El caso de CRADLE OF FILTH siempre ha sido digno de ser analizado por sus evidentes
singularidades. Siendo un grupo claramente de metal extremo (y considerando
el amplio abanico que se le ha de presuponer a dicha etiqueta), ha sido históricamente
denostado por gran parte de los seguidores de este estilo, siendo la génesis
de tal rechazo más de naturaleza contextualizadora que no evolutiva, pues si
bien estos ingleses nunca han experimentado un cambio en el ámbito musical considerablemente
significativo a lo largo de sus seis discos editados, sí que se han caracterizado
por provocar un efecto mediático de feedback no siempre bien visto por un público
a veces demasiado conservador. Ellos, al margen de las críticas que los acusaban
de mero producto comercial (“posers”, para los amigos), se han mantenido fieles
a una música que a priori no parece que tenga nada de accesible para el gran
gentío. Cierto es que el negocio montado alrededor de la banda ha sido y es
notable (exceptuando a IRON MAIDEN posiblemente no haya ningún otro grupo de
metal que pueda presumir de tan basta colección de camisetas en su catálogo),
pero no es menos cierto que su música, sin ser la gran panacea, destila una
calidad a veces pasada por alto. En definitiva, venden imagen pero, pese a quien
le pese, también venden composiciones de certero metal. Que se explote el filón
comercial que ha dado de sí el grupo siempre será legítimo mientras no suponga
un amaneramiento o una bajada de calidad de la música en sí (¿vendidos? ¿Quién
no haría negocio si tuviera la oportunidad?). Realmente es un fenómeno que desde
hace unos cuantos añitos también atañe a los geniales DIMMU BORGIR (rebautizados
por los más irascibles como “Dimmu Burger” a propósito de tal condición). Eso
sí, hay que dejar claro que CRADLE OF FILTH nunca ha sido una banda imprescindibles
dentro del black metal y a ojos cerrados podríamos asegurar que nunca lo serán.
De hecho, la gran mayoría de gente que los coloca como piezas angulares no conoce
la escena, aunque todo ello ya sea arena de otro costal.

Black Metal con teclados alimentado de importantes dosis de horror metal y
gothic. Así es como un servidor optaría por definir al grupo. El metal no está
exento de matices, de ahí la palabrería; ya que utilizamos el lenguaje para
describir música (¿contradicción?), quedémonos a gusto.

Y después de tanta tontería (y es que a veces uno se enrolla para explicar
cosas bastante evidentes), pasemos a hablar del disco que nos ocupa. A pesar
de que Nymphetamine salió al mercado en noviembre del pasado año, ahora Roadrunner,
a modo de clamorosa estratagema comercial, se decide a sacar una apetitosa versión
especial del álbum cargada de alicientes. Ya que nunca nos llegó la copia promocional
de la primera tirada de “Nymphetamine”, aprovecharemos para hincar el diente
ahora a esta nueva edición y contaros qué sabor nos deja el conjunto.

Lo cierto es que este me parece quizá uno de los mejores trabajos que ha editado
la banda en los últimos años. Siempre me había llamado la atención que poco
después de la edición de cada uno de los últimos álbumes de la banda el pequeño
Dani comentaba de forma metódica durante las entrevistas promocionales que no
habían quedado nada satisfechos con el sonido del disco y que esperaba poder
conseguir la producción deseada en discos venideros (algo que llama la atención,
pues la calidad de sonido conseguida en estudio a mí personalmente siempre me
había parecido más que digna). Con “Nymphetamine” dudo que el frontman se atreva
a poner pegas al respecto, ya que la producción me parece uno de los grandes
aciertos del álbum: el sonido de las guitarras y de la batería se caracterizan
en esta ocasión por un grosor y una presencia de la que adolecían “Damnation
And A day”, “Cruelty and the Beast” y en parte “Midian”. Por el contrario, los
teclados parecen rezagarse en esta pugna bastante más de lo que venía siendo
habitual en los discos citados, consiguiendo así un sonido más grueso y amenazante,
en definitiva, más heavy. Eso sí, la pericia de Martin Powell a las teclas no
queda ni mucho menos en un plano anecdótico, tal y como se demuestra destapándose
en cortes como “Never Suited My Palette” o “Filthy Little Secret”, siendo los
interludios tenebrosos y atmosféricos como “Painting Flowers White” otra de
las constantes con las que sigue jugando la banda, que para esta ocasión también
ha buscado algo de apoyo ornamental en la Vulgarian Philarmonic.

Lejos de hacer un análisis exhaustivo, quizá valdría la pena citar canciones
como “Gilded Cunt”, que es el tema que abre el disco (tras una breve introducción)
y al mismo tiempo el single que muchos ya habréis oído por todos los antros
metaleros. Directo, guitarrero y por lo general bastante acertado. Un “Coño
Dorado” con dientes, vaya.

“Nemesis”, por su parte, recuerda bastante a las composiciones de “Midian”:
medio tiempo, guitarras ligeramente sempiternas y las voces de Dani dobladas
en pro de sus dos timbres más característicos.  “Nimphetamine (Overdose)” es
otro de esos temas con mucho guitarreo y bastante moviditos, con unos cuantos
cambios de tempo cuidados y unos teclados fáciles pero efectivos que ayudan
a hacer evolucionar el tema hasta desembocar en una segunda parte magistral
en la que hace acto de presencia la sobrecogedora y dulce voz de Liv Kristine
(LEAVES’ EYES). Momento emocional de altos vuelos que hacen que el tema destile
en una suerte de pasajes de clara naturaleza gothic metal. Se agradece sobremanera
que esta vez se hayan servido de la increíble voz y profundidad que aporta Liv,
prescindiendo casi en su totalidad de los servicios de la omnipresente y oronda
Sarah Jezebel Deva, cuyas aportaciones nunca me han parecido nada del otro jueves.
En definitiva, un tema bastante redondo. “Medusa And Hemlock” es otro de esos
temas bastante redondos, con unas líneas de guitarra muy bien pensadas, así
como “Filthy Little Secret“, tema en el que se explayan con una buena selección
de atmósferas, pianos y vaivenes varios con los que la banda juega hasta culminar
los siete minutos que dura el tema

Más o menos la tónica del disco avanza por estos senderos. En temas como “Gilded
Cunt” o, sobretodo, "Swansong For A Raven” podemos encontrar algún que
otro oxigenante blast beat, aunque sin caer en dinámicas escapistas respecto
al “easy-listening” sedentario que caracteriza a muchas de las composiciones
(siempre dentro del contexto del metal extremo).

Un aspecto en el que he tenido la ocasión de fijarme es que, a diferencia de
lo que sucedía en discos pretéritos, en este “Nymphetamine” la voz de Dani Filth
deja de estar presente en todas y cada una de las melodías, riffs y demás para
dejar que la labor instrumental también destaque por sí sola en diversos pasajes.
Y, claramente, este detalle es todo un acierto, ya que uno de los puntos que
hacían a discos como “Cruelty and The Beast” o “Midian” algo indigestos en según
qué momentos era este omnipresente ataque de verborrea galopante del vocalista.

Lejos, evidentemente, de los más cacareados y preferidos “The Principle of
the Evil Made Flesh” y “Disk and Her Embrace”, así como de aquél magnífico Ep
que fuera “Vempire”, esta nueva obra saca la cabeza por encima de las últimas
andanzas sonoras de Dani Filth. Mientras que en el anterior “Damnation And A
Day” encontrábamos algunos temas prescindibles en plena discordia con algunos
ciertamente más inspirados y aplastantes en esta ocasión la jugada se adivina
algo más acertada, saliendo el grueso de las composiciones airosas de la minuciosa
valoración buscachinches. Algún tema muy puntual algo más discretito (“Coffin
Fodder“ o “Gabrielle“ serían los candidatos) no empañan necesariamente el resultado
final. Además, digno es de mención que un disco de estas características que
dura nada más y nada menos que 76 minutos no se haga necesariamente pesado.
Si a este nada desdeñable minutaje le sumamos los seis temas extra que aporta
esta nueva y lujosa edición, la cosa se queda en algo más de 100 minutos de
música que vale la pena escuchar.

Por lo general, los grupos suelen sacar una primera edición especial en tirada
limitada que tras un tiempo se ve relegada por la edición normal. Con CRADLE
OF FILTH y sus últimos discos de estudio sucede justo al revés: primero se edita
el disco con su packaging y contenido sencillo y al cabo de unos meses aparece
su réplica en forma de edición especial. Obviamente, todo esto responde a estrategias
de marketing minuciosamente estudiadas, pero no deja de ser curioso que estos
ingleses sean uno de los pocos grupos grandes que vayan a contracorriente. Observaciones
accesorias a parte, en este cd extra encontramos una versión del “Devil Woman”
de Cliff Richards (el que fuera cantante de THE SHADOWS y se labrara también
una fructífera carrera en solitario) bastante digna en la que destacan los teclados
y las voces poco usuales de Dani, más limpias de lo que suele ser habitual.
A ello hay que sumarle otra voz que… no, ¡no puede ser! ¡Es King Diamond! Evidentemente,
no me cuadraba ver a Dani Filth imitando tan fidedignamente al inimitable King.
El danés ofrece su colaboración ocasional para este tema, haciéndolo inmensamente
más atractivo. Curioso cuanto menos.

El segundo es uno de los dos nuevos temas que el grupo incluye como extras;
“Soft White Throat” es una composición construida sobre una base de teclados
bastante sencilla y apoyado por las voces susurrantes de Dani, que no duda en
obsequiarnos con un efecto exagerado de delay robotizado a media canción, y
la colaboración de Sarah Jezebel Deba. El siguiente tema es “Bestial Lust (Bitch)”
de nada más ni nada menos que BATHORY. Obviamente no se ha intentado reproducir
la cruda producción del tema original, pero cierta parte de la esencia del tema
sigue estando ahí, con esa persistencia guitarrera y con la voz de Dani pasada
por un filtro para que su intento de voz rota se asemeje más a la de Quorthon
(sin tampoco conseguirlo demasiado). Por lo general, una versión bastante buena.
“Prey” es el segundo tema inédito: teclados más o menos monerdillos y unos ruiditos
sintetizados pseudoespaciales a lo PINK FLOYD nos introducen de nuevo de la
mano de los registros más susurrantes de Dani en un tema que a pesar de las
dosis de caña no deja de ser de lo más experimental que ha grabado esta gente,
con los citados ruiditos varios acompañándonos a lo largo de todo el minutaje.
Rareza de las gordas.

Lo que nos encontramos a continuación es una nueva versión del tema Nymphetamine 
-renombrado ahora como “Nymphetamine (Jezebel Deva Fix)”- en el cual las partes
que eran cantadas por Liv Kristine en el original son ahora reinterpretadas
por Sarah. La verdad es que en este tema sí que podemos apreciar las cualidades
de la cantante, que por una vez no es utilizada como mero monigote narrador
o corista inaudible. A pesar de todo, para el gusto de un servidor, la canción
pierde bastante respecto a la original (a parte de que no está completa, no
me vayan a comparar a Sarah con Liv).

Algo manido está el versionear el “Mr Crowley” del  Ozzy Osbourne… Estaba claro
que Dani no se iba a poner a imitar la peculiar voz del “madman”, pues hubiera
corrido el riesgo de quedar francamente ridículo. ¿Resultados? Una interpretación
que a nivel vocal se hace servir tanto de los registros graves como de otros
más o menos rotos como base para que Sarah Jezebel Deba añada una serie de notas
en clave de soprano que en conjunción con unos teclados en dura contienda por
el protagonismo a nivel instrumental del tema ayudan a hacer de ésta una versión
sumamente original, estallando en una marisma final de notas, cambios de ritmo
y dobles bombos. Todo un acierto, una versión de esas a las que vale la pena
echar un vistazo.

El contenido de este cd extra incluye finalmente el videoclip de la canción
“Nymphetamine”, un videoclip, como era de esperar, de una calidad técnica impactante
y con la aparición siempre agradecida de Liv Kristine. La acción, que gira en
torno a sensaciones tales como la osadía o la traición, tiene como eje angular
la figura de Nymphetamine, mujer ávida de sexo que no duda en poner en práctica
sus artes para conseguir sus objetivos. Algunos recursos visuales bíblicos (el
lavado de pies como símbolo de servidumbre) y otros más deudores de Shakespeare
(el veneno en el oído, un claro guiño a Hamlet) hacen que la narración fílmica
gane en profundidad y ayude a redimensionar la línea meramente musical. A pesar
de estar más alejado de los vídeoclips de horror gore a lo “From The Cradle
to Enslave” y más en consonancia con las últimas creaciones de la banda en este
terreno, el visionado, sin impactar e exceso, se hace ciertamente agradable.

Finalmente, en cuanto al artbook, tan sólo comentar que éste consta de un panel
triple desplegable en digipack y un libreto con el tipo de ilustraciones habituales
en la banda, con imaginería visual horror, ilustraciones fantástico-profetistas 
y un buen puñado de bellezas en pelotas.

Exacto. Era innecesaria tanta parrafada para hablar de CRADLE OF FILTH, pero
a veces las cosas salen así y toca acarrear con las consecuencias. Si nunca
soportaste a esta banda mejor vete olvidando. Yo mismo en algún momento a lo
largo de estos últimos años he estado harto del característico timbre de que
la voz de Dani Filth. Pero lo cierto es que lo que aquí encontramos un puñado
de nuevos temas que, más allá de variopintas historias y discusiones vacuas,
atesoran cuidadosas dosis de calidad, ambientación  y caña que a buen seguro
seducirán a más de uno de forma incendiaria, por mucho que no se reinventen
y no sean ni excepcionales ni indispensables.

Penumbra

Grupo:Cradle Of Filth

Discográfica:Roadrunner / Divucsa

Puntuación:7.3

Canciones:

    1. Satiryasis
    2. Gilded Cunt
    3. Nemesis
    4. Gabrielle
    5. Absinthe With Faust
    6. Nymphetamine (Overdose)
    7. Painting flowers White
    8. Never Suited My Palette
    9. Medusa and Hemlock
    10. Coffin Fodder
    11. English Fire
    12. Filthy Little Secret
    13. Swansong for a Raven
    14. Mother of Abominations
    15. Devil Woman
    16. Soft White Throat
    17. Bestial Lust (Bitch)
    18. Prey
    19. Nymphetamine (Jezebel Deva Fix)
    20. Mr Crowley

Año:2005

Votación de los lectores:7.3