Escucha tras escucha el disco consigue convencer pero sí es cierto que de buenas a primeras uno se queda con sus dos anteriores trabajos. Destaco sobretodo el gran trabajo de Bell a las seis cuerdas y obviamente a James Christian, una de esas voces únicas, pulcras, que son el hard rock por definición. Suenan a hard-AOR de toda la vida con producción moderna.

Esta segunda etapa de House of Lords nunca llegará a la intensidad y calidad que el grupo tuvo en sus inicios, pero en cada disco que sacan, aportan dos o tres canciones realmente logradas, manteniendo el estilo, demostrando clase y demostrando que siguen muy vivos. Han aparcado la experimentación progresiva con la que probaron en su día. Producción cristalina, buenas ideas y la presencia de Robin Beck, esposa de James Christian, que siempre da un plus de calidad. Los solos de Jim Bell son el otro puntal con el que cuenta un combo que mantiene el nivel de discos como “Cartesian Dreams” o “Big Money”, pero que no los supera.

El inicio es inmejorable con la contundente y pegadiza “Battle”. Gran progresión hasta el estribillo, con teclados dominantes y una voz exquisita por parte de Christian. Tremendo el solo de guitarra por parte de Jimi Bell. Sería este corte juntamente con la genial balada que da título al disco lo mejor de este plástico. Inicio acústico con regusto a Gotthard, estribillo inmaculado y sin duda alguna, una de las mejores baladas que recuerdo de este pasado 2014. Delicada, cálida y de “metal precioso” y reluciente. “Epic” es otra de las grandes sorpresas del disco, por su potencia y velocidad. Mantienen en todo momento el estilo, pero se marcan uno de los cortes más rápidos y más intensos que hayan compuesto nunca. Incluso con unos teclados a lo Vision Divine, de corte futurista. Otra que eleva el listón es “I’m Breaking Free”, poseedora de uno de los estribillos más logrados y con un toque vacilón coronado por unos coros realmente conseguidos.

Bajan un poco la calidad cortes como “Live Every Day (Like It’s the Last)” o “Turn Back the Tide”, aunque recuperan el ángel en “Swimming with the Sharks”, de gran estribillo y mucha clase. Una de las que seguro caen en directo y una muestra excelente de lo que son capaces a día de hoy. Grande otra vez Jimi a las seis cuerdas dotándola de un solo imaginativo y de mucha calidad. Cambio de tercio en “Enemy Mine”, con toques futuristas y descolocando un poco. Es un curioso acercamiento a grupos como The Rasmus (¡!!!), por estribillo y teclados. Para algunos herejía, para otros algo fresco y experimental. No hay que cerrar puertas, y menos cuando haces dueto con Robin Beck… “Action” muestra una cara más oscura, con afinaciones más graves que contrastan con ese estribillo positivista y luminoso, pero con la pegada y calidad habitual del combo.

Puede que no esté Greg Giuffria a los teclados y que ya no estemos en los 80, pero la gente de la discográfica Frontiers sabe sacarle el jugo a todas esas bandas de antaño, demostrándonos que House of Lords todavía tienen mucho que decirnos y aportarnos. Escucha tras escucha el disco consigue convencer pero sí es cierto que de buenas a primeras uno se queda con sus dos anteriores trabajos. Destaco sobretodo el gran trabajo de Bell a las seis cuerdas y obviamente a James Christian, una de esas voces únicas, pulcras, que son el hard rock por definición. Suenan a hard-AOR de toda la vida con producción moderna.

Grupo:House Of Lords

Discográfica:Frontiers

Puntuación:7

Canciones:

  1. Battle
  2. I’m Breakin’ Free
  3. Epic
  4. Live Every Day (Like Its The Last)
  5. Permission To Die
  6. Precious Metal
  7. Swimmin’ With The Sharks
  8. Raw
  9. Enemy Mine
  10. Action
  11. Turn Back The Tide
  12. You Might Just Save My Life

Año:2014-06-19

Votación de los lectores:5