Warrel Dane: Praises To The War Machine

Si Warrel Dane no había hecho un disco en solitario previamente, quizá no ha sido por otra razón que por la cantidad de trabajo que supone NEVERMORE a día de hoy. Dudo ampliamente que Dane no fuera capaz de firmar un disco en solitario por falta de ideas o temas de calidad, porque en su disco debut como “autónomo”, el vocalista estadounidense demuestra que tenía muchos ases guardados en la recámara para éste primer trabajo en solitario. No se trata de ideas sobrantes de un disco de NEVERMORE ni nada por el estilo. A duras penas los temas de “Praises To The War Machine” podrían haber encajado en “This Godless Endeavor” o “Enemies of Reality”. Y esa es la gracia del asunto. Escuchamos a un Dane en un ambiente algo distinto a aquel en el que estamos acostumbrados a escucharle, explorando registros vocales que van más allá de los que utiliza en su banda madre y, en definitiva, mostrando una parte que aun no conocíamos de su carrera profesional.

Concebido como un repaso por diferentes pasajes melódicos que, en menor o mayor medida, van acompañados por una buena ración de riffs agresivos y bien estructurados, “Praises To The War Machine” es un disco bueno. Cuando digo bueno quiero decir escuchable. Y cuando digo escuchable quiero decir “mejor que el 85% de discos que salen a la venta hoy en dia”. Ya saben, esos que aburren a la segunda escucha. No sólo el tipo se ha rodeado del la mitad de SOILWORK, o lo que es lo mismo Peter Wichers (guitarra) y Dirk Verbeuren (batería), sino que además ha hecho una colección de canciones que valen su peso en oro. Desde el groove infeccioso de guitarras aplastantes contenido en “Lucretia My Reflection” hasta la melancolía lírica de “This Old Man”, Dane cubre todos los espectros posibles. Y la variedad es un 60% de la nota para que un disco no sea aburrido y monótono.

Peter Wichers ha tenido mucha, muchisima, mano en la composición, y eso se nota. Las guitarras tienen un papel predominante tanto en la estructura como en los arreglos de los temas y eso también es bueno. Sería criticable un disco en solitario enfocado al lucimiento vocal de Dane. Aliándose con Wichers, Dane consigue la credibilidad que da el trabajo compartido. Aunque eso signifique en ultima instancia que los meritos no son únicamente de Dane. Pero es un detalle apenas sin importancia. Lo importante de Dane es que ha cuadrado un trabajo donde demuestra los limites de la versatilidad de su voz y, de paso, nos regala doce buenas canciones. La mejor, sin lugar a dudas, es la inmediata “Messenger”, con un riff que parece hecho a medida de la batería en lugar de lo contrario. Y eso significa “saltar”. Pero dudo mucho que Dane lleve esto al directo, o al menos, dudo mucho que Dane en solitario tenga el tirón necesario para girar por cualquier continente. Pero si dejamos de lado el detalle y nos centramos en el disco, podemos afirmar sin miedo que “Praises To The War Machine” es un esfuerzo destacable por destacar. Y destaca lo suficiente como para prestarle atención.