The Dillinger Escape Plan: One of Us is the Killer

Hasta a mí me suena raro lo que voy a escribir, pero ‘One of Us is the Killer’ es tan solo el quinto disco de THE DILLINGER ESCAPE PLAN en catorce años. Siempre han sido una banda a la que le gusta espaciar sus trabajos. ¿Será por el grado de locura y desquiciamiento del que hacen gala a la hora de componer nuevo material? Es una opción. El caso es que rara vez defraudan, y esta ocasión no es una excepción.

Por el camino han perdido a Jeff Tuttle, su guitarrista los últimos cinco años; su puesto lo ha ocupado un viejo conocido de la banda, James Love, que ya los acompañó en la gira de ‘Miss Machine’, e incluso grabó con ellos el EP ‘Plagiarism’ (a pesar de que en la portada del mismo apareciera Brian Benoit). A pesar de su incorporación, todas las guitarras del álbum han sido grabadas por Ben Weinman. Además de extractos de todos los temas, la banda había adelantado los dos primeros cortes, ‘Pancer’ y ‘When I Lost My Bet’; esos mismos los interpretaron recientemente en una intensa, sangrante, incendiario y destructiva actuación en entrega de premios en su país (ver vídeo). Poco se puede decir de ellos a estas alturas en cuanto a su directo: son peligrosos como pocos.

A lo que iba. ‘Prancer’ pronto nos ataca con sus guitarras estridentes antes de entrar en un caos instrumental donde Puciato va escupiendo sus letras; el último minuto y medio es demencial. Por su parte, ‘When I Lost My Bet’ parece menos agresiva de primeras, metiendo al poco de empezar uno de esos interludios donde la batería y el bajo llevan el peso del tema; pero poco después, con los constantes cambios de ritmo nos damos cuenta de que mantiene la esencia de la banda. Tras un inicio tan acelerado, sorprenden con una accesible y melódica ‘One of Us Is the Killer’; y llama más la atención que precisamente sea un tema como ese el que da título al álbum. Es su particular ‘Black Bubblegum’ (de hecho, repiten la estructura de empezar con dos cañonazos y bajar las revoluciones a la tercera canción, igual que en ‘Ire Works); puede que no sea tan pegadiza como aquella, pero por marcar la diferencia, se hace uno de los mejores momentos de todo el álbum con su final in-crescendo.

En ‘Nothing's Funny’ también tenemos un registro menos roto de Greg, aunque la música va por libre en un ritmo que llega a resultar agobiante. Entre medias de ambas reparten más cera con una alocada ‘Hero of the Soviet Union’: Han dado con la fórmula de hacer temas cortos y directos, intercalando algunos más digeribles, para conseguir no cansar. En esa misma onda intimidante tenemos ‘Magic That I Held You Prisoner’ y ‘Understanding Decay’, y en menos medida, algunas partes de ‘Paranoia Shields’, donde de nuevo Puciato nos enseña algo más que sus gritos, y aprovechan para meter arreglos de instrumentos de viento, por raro que pueda resultar en ellos. También han optado por meter un corte instrumental, ‘CH 375 268 277 ARS’ a modo de interludio, aunque donde demuestran todo su potencial es cuando se juntan todos a una. Para el final, una desgarradora, lenta y pesada ‘Crossbuner’ (la única que se puede hacer algo larga) y una ecléctica ‘The Threat Posed By Nuclear Weapons’, donde mezclan tanto su locura como algún tramo algo más fácil de asimilar. DEP han ido evolucionando con el paso de los años y han hecho que en sus composiciones tengan cabida elementos que hace una década eran impensables para un grupo así. Bravo por ellos. Deseando volver a ver cómo se las gastan sobre un escenario… si es que son capaces de limitarse a él y no bajarse al público.