Lynch Mob: REvolution

Creía que no había despropósito mayor que la reciente edición del directo "Japan Live ’95", en el cual Don Dokken destroza convenientemente los temas de su banda de toda la vida con un estado de voz ciertamente lamentable. De todas maneras, mi opinión camió cuando escuché este "nuevo" disco de LYNCH MOB, titulado "REvolution", y protagonista de algunas de las peores pesadilas de cualquier fan de Dokken.

No se le puede echar la culpa a nadie, solo el egocéntrico George Lynch es el responsable de todo esto. Robert Mason imagino que hace lo que le dicen, y la verdad es que el chico lo hace bien, no nos engañemos. La unica versión salvable, la de "Tooth And Nail", afinada varios tonos mas abajo, la borda y en general su interpretación es brillante dentro de lo que se supone que es este disco: una revisión sangrante de los clásicos de DOKKEN y los temas mas destacados de LYNCH MOB desde una perspectiva digamos…uh…actualizada. O cualquier cosa que eso signifique.

Si hablabamos de que "Tooth And Nail" sonaba decente, no lo hace tanto "Kiss Of Death", que parece un cruce entre Nine Inch Nails, Nirvana y Cañita Brava con gripe. En cuanto a las guitarras, los otrora hímnicos temas de DOKKEN han quedado convertidos en piezas aburridas y demasiado oscuras, unicamente salvables por el empeño que Mason pone a al voz.

Obviamente, la guitarra de Lynch suele quedar por encima del resto de instrumentos, pero cuando uno llega a "Breaking The Chains", el precioso clásico de DOKKEN, ya pierde los estribos. Lo han destrozado totalmente. No diré mas.

Es una pena, ciertamente, porque tiene una sección ritmica muy competente, formada por Anthony Esposito al bajo y Michael Frowein a la batería y probablemente podría hacer cosas mucho mas originales que reinterpretar clásicos de su odiada ex-banda, pero también imagino que es mejor ir sobre seguro.

Las reinterpretaciones de los temas de LYNCH MOB son ligeramente aceptables en algunos casos ("Tangled In The Web") pero en otros ("Wicked Sensation") son simplemente pesados. Probablemente Lynch sea un guitarrista excepcional, pero se acaba de ganar mi odio a corto plazo (hasta que vuelva a Dokken para alguna de esas típicas giras veraniegas).