Magnum: Sacred Blood “Divine” Lies

Si te han gustado “Escape form the Shadow Garden” y “On the 13th Day” ten por seguro que siguen la misma línea. Ya no esperes obras majestuosas y referenciales como antes por mucho que es envidiable que tras tantos años de carrera sean capaces de ofrecer tan buena música. Desgraciadamente están instalados en un sonido concreto al que no le ayuda eso de sacar disco cada dos años.

Todos los discos de Magnum tienen una calidad excepcional, y es muy meritorio a sabiendas de que estamos ante su décimo-noveno disco. Pero la repetición de esquemas o el hecho de que los temas te parece que ya los has oído, es algo que aflora una y otra vez a tu mente. De entre sus últimos trabajos quizá me quede con el genial “Into the Valley of the Moonking” pese a que han mantenido el nivel en sus tres posteriores entregas. La voz de Bob Catley y la clase de Tony Clarkin y Mark Stanway siguen enamorando, pero sí que es cierto a día de hoy que resulta más interesante escuchar y recibir un disco de Avantasia con Catley a las voces que lo nuevo de Magnum.

Afortunadamente también sabes que todo lo que lleve el sello de esta banda de Birmingham va a estar a la altura. Básicamente en “Sacred Blood, Divine Lies” es darle vueltas a lo mismo, pero hay buenos momentos como “Gypsy Queen” y sobretodo la inicial “Sacred Blood, Divine Lies”. Puro hard rock inglés con muchos teclados, plagado de medios tiempos y con un Catley que cada año parece que canta mejor. En “Your Dreams Won’t Die” nos enfrentamos al típico corte de Magnum, preciosista, calmoso pero también dotado de esa belleza tan característica. Brillan los arreglos pomposos con teclado y destaca el enorme estribillo. El single del disco viene de la mano de “Crazy Old Mothers”, pero al igual que “Princess in Rags (The Cult)”, poco aporta y nada sorprende.

Cabe resaltar como siempre la excepcional garganta de Catley, la inspirada y constante guitarra de Clarkin y las teclas omnipresentes y capaces de darle el sello definitivo al grupo de Stanway. La base rítmica cumple expediente sin fisuras. En “Afraid of the Night” tiran más de teatralidad con un deje Queen en las teclas de Stanway, pero sin salirse de la hoja de ruta marcada en 1986. No hay grandes novedades en la segunda parte del disco y “Quiet Rhapsody” se puede hacer algo reiterativa a pesar de tener una batería cruda y un riff muy metálico, aunque muy en segunda línea. La melodía, la voz y la composición siempre serán las protagonistas en su música. Mejoran las cosas en “Twelve Men Wise and Just”, con gancho y final épico tirando de coros. El cerrojo lo pone “Don’t Cry Baby” con otro medio tiempo de calidad.

Si te han gustado “Escape form the Shadow Garden” y “On the 13th Day” ten por seguro que siguen la misma línea. Ya no esperes obras majestuosas y referenciales como antes por mucho que es envidiable que tras tantos años de carrera sean capaces de ofrecer tan buena música. Desgraciadamente están instalados en un sonido concreto al que no le ayuda eso de sacar disco cada dos años. Me los perdí cuando vinieron en la gira de “Into the Valley of the Moonking” y siguen siendo una asignatura pendiente. Tanto da lo que toquen, pero dudo que este “Sacred Blood, Divine Lies” llegue a vertebrar el setlist. Feeling, clase y buena música, lástima que sea casi un clon de sus anteriores entregas.