Shaman's Harvest: Red Hands Black Deeds

El guitarrista Josh Hamler fabricó un nuevo instrumento musical , muy campestre por cierto, con las pezuñas de las patas de las cabras y una cuerda. Así, literal. Se lo comentó a su productor, Keith Amstrong, y redondearon la hazaña con sonidos de papel de lija o un teléfono rotatorio del año catapum.

Manda narices. El guitarrista Josh Hamler fabricó un nuevo instrumento musical , muy campestre por cierto, con las pezuñas de las patas de las cabras y una cuerda. Así, literal. Se lo comentó a su productor, Keith Amstrong, y redondearon la hazaña con sonidos de papel de lija o un teléfono rotatorio del año catapum. Pero no, no han conseguido distraernos con estas artimañas comerciales o locuras pasadas de rosca. Las canciones que han incluido SHAMAN’S HAVEST en este “Red Hands Black Deeds” valen por sí solas. Si las quieren adornar con lubricante de aceite de palma o leche con lactosa, es cosa suya.

Si queréis disfrutar de una buena colección de temas, muy cuidados en sus composiciones e interpretaciones, este es vuestro disco. Afirman ser una banda de post-grunge y hard rock, pero los de Missouri son eso y mucho más. Con la sensible voz de Nathan Hunt, nos llevan de viaje a los 70, aunque modernicen su sonido en según que trayectos. Es rock con mayúsculas, sin calificaciones genéricas. Es rock con sentimiento, donde además se trata líricamente los problemas sociales, políticos y económicos de su país. No hay dos canciones que se parezcan entre sí, pero todas tienen forman parte de un todo. Y sólo por eso, su escucha merece mucho la pena. La rotundidad de “Broken Ones”, la fuerza del estribillo de “The Devil In Our Wake” o los dejes blues y coros negroides de “Blood Trophies” (¡qué solos de guitarras!),  son algunas de las muchas credenciales de este sexto trabajo de estudio.

Como la música no destaca por su justicia, este trabajo pasará desapercibido para una gran mayoría. Aunque su anterior “Smokin Hearts & Broken Guns” haya acumulado más de 33 millones de escucha a fecha de hoy. Lo mismo da; disfrutaremos del ritmo de “The Come Up” con la primera cerveza del viernes, de la calidez y delicadeza de “A Longer View” con la última copa de esa misma noche, y con “Long Way Home” para la resaca del sábado. Y vuelta a empezar.