Coheed And Cambria: No World For Tomorrow

No recuerdo quien fue el plumilla de turno que mediante su reseña me hizo levantar la curiosidad hacia esta banda. Supongo que sería alguien respetable por mi persona, o por contra no creo que le tomara en serio. El caso es que, en un alarde de valentía que sanamente envidio, describía el sonido de COHEED AND CAMBRIA como un compendio de IRON MAIDEN con múltiples capas de rock progresivo consiguiendo una mezcla fresca e innovadora. Y cercanos al pop en apariencia, sin tomarnos el término en un sentido despectivo. Acertada o no la comparación, tengo que confesar que este grupo me enamoró desde el primer momento. Todo ello a sabiendas de que los ingredientes compositivos e interpretativos de esta banda pueden desquiciar con facilidad a cualquier seguidor de metal. Me explico: esos coros (oh, oh, por aquí, y oh, oh, por allá), la voz que posee su cantante y guitarrista (tonos más propios de un chaval que de un adulto) cuya pelambrera parece estar sacada de un comic (tal vez sea fruto del mimetismo lírico y del concepto de todos sus trabajos hasta la fecha), y unas guitarras cuyas melodías se rinden a los fraseos acaramelados de cualquier banda pop de seguidores gafa-pastas. En fin, mil y una cualidad que pueden hacer que COHEED AND CAMBRIA sean odiados hasta la saciedad por el público que gusta de riffs que escupen cuero y tachuelas en cada compás. Pero es precisamente esa faceta tan personal, ese ir a contracorriente de todo lo esperado, lo que hace que nazca, crezca y se desarrolle la magia de este cuarteto.

Ahora nos presentan “No World For Tomorrow”, final en orden de entrega de su saga The Amory Wars, pero inicio conceptual de la misma. La novedad en la formación la presenta el batería Chris Pennie de THE DILLINGER ESCAPE PLAN, aunque por incompatibilidad con su banda madre, para la grabación se echó mano de Taylor Hawkins, actualmente en FOO FIGHTER. Cambios que para nada influyen de forma negativa en el resultado de este cuarto álbum. 

Si “Good Apollo I’m Burning Star IV. Vol. I”, su anterior trabajo, te dejó noqueado, esta nueva entrega cumplirá con todas las expectativas, porque aunque a priori pueda parecer difícil superar una obra tan redonda en todos los sentidos, no debemos subestimar la madurez de COHEED AND CAMBRIA. Todas las bondades de la formación aparecen por aquí; desde sus estribillos con verdadero gancho, como en su inicial “No World For Tomorrow”, donde Claudio Sanchez con su peculiar voz consigue alcanzar simas de fuerza y emotividad a partes iguales, hasta el aspecto más comercial de la mano de “Feathers”, que no por ser su single representativo de cara a la galería, carece de momentos de lucidez a tener en cuenta. Por el camino nos encontramos unas guitarras que explotan todas sus posibilidades: riffs aparentemente sencillos que marcan el ritmo como en “The Running Free”, corte con dosis de aceleración donde se camuflan melodías en segundos planos (y esos oh,oh,oh,oh, tan omnipresentes y característicos en sus coros), o grandes punteados y riffs crudos con su poderoso rock por bandera como en “Gravemakers & Gunslingers” o en “Justice in Murder” (con una de las mejores interpretaciones vocales de todo el redondo). Brújula y guía del camino a seguir hasta buen puerto.

El momento sensible, pero enseñando los dientes cuando es preciso, queda reservado para “Mother Superior”. Maravilloso corte con una formación en especial estado de gracia a la hora de mostrar su faceta más emotiva. Como viene siendo habitual, el cierre de este trabajo lo configura una pieza épica, en esta ocasión dividida en cinco pistas. A mi parecer, todas las armas compositivas de esta banda en perfecta comunión con un talento fuera de toda duda. Y es que, desde el primer al último minuto de este trabajo, no falta ni sobra nada. “The End Complete”, muestra a unos COHEED AND CAMBRIA en estado puro: pop resultón por un lado, rock concienzudo por otro, y sorpresas guardadas aquí y allá, como en un fin de fiesta embriagador a base de ese toque pinkfloydiano en “On The Brink”. Una pieza para degustar. 

Tal vez, en unas primeras escuchas, “No World For Tomorrow” no consiga la fácil recepción de su anterior entrega. Pero con el tiempo se convierte en un álbum que va tomando forma y logra la dimensión que se merece. Tenga los toques comerciales que tenga, sea su público más masivo de lo que muchos creen incomprensible, es justo reconocer la gran labor de estos neoyorkinos. A este paso, no encontraran muchos límites en el futuro. Apuesto por ello.