Dunedain: Pandemonium

Lo cierto es que bandas como Dunedain, Zenobia u Opera Magna han sabido hacer metal clásico con un toque moderno huyendo de ese horrible casposismo que había caracterizado a muchas de las bandas del género en nuestro país por muchos años.

Dunedain son incansables. Sobrevivir quince años en la escena actual siendo una banda de heavy metal que canta en español es poco menos que motivo de beatificación. Dejando a un lado que el nivel en este país en lo que a heavy metal clásico siempre ha sido bastante pueril y eso no ha ayudado a dotar de buena fama a la escena, lo cierto es que bandas como Dunedain, Zenobia u Opera Magna han sabido hacer metal clásico con un toque moderno huyendo de ese horrible casposismo que había caracterizado a muchas de las bandas del género en nuestro país por muchos años.

La ascensión de Dunedain ha sido gradual y con importantes saltos cualitativos entre disco y disco. Parece que con “Mágica”, su trabajo de 2012 encontraron el sonido y producción definitivos, algo que queda patente en “Pandemonium”, donde han conseguido un sonido muy similar al del anterior disco, aunque un poco más profundo y denso en las guitarras y batería. El tema “Bola de Cristal”, con su malévolo riff, es un buen muestrario de aquello a lo que me refiero: más ásperos, más graves pero no por ello menos melódicos y pegadizos.  Lo que más resalta, no obstante, es la incorporación de Carlos Sanz como vocalista principal de la banda, permitiendo a Tony Delgado concentrarse en su guitarra y en realizar voces secundarias. Un cambio que sirve para reforzar musicalmente a Dunedain y que no es nada traumático. La tesitura de Sanz es agradable al oído y ayuda a que la banda suene más completa.

El tema con el que se abre el disco, “Legado”, es ideal para abrir los directos. Es como la escena en la que el camión del bueno de la película irrumpe la puerta del almacén secreto de los malos y se los lleva por delante. Es la sensación que tienes cuando entra la batería y el primer acorde queda sostenido unos segundos, antes de que Tony y Mariano comiencen a doblar sus guitarras en un punteo de lo más pegajoso.

Las sonoridades más modernas tienen cabida en “Vuela”, un tema con gran acompañamiento de teclados y un riff contundente y percutor como un martillo neumático al inicio. Es un medio tiempo de letra sentimentalista que descansa en los versos, coge fuerzas en el pre-estribillo y explota en el estribillo al grito de “Hoy quiero verte volar!” y unas melodías reminiscentes de Sabaton en algunos momentos.

Otro de los grandes momentos del disco es el himno “Vivir en Pecado”, que podría ser el tema más facilón de la historia de la banda pero con un estribillo con grandes melodías vocales por parte de Sanz. Más grandilocuente es “Luna y Sol”, una canción de ocho minutos llena de épica y voces agudas sobre una base de doble bombo y varios cambios de ritmo que te hacen no querer despegarte del disco. Contrasta con el aparente simplismo de “Tu Sueño”, de melodía folk y ritmo hecho a medida para que el público salte en los conciertos. En esa misma linea va también “El Beso”, el tema con el que cierran el trabajo y con el que nos regalan una suerte de medio tiempo de tintes más mainstream.

Es evidente que Dunedain no han inventado la rueda pero quienes venimos siguiéndoles desde hace años no esperamos que la inventen sino que hagan grandes canciones dentro de los parámetros del heavy metal clásico en el que se mueven. En ese aspecto se salen. “Pandemonium” es un disco lleno de grandes temas, arreglos cuidados y un sonido preciosista y nítido. Heavy Metal del pasado con sonido del presente y la vista puesta en el futuro.