Riverside: Wasteland

Riverside es una de esas bandas que ha sabido jugar con la dualidad entre los sonidos más oscuros y contundentes y los más minimalistas y delicados. Su nuevo álbum 'Wasteland' se convierte en el ejemplo más claro de esa mezcla justa entre crudeza y elegancia que les ha servido para convertirse en uno de los referentes de la escena prog actual como os cuenta a continuación Montse Galeano.

Disco a disco, Riverside han incorporado nuevos elementos que han reconducido su rumbo. Si sus primeros discos hasta el brillante “Anno Domini High Definition” (2009) se caracterizaban por la explosividad, a partir de “Shrine New Generation Slaves” (2013) los polacos decidieron dar más cancha a su faceta melódica. Así es como ‘Wasteland’ se convierte en la evolución lógica del emocional “Love Fear And The Time Machine” (2015) dejándose llevar en los pasajes instrumentales y dando una especial importancia a las letras.

Afrontar la pérdida de Piotr

Los claroscuros son una constante en Wasteland, un disco marcado por la muerte repentina de su guitarrista y miembro fundador Piotr Grudzień en 2016. “Wasteland” se convierte en un álbum conceptual, post apocalíptico, que en gran medida se relaciona con la situación personal de la banda tratando de encontrar su camino ahora como trío.

En este mundo post apocalíptico reconocemos elementos del cine (uno de los temas es una referencia directa a The Day After del 1983) así como de la saga de videojuegos Fallaout, el libro “The Road” de Cormac McCarthy o incluso del mundo western. Una mezcla diversa en la que la ficción se convierte en un reflejo de la realidad de Riverside, en la que por momentos es difícil establecer la división.

Como decimos, en ‘Wasteland’ nos encontramos con un fuerte simbolismo y una especial atención al significado de las letras, más profundas y corrosivas. A pesar de partir desde una situación totalmente distinta, el proceso compositivo del álbum partía desde un punto de vista similar, con la excepción de que esta vez Duda también se ha encargado de las partes de guitarra eléctrica, encontrando el equilibrio entre las partes rítmicas y algunos solos. Eso sí, Riverside ha dejado espacio para invitados con la presencia de Maciej Meller y Mateusz Owczarek, así como por primera vez un violín interpretado por Michał Jelonek.

La voz de Mariuz Duda irrumpe a capela como introducción al álbum en “The Day After”. Nos encontramos en este mundo distópico en el que la ficción de su propia narrativa se mezcla con el momento actual como banda. El vacío después del apocalipsis se va llenando de matices instrumentales, intensos y contrastados. En “Acid Rain” vemos el ejemplo más claro, en ese diálogo entre violín y la distorsión de la guitarra por parte de Maciej Meller (de la banda Quidam) que se convierte al instante en un tema con el sello inconfundible de los polacos.

La sección rítmica toma protagonismo en “Vale of Tears”, en el que el batería Piotr Kozieradski nos ofrece un arranque con la contundencia del sonido, siempre latente y en este caso sin contención.

Riverside – Wasteland: más experimentales

Así como habíamos podido ver en su anterior “Love, Fear And The Time Machine” Mariusz Duda prueba con nuevos registros vocales más bajos en los que ya no queda ni rastro de guturales o voz rasgada. Ese cambio se traduce en una mayor serenidad, una calma presente en las delicadas “Guardian Angel” y “The Night Before” en la que los momentos acústicos enmarcan la habilidad técnica de la banda. Estos temas junto “River Down Below” sirven de puente entre “Love Fear And The Time Machine” y “Wasteland”, con esa atención especial a la parte melódica y la intención de acompañarla de un sonido más acústico en el que el piano toma protagonismo.

Más allá de quedarse en una línea continuista, Riverside llevan esa expresividad a un nuevo nivel en la melancólica “Lament”, en la que el violín de Michal Jelonek vuelve a añadir un componente de emoción contenida.

La canción que da título al disco también se convierte en un ejemplo de este cambio de dirección. El registro vocal de Duda da un punto de dramatismo a la narrativa del disco, en la que un hombre, en algún lugar, trata de sobrevivir en un mundo desconocido y desolador para él. Casi como si estuviéramos en una película ‘Wasteland’ nos lleva de un escenario a otro, explora atmósferas atrapantes y a la vez nos deja ver ese punto de esperanza, casi inesperada, de no saber qué esperar del futuro.

La banda se enfrentaba a uno de los mayores retos de su carrera y consiguen superarlo con dignidad. ‘Wasteland’ (Riverside) es su séptimo álbum ni el desgaste ni el cambio de formación creando atmósferas evocadoras en la que la emoción de sus composiciones sirve de catarsis.