Circus Maximus: Nine

A pesar de que siempre identificaremos a Noruega como la tierra del Black Metal hay allí una gran tradición de otros estilos y de bandas excepcionales, siempre tapadas por el género creado en esas tierras. El progresivo noruego salió del armario con Conception el grupo en el que debutó Roy Khan (exKamelot) y Tore Ostby (Ark). Luego asomaron Pagans Mind. Con ya dos discos en su haber Circus Maximus nos ofrece el que podría ser el mejor de todo: el tercero. Lleva por título “Nine” y ofrece un largo recorrido de buen gusto, melodía y diabluras instrumentales. Desde la primera escucha uno ya queda abrumado por el excelente nivel de todo en general. ¿Lo que más brilla? Las estructuras, la composición, las guitarras de Mats Haugen, pero sobretodo la voz de Michael Eriksen. De hecho, en mis apuestas personales, siempre creí que el sustituto de Roy Khan sería el cantante de Circus Maximus.

El material expuesto es de primera. La rotundidad de los inspiradísimos 10 minutos de “Architect of Fortune” ya dan muy buena cuenta del carrusel de sensaciones y dinámicas que esta gente es capaz de aportar. Pero es espectacular que la siguiente “Namaste” es capaz de elevarla apuesta. La mejor del compacto. Preciosa composición en la que reinan los teclados y con un estribillo precioso. Grande el riff arábigo. Tras quince minutos de disco uno ya queda más que convencido. Los riffs de los temas son absolutamente metálicos, pero juegan muy bien con melodías accesibles. Dejan que todo fluya y no buscan complejidades innecesarias ni velocidades a lo Symphony X. El gancho comercial de Dream Theater está allí. “Game of Life es el mejor ejemplo de ello. Termina de forma muy dulce la primera parte del disco con “Reach Within”.

Lo que sigue mantiene la tónica de belleza progresiva, siendo “Used” el ejercicio más rotundo. Velocidad y pasajes metálicos en los que se luce la base rítmica. Incluso llegan a meter un sitar. Siempre reflejan sus gustos filo-orientales. Los dos temas finales son más extensos y propicios para que toda la banda dé rienda suelta a sus dotes instrumentísticos. “Burn After Reading” es un tema perfecto para definirlos como banda. Festival de cambios de tiempo, melodías y lucimiento, pero siempre todo enmarcado dentro de lo que es el tema. Nada forzado, todo muy orgánico y natural. Evidentemente Eriksen se lleva la palma, pero Haugen es un guitarrista espectacular y muy rápido. Cierran con la épica y compleja “Last Goodbye”, aquí con influencias a lo Kaipa o Transatlantic. Diez minutos justos de cumbres y valles en los que la melodía está presente, combinándose con las bellas atmósferas de teclado. La línea vocal de Eriksen es preciosa y los coros doblados hacen que todo el tema quede más que redondo.

Gran disco. Posiblemente el mejor de cuantos haya editado esta gente. Son una realidad más que palpable y el sello Frontiers lo tiene claro. Quizá no tienen el nombre de otras grandes bandas, pero este disco está a la altura de muchos grandes nombres como Pain of Salvation, Porcupine Tree, The Flower Kings o Transatlantic. Todo aquél que disfrute de material prog y preciocista necesitará de darles una oportunidad. Mucha belleza, grandes individualidades, pero sobretodo mucho cariño a la hora de hilvanar los temas. Sobresalen Eriksen y Haugen, pero realmente tocar en esta banda es ya todo un logro. La base rítmica es portentosa. Habrá que seguirles la pista y a ver si entran dentro del club de los grandes. ¡Orgullo noruego más allá del Black Metal!