Stryper: No More Hell to Pay

“No More Hell to Pay” es una obra que les conecta con su pasado y demuestra que hay buenas ideas y material fresco para el futuro. Quizá sonarán algo duros para muchos y Sweet abusa demasiado del agudo en disco, pero más o menos es la línea que ya han apuntado en sus recientes obras.

La impecable carrera de Stryper hasta 1990 es digna de admiración. Evidentemente su influencia cristiana y la finísima voz de Michael Sweet hicieron que les llovieran fans incluso de mundos muy alejados del heavy metal, a la vez que provocaron urticarias varias a todos y todas que creyeron que realmente el mensaje evangelista era más real que una treta de marketing. Su retorno en 2004 nos ha brindado un par de discos de estudio algo flojos, otro regrabando los clásicos y uno más de versiones que no pasa del correcto y curioso. A ello tenemos que añadir que su último directo en el Leyendas dejó bastante que desear… Pero la cosa no está tan mal. “No More Hell to Pay” es una obra que les conecta con su pasado y demuestra que hay buenas ideas y material fresco para el futuro. Quizá sonarán algo duros para muchos y Sweet abusa demasiado del agudo en disco, pero más o menos es la línea que ya han apuntado en sus recientes obras.

Muy buenas canciones de heavy metal, sin nada nuevo en la coctelera y con la voz de Sweet algo venida a menos; pero en líneas generales estamos ante un muy buen disco. Lo mejor que han compuesto desde 1990, que no es poco. “Revelations” abre fuego y demuestra que en tareas de composición y producción el grupo se ha esmerado. Gran corte a medio tiempo, con afinaciones bajas y muy contundente. “No More Hell to Pay” reverdece los otrora fastuosos pastos del señor y nos devuelve la fe. Apunta directamente a su etapa dorada y hasta Sweet se marca uno de sus tremendos agudos. Grandísimo nivel instrumental, siempre destacando la destreza de Oz Fox a la guitarra y la gran pegada de Robert Sweet. La trepidante “Saved By Love” le va a la zaga demostrando que esta vez la cosa va en serio, pero la sorpresa mayúscula es la versión de la espiritual “Jesus Is Alright”. Una que va para clásico, y si algún grupo es capaz de mantener unos coros reales en directo como estos son ellos. Eso sí que demostraron en el Leyendas… lástima que no tocaran nada de esta obra.

En “The One” hay un acercamiento al meloso “In God We Trust”. Oscuridad y contundencia en “Legacy”, con un Sweet que incluso rasga la voz sonando casi a herejía, pero firmando un gran estribillo 100% Stryper. Gran parte del material sigue la onda más metálica que iniciaron hace unos años sonando a heavy metal sin contemplaciones y dejando de lado su variado surtido de baladas. Otra que apunta a directo es la épica y oscura “Marching into Battle”, con tambores de guerra incluidos. “Te amo” pasa algo desapercibida pero “Sticks and Stones” es otro buen momento, aunque tampoco esconde que el disco se puede hacer largo en el tramo final. Sin embargo esos coros vocales son santo y seña del grupo y siempre son bienvenidos. No pasan de lo intrascendente la bíblica “Water into Wine” ni la metálica “Renewed”. Pero “Sympathy” tiene su punto, también intentando echar el ancla a finales de los 80.

Las cosas ya no volverán a ser como en 1987, pero Stryper son una banda especial y muy capaz de pasarle la mano por la cara a muchos compañeros de viaje dormidos en los laureles. Van sacando material nuevo y se mantienen en la brecha. Quizá deberían hacer una gira mundial recuperando toda la parafernalia de “abejas reinas católicas” pero tampoco dejar de lado el buen momento compositivo. Hay que dar salida a estos temas, pues muchos no desentonarían entre muchos de sus clásicos, cosa que es difícil de conseguir. “No More Hell to Pay” vale la pena, y si escaló hasta el número 35 en las listas americanas es por algo. Bendiciones… y buenas noches.