Derek Sherinian: Oceana

Derek Sherinian se hizo mundialmente famoso en recalar en las filas de Dream Theater. Es un enorme teclista y virtuoso que a día de hoy le podemos ver en los Black Country Communion, una agrupación de estrellas. Está claro que Sherinian merece estar allí, pero eso no quita que el tipo siga con el gusanillo de componer en solitario y ofrecernos grandes discos instrumentales. Sherininan posee el buen gusto de crear composiciones en las que dibuja sus aptitudes, solos y diabluras pero que tampoco se pierde en hacer música para músicos, intrincada, densa, compleja y a veces… cargante. Caso de muchos discos en solitario de virtuosos. Aquí el jazz y la fusión se dan la mano con el rock y el hard.

“Oceana” es un gran compendio de temas sumamente accesibles con lucimiento rotundo instrumental. El teclista se rodea de una constelación de estrellas espectacular. Nombres como los de Simon Philips, Steve Lukather, Tony MacAlpine, Joe Bonamassa, Doug Aldrich o Steve Stevens asoman en cada uno de los temas. Destacan especialmente cortes como la que abre “Five Elements” y la rápida y pegadiza “Ghost Runner”. Espectacular el trabajo a las teclas y la guitarra de Stevens. “Mulholland” muestra su cara más calmada, a medio tiempo, pero igualmente exquisita. Sin embargo echo de menos ese corte rompedor, absolutamente experimental que solía ofrecer en sus trabajos en solitario.

Los cortes van todos más allá de los cinco minutos y gozan de una producción perfecta en la que el teclado lo domina todo. A pesar de ello el balance de todos los instrumentos es más que ideal. Guitarra y teclado se doblan en “El camino diablo”, que posee un cierto aire a banda sonora de videojuego de coches de los 80-90. Hay que resaltar que todos los cortes poseen un feeling tremendo. Un ejemplo de ello es la compleja “I Heard That”, con un bajo muy presente, cortesía de Jimmy Johnson. Merece la pena citar la bonita portada en la que vemos un galeón hundido junto a unos pianos y teclados, como si el tesoro que transportaba el navío fuera ese.

Buen disco instrumental muy en la línea de Sherinian. Para mi gusto supera a discos como “Black Uthopia” o “Mythology”, que son los que tengo más presentes y escuchados. Es un músico prolífico y constante en cuanto a edición de trabajos y colaboraciones, así que no es fácil seguirle la pista, está en todas. Posiblemente le prefiera en las filas de Black Country Communion, pero siempre es un placer escuchar la música que realmente le gusta realizar a un músico del calibre de Sherinian.