Volbeat: Outlaw Gentlemen & Shady Ladies

Ya está. Lo han conseguido. Volbeat son una de las bandas de rock más grandes del planeta. Han entrado en el Bollboard Norteamericano en el puesto 9 y son número uno en Austria, Suiza, Alemania, Canadá, Noruega y su patria Dinamarca. En el resto del Norte y Centroeuropa se mueven entre el Top 10. Pero España sigue como el poblado galo de Astérix… ¿Quién coño conoce a Volbeat aquí? Ni los heavies. Disco a disco han ido subiendo como la espuma hasta conseguir ser cabezas de cartel en Wacken. En España les pusimos a las 16:00 a abrir el festival… En fin… esta gente ha conseguido mezclar como nadie el sonido de Metallica con las melodías puramente 50s y con ese regusto a Misfits. De todas maneras el combo viene del death metal técnico puramente danés, y a pesar de que para mucha gente son muy melódicos han abierto una puerta. Y lo mejor, han conseguido un sonido propio. Algo que a estas alturas parece imposible. Nadie suena como ellos y ellos son absolutamente reconocibles a las primeras de cambio.

De entrada el disco parece no llegar al excepcional nivel de los anteriores y también parece excesivamente accesible. Las repetidas escuchas harán que pronto cambies de opinión en lo primero, pero quizá si es cierto lo segundo. Desgraciadamente en USA la gente asocia a Volbeat con metal adolescente, algo que en el Viejo Continente no pasa. Entre lo más brillante está la tonada facilona y agradable de “Lola Montez”. Tema perfecto como single. Estribillo colosal, buen rollismo. Se nota que el grupo ya le ha pillado el tranquillo a la fórmula perfecta. La voz de Poulsen es absolutamente alucinante. Tiene ese chorro que mezcla lo mejor de James Hefield y de Danzig. La sorpresa la pone la oscura “Room 24” con la participación de todo un King Diamond. Sus grandes héroes siempre desfilan por sus discos y sus directos. Un detalle exquisito. Gustará, como no, a los más heavies, y estoy seguro que siempre que se crucen en un festival este temazo va a caer. Esta hecha a su medida.

De todas maneras hay bastantes temas metaleros y agresivos en los que el doble bombo manda. “Doc Holliday” parece todo un homenaje a Metallica. Le han añadido un banjo para alejarse un poquito, pero Metallica estarían encantadísimos de firmar un tema como este. Muy en onda del disco negro. Otra que va para single es “Lonesome Rider” en la que indagan en su folk cowboy y en la que Sarah Blackwood borda un dueto excelso. La inclusión de Rob Caggiano (Anthrax) –también productor- ha sido un fichaje espectacular. Se notan unas guitarras más afiladas, más trabajadas y con mucho protagonismo, caso de “Black Bart”. Pura tralla a doble bombo con una línea vocal y un deje country. La intro instrumental es preciosa y da lugar a “Pearl Hart”, corte muy similar al que abría su anterior disco. Single evidente, bueno, pero excesivamente obvio.

Las tonadas agradables y accesibles continúan en “The Nameless One”. Ese es un hándicap importante del inicio de disco pues parece algo lineal y sumamente accesible… excesivamente accesible para muchos paladares. Pero es innegable que la fórmula funciona. “Dead But Rising” imprime la contundencia esperada y Poulsen consigue unas melodías vocales muy logradas y otro estribillo marca de la casa, capaz de rivalizar con un potentísimo riff de la mano de Caggiano y el propio Poulsen. “Cape of Our Hero” es deliciosamente delicada y suave. Escogida como single para llegar a más gente, pero no de las mejores precisamente, ni tampoco de las más representativas.

El disco gana escucha tras escucha y está llamado a ser el que les catapulte a lo más alto. Merecen todos los elogios pues han dotado a la escena de un sonido diferente, accesible, auténtico y festivo. Las melodías 50s y rockabilly se dan la mano con la contundencia de Metallica y la velocidad de Misfits. Puede que no logre superar las tres primeras obras maestras con las que empezaron, pero está claro que este disco va a ser el que más venda. La edición especial cuenta con un segundo disco con dos temas grabados en Wacken, una demo, otra versión alternativa y otro tema que mantiene bien el nivel. Con su segundo disco predije que en unos años tocarían en estadios… acerté en su día con Muse, pero no con Backyard Babies ni con Dropkick Murphys. ¡A ver si el tiempo me da la razón!