Twisted Tower Dire: Netherworlds

Noticias agridulces desde Estados Unidos con el cuarto compacto de TTD. Lo bueno es que vuelven con el que es quizá su mejor compacto pero lo malo es que su cantante de toda la vida Tony Taylor (también en Ballistic) está fuera de la banda por motivos de salud. Mi amistad con ese ciclón de frontman dura desde casi dos lustros, pero ya hace tiempo que no había podido contactar con él, ya os informaremos cuando obtengamos más información al respecto.

Lo bueno del caso es que en NETHERWORLDS todavía podemos disfrutar de su voz, que ha ido mejorando a la par que el nivel como instrumentistas de la banda y en materias de composición. Empezaron con un sonido digno aunque algo maquetero en THE CURSE OF THE TWISTED TOWER y tras otro álbum dieron un gran salto de calidad con CREST OF THE MARTYRS. A pesar de los buenos temas los produjo el bueno de Piet Sielck (Iron Savior, Helloween), que se involucró tanto que hasta les metió coros y les hizo sonar como un disco más de Iron Savior. Y no es que sonara mal, pero les capó la originalidad y sus señas propias de raíz.

En NETHERWORLDS la banda recupera parte de su sonido primigenio y les acerca bastante al sonido crudo de grupos como Wolf, con una gran base en los Iron Madien de sus primeras dos obras. La sucesión de ataques guitarreros, solos y composiciones de calidad son constantes pero hay que destacar en sobremanera la inicial “Starshine” y la homónima “Netherworlds” y la genial y añeja "Tales of Submission", probablemente lo mejor que hayan compuesto en toda su carrera. Son mucho más complejos que los suecos Wolf y dotan a su música de constantes fraseos y cuidados solos de guitarra por parte de Scott Waldrop y Dave Boyd. Otro sello característico de la banda son los coros de apoyo a Tony y esos riffs coreables como en “No One Left to Blame”. La cruda producción no le resta enteros ya que de hecho este tipo de bandas suenan mejor con ese toque añejo que tanto gusta a los degustadores del género. Hay buenos estribillos como en “Dire Wolf” o “Casuality of Cruel Crimes” y la banda demuestra un nivel compositivo más que notable en todo el disco. Quizá a veces pequen de algo de linealidad compositiva, pero si a uno le va la onda true que llevan son un disfrute constante.

Ahora Johnny Aune es el nuevo cantante y parece que reeditarán su opera prima, que si de algo pecaba era de una producción bastante pésima. Van para banda de culto pues llevan ya dos Wackens en su haber pero parece que a pesar de mantener un buen puñado de fans por todo el mundo les sigue faltando dar un paso más allá que no creo que consigan con el presente disco. Recomendado especialmente a todos los degustadores de heavy metal clásico, onda NWOBHM y bandas True.