Wolfcry: Nightbreed

Después de su muy desapercibido “Power within”, álbum de debut publicado allá por el año 2001, WOLFCRY gana ligeros atisbos de credibilidad con su segundo lanzamiento, constatando un estado de productividad metálica mínimo, pero reseñable, en tierras helenas. Lo curioso es que un país como Grecia, en el que aparte de ser líderes en trifulcas balompédicas y pillerías baloncestísticas era protagonista de más bien pocas situaciones, se vea afectado por una emergente ola de power metal insipiente que contrasta con la escena extrema en clave de black metal mega underground a la que nos estaba acostumbrado.

En fin, WOLFCRY, en este “Nightbreed”, tampoco desata ningún tipo de halago desmesurado, aunque, comparando lo procedencia del producto con otros resultados de bandas compatriotas, podemos encontrarnos ante una buena ejecución de recursos arcaicos para este nuevo milenio. Aún así, su metal épico de influencia germánica logra deambular a lo largo de sus ocho pistas sin provocar ningún tipo de mofa ridícula, algo, hoy por hoy, bastante meritorio dentro del género descrito.

Quizás la inicial “Metamorphosis” describa el producto a modo de power metal poderoso, con una correcta dosis de seriedad instrumental, con claras reminiscencias a los discos más accesibles de GRAVE DIGGER y evidenciando las enormes carencias vocales de un tal Costas Hatzigeorgiou.

Casi de modo canónigo, “Vanguard” constata lo antes citado, esta vez, con un medio tiempo un tanto aburrido en lo predecible de sus estructuras, llegando al corte “estrella”, “Screamin´ whispers”, donde lo peyorativo de la palabra añejo toma una imperante significación, recordando en sus melodías ultra típicas al primer “In a time of blood and fire” de los nórdicos NOCTURNAL RITES.

“Nightbreed” cuenta con una producción escueta, simple y muy mejorable, aunque, la comparación con productos tan tercermundistas como los publicados hoy en día, sirva para agradecer, incluso, que WOLCRY no hayan enviado el disco para que lo mezcle un finlandés cualquiera.

Volviendo al disco en su vertiente compositiva, según que temas, véase “Saint/sinner”, te harán parecer que estás ante las canciones desechadas de un grupo tan brillante e innovador como HAMMERFALL. Quizás la extensa “The fable of Agnor” o la acertada “Endless circle”, un medio tiempo de intención pausada y melancólica con dueto femenino incorporado, sean algunos de los incentivos para hacerte con la nueva sensación del género.