Comeback Kid: Outsider

No son unos principiantes en esto, y tras 17 años de carrera Comeback Kid se doctora con un disco capaz de enganchar a gente más allá del estilo. Es la séptima obra de los de Winnipeg y ya bajo el auspicio de Nuclear Blast, por lo que el despegue debería ser definitivo. Hay muchas bandas similares y de gran calidad pero Comeback Kid tienen estrella y los temas enganchan.

Los canadienses Comeback Kid siguen dando excelentes muestras de estar en plena forma. Su hardcore crossover va abrazando la melodía manteniendo las altas dosis de agresividad y protesta a la vez que ofrecen unos directos espectaculares con los que se han hecho un nombre. Buena muestra de ello pudieron vivir los asistentes al pasado Download madrileño. Ya están en la todopoderosa Nuclear Blast. Temas cortos, directos pero repletos de riffs incendiarios, actitud y conexiones con los más grandes del hardcore neoyorkino. Puede que estemos ante un disco clave para el grupo, pues si con este material no reinan dudo que lo consigan. Excepcional disco por parte de Andrew Neufeld y Jeremy Hiebert que han dado un puñetazo sobre la mesa. Esta vez es hardcore de pedigrí pero apto para todos los públicos y facturando bombazos melódicos y accesibles. Pocas veces se consigue un equilibrio tan perfecto.

Quizá el tema homónimo es lo que más brilla esta vez. Corte agresivo y directo, adictivo, de los que entran de buenas a primeras y 100% Comeback Kid. Es en “Surrender control” cuando ya entramos en tesituras más accesibles y melódicas, pero sólo en los estribillos. El riff base y los guitarrazos son pura dinamita así como los trabajadísimos juegos de coros, complejos y envolventes. El thrah metal asoma en “Absolute” contando con la presencia de otro canadiense ilustre: nada más y nada menos que don Devin Townsend. Es un corte con reminiscencias a Strapping Young Lad, dejando claro que, ya que Devin colaboraba, le hacían un tema a su medida. Impresionantes los juegos y cambios en “Hell of a Scene”, que va para clásico en sus 110 segundos de volada. Pasan del estribillo melódico al hardcore punk más agresivo. El listón sigue altísimo con “Somewhere, Somehow”, apuntando a himno y volviendo a combinar con maestría agresividad, contundencia con melodía, y es el tema más extenso y completo del álbum.

El trepidante bajo de Matt Keil domina “Consumin the Vision”, en la que participa Chris Cressewell. Pero si lo que quieres es un himno prueba con “Outrage”, dotada de la ampulosidad de “Uooo”, “Uooos”. Perfecta banda sonora para pogos y desparrame con unas guitarras muy deudoras del thrash europeo. Sabor de Anthrax mezclado con Agnostic Front en “Blindspot” para arremeter con rabia y visceralidad en “Livid I’m Prime”. Es impresionante como transmiten las voces de Naufeld y Matt Keil, capaces de ser suavizadas y melódicas en otro de los temas estrella como es “Recover”. A nivel técnico la mezcla, grabación y producción es exquisita pues es un hardcore crossover producido como si de un álbum de thrash se tratara. Otro de los grandes logros ha sido que los temas mantengan premisas comunes pero sean suficientemente diferentes para que estemos delante de una obra variada en su estilo. “Moment in Time” por ejemplo termina siendo absolutamente oscura y bañada en tristeza. En ella participa Northcode rematando con mala leche y contundencia.

No son unos principiantes en esto, y tras 17 años de carrera Comeback Kid se doctora con un disco capaz de enganchar a gente más allá del estilo. Es la séptima obra de los de Winnipeg y ya bajo el auspicio de Nuclear Blast, por lo que el despegue debería ser definitivo. Hay muchas bandas similares y de gran calidad pero Comeback Kid tienen estrella y los temas enganchan. Resistencia, lucha y justicia narrada y tocada con maestría y mala leche. Esperemos que vuelvan de gira pues esta obra hay que disfrutarla en directo.