Neal Morse: One

De nada sirve intentar entender ciertos misticismos. Como muchos sabréis, Neal
Morse abandonó su banda madre, SPOCK’S BEARD, tras el lanzamiento de “Snow”
(uno de los mejores discos de la formación), por el supuesto llamamiento del
señor que se supone que vive entre los cielos, cuyo nombre se adhiere a la religión
cristiana. Desconozco la experiencia espiritual de Neal Morse, es más, ni la
pongo en duda, pero dudo que la Providencia le dijera: “eh, tú!; deja tu grupo
y emprende una carrera en solitario”. Que cosas….

En fin, SPOCK’S BEARD, para sorpresa de sus seguidores después del plantón
de la mayor fuerza compositiva, consiguieron levantar cabeza con “Feel Euphoria”,
un disco de notable factura, en el cual el batería D’Virgilio se las apañó de
buenas maneras con los micros (y así hasta día de hoy, “Octane” inclusive),
mientras que Neal Morse editaba “Testimony”, un trabajo demasiado azucarado
en el que basaba su temática en dicha experiencia personal y mística.

Y llegamos hasta este actual “One”, donde Morse vuelve a puntear algunas letras
con talante religioso, pero donde musicalmente se presta más al dinamismo y
a la variedad a diferencia de su anterior álbum en solitario. De nuevo, el batería
de DREAM THEATER, Mike Portnoy, (¿sabe este hombre que el día tiene 24 horas?),
graba las pistas de batería, y Randy George hace lo propio con el bajo; del
resto se encarga el propio Morse, formando así un tridente lleno de experiencia
y profesionalidad se mire por donde se mire, y logrando que el disco en su totalidad
suene compacto, como si de una banda se tratase, no como un proyecto individual
con mercenarios de alquiler.

Difícil se hace la tarea de destacar algún tema en particular, suena a tópico,
pero es así; tres de ellos, la inicial “The Creation”, la intermedia “The Separated
Man”(personalmente una de las mejores), y “Reunion” para finalizar, se dividen
en varias partes, aunque siempre formando un todo que reúne todas las cualidades
que caben esperar. Un todo muy completo, ya que en estas subdivisiones encontramos
partes lentas cargadas de atmósferas, adornadas incluso por arreglos de cuerdas;
partes dinámicas, en su mayoría instrumentales, donde se dan cabida a los alardes
de virtuosismos de este trío de ases, y por supuesto, partes melancólicas donde
Neal Morse nos hace recordar la sencillez que posee para transmitir sentimientos
a través de su voz. El resto de temas no desmerecen atención, dígase las lentas
“The Man’s Gone”, y la preciosa “Cradle To The Grave”, en las que las guitarras
acústicas toman el protagonismo; o “Author Of Confusion”, donde las cascadas
de virguerías instrumentales dominan la situación; un tema curioso, ya que si
en principio se adivina su contenido puramente instrumental, rompen en ritmos
lentos y medios cuando le vienen en gana para introducir excelentes líneas vocales.
Y así hasta citar todos los temas.

Si señor, todo un discazo. Neal Morse ha sentado cabeza, y fuera de todas las
circunstancias extramusicales por las que ha vivido, se ha centrado para grabar
un buen disco, y podemos afirmar que “One” está a la altura de todo excelente
trabajo de su anterior banda (“Snow”, “V”…). Morse demuestra que se acuerda
perfectamente de cómo componer temas de puro rock progresivo, sin tener que
aferrarnos al pasado para volver a escuchar a este músico con descargas de energía,
pero todo ello sin perder la esencia melancólica que siempre ha rodeado todas
sus canciones y una puesta a punto para la ocasión de su imaginería compositiva.
Una perfecta simbiosis, que ha quedado de igual forma reflejada en este disco.
Si perdiste la esperanza después de “Testimony”, “One” te da la oportunidad
de recuperarla.