No es que el cambio sea perjudicial pero estoy seguro de que muchos de los fans que se habían enganchado a The Dead Daisies lo han hecho por la actitud y sonido cercanos a los estándares del hard rock ochentero de canciones como “Long Way To Go” o “Mexico”. Aún así, se aprecia el ímpetu de la banda por evolucionar y hay que valorarlo muy positivamente. Seguir haciendo lo mismo diez discos más tan solo sería caricaturesco.

Desde que The Dead Daisies editaron su anterior trabajo, el aclamado “Make Some Noise”, las cosas no han dejado de sonreír para una banda formada por una colección de grandes músicos de la escena del hard rock. Lo que se llamaría un supergrupo, de no ser porque el término está tan prostituido a estas alturas que ya no tiene ni sentido. Por contra, lo que tenemos aquí son supercompositores, todos ellos bien curtidos en el arte de hacer buenas canciones. Nadie le puede discutir el valor a Doug Aldrich después de su trabajo junto a Ronnie James Dio o David Coverdale. Tampoco a John Corabi, aunque su disco con Motley Crue fuese a menudo vilipendiado. Tampoco parece que se pueda decir una mala palabra de Marco Mendoza o de todo un Deen Castronovo de Journey (con quien Aldrich comparte banda en Revolution Saints). El más discretito y artífice de todo el proyecto, el guitarra rítmico David Lowy, es el que manda, pero nunca lo dirías. Su papel es tan secundario en la banda que parece que no exista.

Si bien los terrenos por los que caminaba la banda en “Make Some Noise” seguían siendo ciertamente derivativos del hard rock ochentero, no es tanto el caso de lo que encontramos en este “Burn it Down”. La banda ha dado un giro consciente a su sonido, endureciéndolo y haciéndolo más árido. Quizá con ánimo de quitarse el sambenito ochentero de encima, las canciones de “Burn it Down” mantienen el tipo pero con un poco más de dificultad que en el anterior trabajo. La manera en que el grupo ha conjugado los riffs más ‘sabbathianos’ de canciones como “Rise Up” con grandes estribillos y solos es ciertamente buena, aunque se echa de menos lo pegadizo de canciones pasadas como “Mexico”.

En “Burn it Down” la banda ha contado con la producción de Marti Frederiksen nuevamente y ha dado forma a un trabajo que tiene más raíces en los setenta que en los 80. La distorsión de guitarra más hiriente, especialmente por parte de Lowy, es una constante en la mayoría de canciones. Los pasajes blues de canciones como el tema título y los momentos más lisérgicos como el outro del mismo tema son novedosos en el sonido de la banda. Otras canciones como “Judgement Day” son altamente reflexivas y, en parte, oscuras. Queda mucho del grupo más netamente hard-rockero de los primeros discos en la versión del “Bitch” de los Stones (ya versionaron a la Creedence y a The Who en sus anteriores trabajos) y en un Whitesnakiano “Dead and Gone”.

No es que el cambio sea perjudicial pero estoy seguro de que muchos de los fans que se habían enganchado a The Dead Daisies lo han hecho por la actitud y sonido cercanos a los estándares del hard rock ochentero de canciones como “Long Way To Go” o “Mexico”. Aún así, se aprecia el ímpetu de la banda por evolucionar y hay que valorarlo muy positivamente. Seguir haciendo lo mismo diez discos más tan solo sería caricaturesco.

Grupo:The Dead Daisies

Discográfica:SPV/Spitifre

Puntuación:7

Canciones:

  1. Resurrected
  2. Rise Up
  3. Burn It Down
  4. Judgement Day
  5. What Goes Around
  6. Bitch
  7. Set Me Free
  8. Dead and Gone
  9. Can’t Take It With You
  10. Leave me Alone

Año:2018-03-09

Votación de los lectores:5