V3ctors: Physis

En menos de dos años, V3CTORS ha tenido un ascenso considerable. Ese es el tiempo que llevan activos, formándose por algunos integrantes de los malagueños NODEFINE tras su disolución. Un EP de cuatro temas bastó para saber que tenían entre manos una maquinaria de sobra engrasada que podía dar mucho que hablar.

Mathmetal, djent… llámese como quiera, pero ‘Physis’ es una auténtica burrada dentro del metal extremo y técnico, a la altura de los mejores fuera de nuestras fronteras. Su caso recuerda al de VORTICE, que tuvo que venir Fredrik Thordendal a alabarlos para que algunos les prestaran la atención merecida. Presicamente Pedro Sánchez, guitarrista de los catalanes, ya nos habló de V3CTORS en una de las entregas del macroreportaje sobre la escena estatal. En sus palabras daba con la clave de su seña de identidad: “hacen estilo frenético de ritmos, por llamarlo de alguna manera djent, con unas melodías de primera calidad”. Porque la melodía no está reñida con la caña. A la peculiar mezcla de TESSARACT me remito, que en su última obra se han limitado exclusivamente a las voces melódicas alternándolas tanto con partes djent como acústicas.

La intro ‘The Seed, Pt. 2’ es breve pero intensa, y con varios de los ingredientes que después amplían en ‘La Causa’, con sus estructuras imposibles, unas guitarras que martillean el cerebro y un punteo a mitad de tema (y después otro solo) totalmente enfermizo. Y ojo que eso es sólo el principio, porque ‘Rebirth’ es una prolongación de la anterior… pero con Nano empezando a adentrarse en terrenos melódicos; una auténtica gozada la manera tan natural en la que encajan todos sus elementos, que hace que se desmarquen de la mayor parte de bandas con las que podrían compararse. Juegan con ese contraste de la misma manera en ‘Mental Disorder’, y lo exageran más todavía en ‘Contradiction’, en la que encontramos las partes más llevadas al extremo tanto de su lado más crudo como del más light, por así decirlo.

Hace unos meses nos adelantaban ‘White Rhino’, tema en el que colabora Aleksandra Djelmash de DESTINY POTATO, y que encuentra su contrapunto en ‘Black Rhino’ (se pueden ver ambos en el diseño de su libreto). El caso es que, por desgracia, estos temas cobraron protagonismo no deseado hace pocas semanas al enterarnos que el rinoceronte negro se da por extinguido debido a la caza; y el grupo se hico eco de ello en sus redes sociales. La voz femenina de Aleksandra ensambla a las mil maravillas tanto con la sección instrumental del grupo como con el propio Nano, mientras que la segunda, más corta y directa, se centra casi por completo en su lado más agresivo, para después enfocarse en ‘My Own God’ en su registro limpio; de las mejores y más completas del álbum. Para el final, más contrastes a partes iguales en ‘Concrete Particle’ y la outro ‘The Path’, que apenas aporta nada a todo lo que ya habíamos escuchado con anterioridad. Tienen un pedazo de disco entre manos, que a poco que lo sepan mover, traerá al grupo grandes cosas.