The Agonist: Prisioners

Ya dejé claro en sendas críticas de sus dos discos anteriores el salto tan grande que hubo del debut de THE AGONIST, ‘Once Only Imagined’, a su siguiente obra, ‘Lullabies for the Dormant Mind’, reflejados en una mejor producción, buenos arreglos (y orquestaciones), diversidad de estilos en sus temas, y sobre todo por la voz de Alissa White-Gluz, que atrae la atención por sí sola por su capacidad de variar su registro con suma facilidad.

‘Prisioners’ no es sino la evolución con respecto a su predecesor, el siguiente paso en su carrera, tomando exactamente como partida el punto y seguido dónde lo dejaron. ‘You’re Coming With Me’ comienza con una breve intro acústica antes de explotar en una mezcla de riffs a medio camino entre el death y el black y con los gritos de Alissa de por medio. ¿Caótico? Puede que lo parezca, pero pronto ensamblan todas sus piezas: partes musicales curradas (y alargadas, que hay muchos temas de duración exagerada) y dos registros vocales, cada uno en un extremo, que enriquecen las canciones. De igual manera que empiezan, cierran con ‘Anxious Darwinians’.

‘Revenge Of The Dadaists’ vuelve con un inicio acústico (junto a unas palabras en francés) antes de volver a arremeter con fuerza en el comienzo de sus más de seis minutos… antes de ir cediendo terreno a la melodía, incluso con un interludio donde se repiten las notas acústicas iniciales y Alissa tira de emotividad. Una de las cosas positivas que tienen es no caer en la repetición de las estructuras, sino que intentan darle variedad. ‘Predator And Prayer’ vuelve a superar los cinco minutos, pero son las guitarras las que cobran protagonismo en mucho momento. Otras como ‘Panophobia’ y ‘Lonely Solipsist’ (vuelven a rozar el black melódico en algunos momentos) van al grano, más directas que las demás, más rápidas, pero sin dejar de lado partes épicas donde la voz es el elemento que más atracción supone; incluso ‘The Escape’ y ‘The Mass Of The Earth’, aunque (sobre todo) en la primera dejan de lado la rapidez y la crudeza para centrarse en las partes melódicas de manera más acertada para no caer en la monotonía.

Con este grupo no se puede hablar de medios tiempos, pero algunas partes tanto de ‘Everybody Wants You (Dead)’ como de ‘Dead Ocean’ (ésta con partes densas y muy pesadas) suenan cercanas al término (sin dejar de practicar un estilo extremo). Lo que resulta curioso es que se marcaran un adelanto como ‘Ideomotor’, la canción más larga de todo (por encima de ocho minutos) y donde intentan concentrar todo su sonido; quizá queda mejor por separado en canciones distintas, pero por esfuerzo no será. Como mínimo, a la altura de ‘Lullabies for the Dormant Mind’, que ya es decir. Puede que a la larga algunas canciones resulten demasiado trabajadas y con exceso de duración, pero THE AGONIST es un grupo que intenta reflejar todas sus influencias en ese minutaje; y las canciones más cortas ayudan a hacer dinámica su escucha.