Ektomorf: Redemtpion

Desde que los descubriera con ‘Destroy’ hace unos años, cada vez que me ponía un nuevo trabajo de EKTOMORF tenía un dejavu, y me venía la sensación de haber escuchado ya eso en algún otro momento. El caso es que saben como venderse, y a cada disco siempre nunca le falta promoción; prueba es la cantidad de videoclips que tienen en su carrera. Así que tras darle varias escuchas a este ‘Redemption’, me queda más o menos la misma idea de siempre sobre ellos, y creo recordar que algo parecido dije al hacer la crítica de ‘What Doesn’t Kill You’: es un grupo ideal para festivales, o como acompañantes de algún grupo cañero para caldear el ambiente.

Así me pasó la única vez que los vi, presentando ‘Instict’ teloneando a CHILDREN OF BODOM; algo más de media hora con canciones sencillas y efectivas en directo para que el público cantara y saltara esperando el plato fuerte. Su propuesta es de ideas fijas y se mueve por unos patrones que no tienen demasiado recorrido. ‘Outcast’ me pareció un paso en falso, repitiendo demasiado la fórmula hasta quemarla, y siendo el tercer disco en tres años consecutivos. El parón hasta el citado predecesor de este ‘Redemption’ les vino bien; pero ahora vuelven a repetir la fórmula de editar un trabajo por año, y en estos tiempos puede resultar contraproducente.

Las composiciones de este disco siguen la línea intensa y agresiva de siempre. EKTOMORF es un grupo que desprende ira, rencor y dolor en la mayoría de sus letras, aparte de reivindicación; ya solo se puede ver con los títulos explícitos y claros de la mayoría de los temas de esta redención. ‘Last Fight’ suena pesada y cruda, con esos riffs tan característicos de Zoltán y Tamás, que continúan en el tema que titula el disco, ‘Anger’, elevándose de agresividad en ‘God Will Cut You Down ‘ y de manera más acelerada en ‘Stay Away’ o ‘Cigany’, dejando ritmos tribales para ‘Revolution’. Uno puede pensar que vuelven a repetirse, pero entre el resto de composiciones han sabido dar otro enfoque a su trabajo. Por ejemplo, ‘I’m In Hate’ suena pesada, sí, pero con otro tipo de ritmo y atmósfera y no con el piñón fijo habitual; lo mismo ocurre cerca del final, con  ‘Stigmatized ‘. Además, a mitad del álbum encontramos la curiosa y atípica ‘Never Should’, la acústica ‘Sea Of My Misery’, y la colaboración de Danko Jones en ‘The One’, tres temas que saliéndose del sonido habitual del grupo por diferentes motivos, consiguen dar aire (sobre todo esta última, con el contraste de voces) a un tipo de grupo que lo necesita en estudio.

Resumiendo, EKTOMORF siguen en su línea de siempre pero dando un paso más en su carrera; han optado en su mayoría de canciones por la misma fórmula de siempre, pero por fin han sabido desmarcarse en algunas de las constantes comparaciones con otras bandas, y encontrar su propia senda. Siguen haciendo canciones sencillas, con estribillos fáciles para sus conciertos… pero al fin y al cabo, son un grupo de directo, y fechas no les faltan cada verano en festivales europeos. De momento les sobran fechas por territorio alemán para presentar esta obra. Veremos si amplían la gira.