Alimaña Hardcore: Odio & Ruido

Salidos de Soria, ALIMAÑA HARDCORE son una de thrashcore a la americana verdaderamente aplastante. Igual que hay un montón de bandas que se hacen cansinas y repetitivas, casi como si de un reto se tratara ser menos original que el que venía antes que tu, en el caso de ALIMAÑA HARDCORE nos encontramos ante un disco bueno, un disco que mola escuchar de principio a fin, porque tiene un trabajo mucho más equilibrado entre los riffs, las melodías y los cambios de ritmo. Hay bandas que optan por ser tan técnicas que descuidan los arreglos, desconocedores aparentemente de que la gente que escucha las canciones debe identificarse o relacionarse mínimamente con ellas para disfrutarlas. ALIMAÑA HARDCORE son técnicos, si, pero escucha una canción como “Inocentes” e intenta decir que no te ha captado la atención ni un par de minutos.

En otras como “Odio y Ruido”, la banda opta por mostrar su lado más crossover, recordando en momento a los SOZIEDAD ALKOHOLIKA más rugosos, e incluso a otros como KOMA y KTULU por momentos. Tienen un lado bastante metalero clásico –con influencias de METALLICA y MEGADETH- en el trabajo de guitarras de Carlos Romero y Javier Santamaría, bastante visible en “Ilusión Consciente”. No obstante, el rasgo diferencial en muchas canciones es un buen uso de los coros, trabajados y presentes en los momentos adecuados.

Los muros de sonido son frecuentes, pero sin descuidar la melodía, como en el inicio de “Mi Familia” y en su posterior desarrollo. El grupo ha grabado en los prestigiosos estudios Sadman de Madrid con Carlos Santos, lo que ya es indicativo de la calidad que podemos esperar. La mezcla de Mikka Jussila en los Finnvox de Finlandia no apesta, como es lógico, pues para algo son dos de las manos más experimentadas del negocio, pero estoy seguro de que podrían haber conseguido resultados parecidos o iguales con alguien de aquí. A fin de cuentas, el gran trecho entre los medios disponibles fuera de España y dentro de nuestro país se ha acortado mucho en los últimos diez años.

Son buenos, inspirados y frescos. Si no se comen el panorama es por la coyuntura en la que nos encontramos, que quede claro.