Hateskor: Paint My Fear

Disco debut más que interesante del grupo fundado por Alex Scorza, ex-guitarrista de MURO. Hace poco más de un año que creó HATESKOR para incorporar poco después a Carlos Resina y Raulicio (AKRATOS) al bajo y batería respectivamente, al teclista Ismael Filtho (AMSET, CUATRO GATOS, SILVERFIST…), y completarlo por último con McLeod, vocalista procedente de EGRAINE.

Con el grupo formado, no han tardado en plasmar su primera obra. ‘Paint My Fear’ ha sido grabado en los estudios Local 18 por el propio Skorza, mezclándose en los Tainted Studios finlandeses por Jarkko Mattheiszen, y corriendo a cargo de James Murphy (TESTAMENT, DEATH, OBITUARY) la masterización en los Safehouse Production. Con la experiencia anterior de los músicos, y los nombres implicados para dar forma a este trabajo, uno se da cuenta de que no estamos ante un grupo novel más, sino ante una banda nueva pero con muchos años detrás. Y para el lanzamiento han fichado por el sello austriaco Noisehead Records, que en los últimos años ha contado con varios grupos de aquí en sus filas.

Las influencias esta banda son claras: el death melódico en su mejor época, la de finales de los años 90. Escuchando ‘Paint My Fear’ vienen a la cabeza nombres como CHILDREN OF BODOM en sus primeros discos, incluso de WARMEN, gracias a la presencia notable de los teclados de Filtho a lo largo de los nueve cortes que componen el álbum. ‘Far Beyond The Stars’, el tema más corto, se encarga de abrir el disco, con guitarras épicas y rápidas unidas a la imponente voz viking de McLeod, con los teclados en un principio en segundo plano, para luego tomar protagonismo en un solo de esos que se echan de menos en los grupos que tanto abusaban de ellos hace no mucho. Son mejores incluso en ‘My Inferno’, donde se entrelazan como si de Alexi Laiho y Janne Wirman se tratara en la etapa de ‘Hatebreeder’, haciendo uno de los temas más destacados.

Uno de los mayores puntos a favor es la crudeza que refleja su sonido; en una era donde pro-tools y el retoque digital hace que todo suene perfecto (en algunos grupos incluso artificial), HATESKOR suenan naturales, como deberían hacerlo las bandas de este estilo. Esas atmósferas oscuras y pesadas del principio de ‘Ten Days, Ten Nights’ que rompen en un tema veloz y desgarrador (esa misma estructura la usan en ‘My Golden Void’), o el ritmo frenético y casi desquiciante de ‘Tears Of Fire’ (vaya solos los de esta canción) estoy convencido de que perdería mucho con una producción a la última moda. Con esto no quiero decir que el disco suene mal: todo lo contrario, ojalá hubiera más bandas que sonaran así. Los teclados vuelven a destacar en ‘Pool Of Decadence’, creando melodías hipnóticas de fondo en los más de seis minutos de duración, en la extrema ‘The Curse’… en realidad es la constante que une a todas las composiciones, pero en cada una de manera distinta. Completan los nueve temas ‘Mirror´s Eye’, que quizá se trate del tema menos desgarrador (al menos en su primera mitad), y ‘Where They Belong’, que cierra el álbum de manera contundente.

Primer disco de HATESKOR prometedor. Ya llevan unos cuantos pasos firmes dados, y tienen los cimientos para formar el futuro. Recuperan un estilo dándole un lavado de cara, con el mayor punto a favor en su sonido, y en esos solos de guitarra/teclado tirando de virtuosismo que parecían estancados. Ahora toca defenderlo como se merece en directo, y llegado el momento confirmar las buenas maneras que han apuntado en ‘Paint My Fear’.