7 Almas: Nueva Tierra

Un disco que, si lo hubiese editado Frontiers Records, estaría siendo catalogado como el futuro del rock melódico, pero que en nuestro país tendrá suerte de llegar a los aficionados más acérrimos del género. Demasiado buenos para el país del que han salido.

Es una pena que el hard rock melódico en España nunca haya sido poco más que un banquete de pobres. De nuestro país han salido formaciones excepcionales sin nada que envidiar a las grandes bandas suecas, británicas, alemanas o americanas. Es un poco el caso de los madrileños 7 Almas, una banda que va a medio camino entre Whitesnake, Harem Scarem, el toque moderno de unos H.E.A.T. e incluso unos Bonfire o Firehouse. No en vano, el vocalista Israel Hernansáiz y el guitarrista Oscar J López vienen de rendir tributo a la banda de David Coverdale con Basnake, por lo que las influencias son más que obvias.

La mala suerte quiso cebarse con ellos, no obstante, y con un disco monumental como este bajo el brazo, su baterista David Saura falleció pocos días antes del lanzamiento, poniendo a prueba las ganas de la banda por salir adelante, algo que han dejado claro que harán. Sería una pena que un disco como éste quedase abocado al vacío del olvido. Saura, precisamente, suena como uno de los puntos de anclaje más claros del disco junto con la voz de Israel. Sus partes de batería son simples pero creativas, especialmente en canciones como “Vampiros de Traje”. Su contundencia precisa en “Te Siento Lejos” es el mejor compañero a los riffs repletos de actitud de Oscar J. López, unos riffs que gritan “80’s” los mires por donde los mires. Se nota que la banda ha interiorizado bien los elementos propios del hard rock melódico de la era. Los coros realzan, la voz provoca escalofríos y las guitarras se alejan de muestras de virtuosismo para dejar que el riff sea el elemento conductor principal.

Las baladas, como es obvio, abundan. La mejor es, posiblemente “Más Allá” -especialmente sentida si uno la aplica a los acontecimientos recientes en el seno de la banda. “Allí Estaré” es también muy buena, con unos arreglos que la harían fácil para el oído no rockero. Un disco que, si lo hubiese editado Frontiers Records, estaría siendo catalogado como el futuro del rock melódico, pero que en nuestro país tendrá suerte de llegar a los aficionados más acérrimos del género. Demasiado buenos para el país del que han salido.