas se han visto y todos y cada uno de los temas se enlazan entre sí con una naturalidad pasmosa, ayudados por las maravillosas orquestaciones. Es como escuchar una película, como si de un solo tema se tratase. Logran pues lo que tantas otras bandas se proponen y pocas consiguen, dotar a su obra de verdadera unidad, en palabras coloquiales, ese algo que te impide pasar de canción y que parece obligarte a escuchar el disco entero, del tirón.

Por otra parte y como era obvio pensar, poco o nada iban a tener que ver las producciones de “Turis Frantyr” y “Sagas”. Muchísimo mejor la de este segundo, con muchos más medios, también es cierto, que entre otras cosas hace que tanto voces, guitarras, bases y orquestaciones remen juntos en la misma dirección, sin pisarse unos a otros. Todo mucho más profesional o más cercano al sonidazo del que ya disfrutan tantas otras bandas a las que podría considerarse punteras dentro del metal. En general este “Sagas” es un disco más complejo, mucho más elaborado, con orquestaciones aquí y allí, interludios que dan a la historia sentido… No es un disco conceptual, pero sin embargo los temas siguen la temática de historias de la mitología germánica y escandinava.

Por la unidad entre los temas comentada anteriormente resulta complicado comentar los temas por separado. Podemos decir de “Blut im Auge” que es el elegido para ser primer single, un tema del cual se ha escrito rodado un vídeo y que reúne todas las señas de identidad de EQUILIBRIUM, todos los elementos que se le atribuye a la formación y que hará del mismo un perfecto señuelo para quienes desconozcan a la joven banda: línea melódica pegadiza y cómicamente infantil, atmósferas, partes orquestales, growls y guturales, melodías mil y un largo etcétera. ¿Metal extremo edulcorado? Simplemente EQUILIBRIUM. Los toques folk no cesan en ningún momento, se aprecian por ejemplo en temas como “Unbesiegt”, y ese es quizá el motivo por el cual a la banda se le relaciona para giras constantemente con formaciones como TURISAS, ELUVEITIÉ, FINNTROLL, KORPIKLAANI o HEIDEVOLK, porque pese a que su música se independiza de todo lo relacionado con el folk que tan en auge está hoy en día, si podemos decir quizá que es el género con el que más puntos en común tienen. Alucinante también “Mana”, una maravilla instrumental de casi dieciocho minutos digna de Hollywood. Sin exageraciones.

Reseñables también las singulares colaboraciones que en “Sagas” se dan cita. Por un lado, Ulrich Herkenhoff, de quien dicen es uno de los más famosos flautistas que pueden escucharse en la B.S.O de El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey. La especialidad de flauta que interpreta es la zampoña o flauta de pan, y puede oírse en su máximo esplendor en el tema “Mana”. Por otra parte, el disco cuenta con un gran solo de violín a cargo de Agnes Malich, director de la Orquesta Filarmónica de Augsburgo.

Podían haber repetido fórmula y poco o nada hubiera pasado. En su lugar, los chicos de EQUILIBRIUM han sido capaces de añadir más atractivos si cabe a su música sin restar uno solo, y lo han hecho además en un momento en el que las bandas con guiños folk parecen estar gozando de unos niveles de popularidad más que considerables. Ellos no se definen como una banda de folk épico, ni de black metal o viking. Su estilo es un poco todo eso, y su atractivo reside en que, pese a que se sirven de ciertos elementos para crear su música, su identidad está clara y sus señas también, por lo que en ningún momento se abandonan a la suerte de recorrer caminos ya labrados. Ellos mismos están labrando su propio camino, un camino que, de seguir por estos derroteros, pronto les encumbrará, merecidamente, y les situará en una posición que actualmente ni imaginan. Obras tan fantásticas, épicas y completas como esta, bien lo merecen. Bravísimo.

Raúl del Amo (rauldelamo@themetalcircus.com)

Grupo:Equilibrium

Discográfica:Nuclear Blast Records

Puntuación:9.5

Canciones:

  1. Prolog auf Erden
  2. Wurzelbert
  3. Blut im Auge
  4. Unbesiegt
  5. Verrat
  6. Snüffel
  7. Heimwärts
  8. Heiderauche
  9. Die Weide und der Fluss
  10. Des Sängers
  11. Fluch
  12. Ruf in den Wind
  13. Dämmerung
  14. Mana

Año:2008