Killem: Reflections of Decline

La segunda obra del grupo sevillano ha tardado en llegar. Cuatro años han pasado desde que sacaran su debut, ‘Muted’, aunque sus ideas siguen siendo los mismos que entonces. Lo que sí que ha cambiado ha sido la proyección de la banda, habiendo fichado por Noisehead Records (que parece que se van fijando cada vez más en grupos españoles), y que han pasado a ser un cuarteto.

Los patrones thrash siguen ahí, alternando con algunas partes death y acercándose en los temas más largos a terrenos progresivos… siempre dentro del metal. Pero si hay un calificativo que podría definir ‘Reflections of Decline’, ese sería el de angustioso. Grabado en los Ultrasound Studios de Braga, no hay que dejarse engañar por el comienzo relajado y pesado de ‘Spiral’, con punteo que lo único que hace es incitar a la tempestad que viene después, una cortina de humo que desemboca en un trallazo rapídisimo. Alex canta de manera agónica sobre riffs que intentan recuperar el thrash más puro… pasado por el filtro del tiempo. Siempre he pensado que cada momento tiene su música, e intentar sonar ahora como los grandes thrasher de los 80’ sería un error. KILLEM no tropieza en esa piedra, y se nota; lo que sí hacen es componer un disco a la antigua usanza, con pocos cortes, pero de larga duración.

‘Dawn’ es un ejemplo de un acercamiento a versiones metaleras más modernas, y con ella empiezan a intercalar pasajes más melódicos y accesibles, que dan aire a las canciones para que la escucha completa del álbum no termine siendo desquiciante. Esta característica se acentúa mucho más en ‘Ephemeral’ y ‘Facade’, repitiendo fórmula en sus partes finales, enriqueciendo las composiciones, aunque puede que a alguien le resulte algo repetitivo encontrarlas seguidas.

Como contrapunto tenemos ‘Breakdown’, el tema más corto de todo el álbum que va directo al grano sin subirse por las ramas; además, encontramos la colaboración de Shore, vocalista de los portugueses THE RANSACK. No es la única, ya que ‘The Abyss’, el tema central del álbum, también cuenta con su voz, donde dan rienda suelta al tema más completo, con cambios de ritmo y clara influencia de MASTODON. Es curioso como el grupo de Atlanta se ha convertido en los últimos años en influencia de cantidad de bandas que han ido saliendo… o al menos a mí me da esa sensación.

No digo que KILLEM suene a ellos, sobre todo porque la voz no tiene nada que ver, pero hay partes de algunas canciones que pueden recordar a ese sonido progresivo y psicodélico dentro de unas estructuras metaleras; ‘Taker’ sin ir más lejos. Para el final del álbum vuelven a acudir a esos pasajes más atmosféricos en el final de ‘Crossroads’ y ‘The Cage’, que se enlazan como si nada, pareciendo que se trate de un solo tema. De estas dos, destaca sobre todo la última, poniendo un broche final sobresaliente a un disco enfocado a todo aquel que le gusten los sonidos extremos con algunas partes algo más progresivas.