Da la impresión de que es un disco demasiado fragmentado y construido con rapidez para poder hacer una gira digna, pero como decía al principio, eso les honra. Aunque el disco no sea perfecto, al menos son de los que aún se toman la molestia de ofrecer algo nuevo cuando tienen la opción de vivir del pasado y ellos más que nadie.

Desde que tuvimos la oportunidad de escuchar el nuevo trabajo de AC/DC en las oficinas de Sony en los días previos a su edición oficial, hemos estado esperando para hacer una reseña que haga justicia real a las canciones que nos presenta nuevamente la banda australiana. Seis años han pasado desde “Black Ice” y desde entonces muchas cosas han cambiado. La más importante es que Malcolm Young ya no está al frente de las operaciones de la banda debido a su enfermedad degenerativa. Lo siguiente es que AC/DC han mutado en una macrobanda de estadios, algo que les hace ser probablemente la banda de rock más solicitada y querida de la actualidad. Donde los Rolling Stones hacen una fecha en un estadio, AC/DC hacen tres y podrían hacer dos más. Es tal la fiebre por AC/DC en los últimos diez años que prácticamente no importa que hagan un nuevo disco. Tan solo tienen que salir a tocar los clásicos y canjear los cheques en su oficina bancaria. Es por ello que una de las cosas que siempre honrarán a AC/DC es el hecho de no coger el camino fácil. Siempre que han salido de gira, salvo contadas ocasiones, ha sido con un nuevo trabajo bajo el brazo, demostrando que aún son capaces, que respetan a sus fans y que siguen creyendo en la validez de lo que hacen. Las opiniones de los demás están de más. Son AC/DC.

Es por eso que, en una primera escucha, “Rock or Bust” te plantea unas expectativas tan altas que es imposible que el trabajo las cumpla. Es inviable. No puedes pasarte cinco años escuchando “Powerage”, “Back in Black”, “Flick of the Switch” o “The Razors Edge” y luego ponerte “Rock or Bust” y no comparar. Es lo que tienen los baches demasiado amplios entre trabajos. La cuestión es qu “Rock or Bust” es un disco que no entra a la primera y que hay que dejar madurar un par de semanas. Una vez te has familiarizado con él, lo disfrutas. Pero siempre haciéndote a esa difícil idea de “demos gracias porque AC/DC aún estén activos”. Si lo juzgas en base a su legado discográfico, el disco está más a la altura de sus ediciones de los 80 (particularmente “Blow up Your Video”, “Fly on the Wall” y más especialmente “Flick of the Switch”) que de los clásicos de los ’70, los primeros éxitos con Brian en los ’80 o su renacimiento de los 90 con “Razors” y “Ballbreaker”.

Es un disco extrañamente frío, en ocasiones un poco forzado. Tiene buenas canciones, ritmos que te mueven los pies y una buena producción pero le falta chicha, siendo sinceros. Hay tres buenos temas para empezar. La declaración de intenciones “Rock or Bust”, con su riff de ida y venida, la juguetona “Play Ball”, donde hacen el single perfecto en menos de tres minutos y la americanizada “Rock the Blues Away”. Esta última se parece sobremanera a “Anything Goes” de “Black Ice”, pero obviaremos el tema. Fuera de estos tres temas, lo demás es irregular. “Miss Adventure” posee un riff muy zeppelinesco y unos coros muy propios de sus discos de los ’80 para adornar el riff. En “Dogs of War” la banda vuelve al recurrente y cansino tema de la guerra y el conflicto bélico, ya tocado en muchos discos anteriores, sea con la propia “The Razors Edge”, “War Machine” o “Big Gun”, aunque el estribillo es más que correcto. El siguiente tema pegadizo del disco es “Got Some Rock & Roll Thunder”, donde la banda recupera el uso de palmas para marcar el ritmo, algo que hacían en los tiempos de “Rock N’ Roll Damnation”, por ejemplo. Más insulsa es “Hard Times”, aunque lo compensan con la nuevamente zeppelinesca “Baptism by Fire”, que posee un buen solo de Angus. Más Zeppelin con “Rock the House” -¿qué le pasaba a Angus en este disco?- y dos temas jocosos marca de la casa para acabar el disco, “Sweet Candy” -con otro riff de ida y venida- y la bluesy “Emission Control”. En total, no más de 35 minutos de nueva música, con el tema más largo durando 3:41 minutos. ¿Donde quedaron los solos incendiarios de Angus? ¿Donde quedó el suspense, los claros y oscuros de canciones de la talla de “Let There Be Rock”? ¿Qué fue de los temas rápidos al estilo “Walk all Over You”? A AC/DC solo les queda el boogie de canciones como “Play Ball” en la encarnación actual. Sigue siendo un placer escucharles pero les falta ‘mojo’, que diría Austin Powers. No nos dejemos cegar por “la suerte” de que aún estén editando discos, porque “Rock or Bust” no es un gran disco, aunque contiene algún gran tema, siempre y cuando lo juzguemos en base a la capacidad actual de la banda.

¿Puntos positivos? Que Brian Johnson suena muy digno en todas las pistas, algo que también pasaba en “Black Ice” y supuso un contraste en la gira, pues tuvieron que bajar la afinación y Johnson tenía la voz absolutamente cansada durante todo el tour. Por otra parte, todo un detalle que Angus comparta el crédito de las canciones con su retirado hermano, asegurando que el puso muchas de esas ideas en funcionamiento cuando aún se encontraba bien. Da la impresión de que es un disco demasiado fragmentado y construido con rapidez para poder hacer una gira digna, pero como decía al principio, eso les honra. Aunque el disco no sea perfecto, al menos son de los que aún se toman la molestia de ofrecer algo nuevo cuando tienen la opción de vivir del pasado y ellos más que nadie.

Grupo:AC/DC

Discográfica:Sony Music

Puntuación:7

Canciones:

  1. Rock Or Bust
  2. Play Ball
  3. Rock The Blues Away
  4. Miss Adventure
  5. Dogs of War
  6. Got Some Rock & roll Thunder
  7. Hard Times
  8. Baptism By Fire
  9. Rock the House
  10. Sweet Candy
  11. Emission Control

Año:2014-12-02

Votación de los lectores:5