Dark At Dawn: Of Decay And Desire

Ya avisaron con su anterior lanzamiento Crimson Frost y con aquella fantástica versión del “Don’t Pay The Ferryman”. El cambio de sello comportó la edición de sus primerizas demos con The First Beams Of Light, un álbum pasable y de sus primerizas canciones que sirvió para terminar contrato. Con Of Decay And Desire Dark At Dawn se afianzan como una de las bandas más prometedoras y originales de la escena.

El trío germano muestra a lo largo de sus 12 cortes que, pese a no haber inventado nada, su apuesta es refrescante y sumamente atractiva. Aunque se les ha llegado a catalogar como a power oscuro por su uso del doble bombo y la voz rasgada de Buddy Kohlrausch, estilo Chris Bolenthdal de Grave Digger, creo que su estilo va más allá. Dark At Dawwn suenan a Dark At Dawn, y con eso ya se meriendan al 99% de bandas que han aparecido en el último lustro. Medio tiempos con voces femeninas de apoyo como en “Luna” o “Soulitude” hacen que ganen matices y se diferencien del resto. En terreno speedico tenemos muestras como “End Of Ice –Warriorqueen-“ demostrando su versatilidad en todo tipo de velocidades. Los teclados son otro elemento clave y alcanzan matices góticos e incluso galácticos en cortes como “Forever”. Hay que recordar que estos chicos llevan con la banda desde 1993 y que no son precisamente unos novatos. Temas redondos como “The Sleepwalker” cautiban desde el principio. No necesitan de grandes demostraciones técnicas y son capaces de convencerte con canciones que apenas sobrepasan los cuatro minutos y algunas que no llegan ni a tres. Los solos de Torsten Sauerbrey, sencillos pero efectivos, llegan a doblarse y a funcionar de maravilla. Este chico es sin duda la auténtica alma del grupo pues a parte de trabajarse casi todas las letras y componer toca la batería, la guitarra y el teclado. En “…And The Sea Wept” muestran su cara más melódica que choca directamente con la garganta oscura de Buddy. La versatilidad de sus cuerdas vocales sorprende tremendamente cuando en “Fair Well” consigue clavar la voz de Matt Barlow, el excantante de Iced Earth. Pero lo más sorprendente de todo es que tanto el riff como la estructura de la canción parece compuesta por Schaffer.

Si cuando les descubrí ya fueron toda una grata sorpresa, con este disco se han hecho ya una firme realidad. Esta banda con una promoción acertada y una inversión interesante bien merecería llegar a un público mayor. Son directos, frescos y capaces de abarcar públicos tremendamente dispares. Atención con Dark At Dawn porque son toda una esperanza para la escena, falta ver ahora si alguien les hace caso.