Los alemanes Nailed To Obscurity, activos desde 2005, nos muestran su nuevo y cuarto trabajo: ‘Black Frost’. Su modelo musical está fuertemente inspirado por el sonido característico de formaciones clásicas del doom/death metal como Swallow The Sun, Paradise Lost, Katatonia, October Tide, Daylight Dies, In Mourning o Novembers Doom, pero su propuesta no acaba de convencer tras varias escuchas.

Death metal melódico y doom, una fórmula destinada al cambio

Sin querer desprestigiar el trabajo notable de las bandas inglesas, suecas y finlandesas que pusieron nombre y apellidos a la fusión del death metal con el doom, es posible que este estilo tienda a renovarse un poco o morir (espero estar equivocado). Hay muchos grupos encasilladas en géneros musicales que pecan de sonar a copia pega queriéndolo o sin querer, sobre todo si nos ponemos en contexto en los últimos 15 años aproximadamente. Es el caso de estos cinco chicos, que no salen muy bien parados a pesar de su buena fe y esfuerzo.

‘Black Frost’ (Nailed To Obscurity) es un trabajo de poco más de 45 minutos que ofrece variaciones vocales típicas que van de limpias y guturales, atmósferas oscuras y un halo melancólico en sus partes instrumentales. Aunque el estilo que practican sea interesante y esté bien proyectado en su discografía, no ofrece nada de lo ya hecho. Pocos momentos destacables que crean una normalidad y pasividad en el oyente, haciendo que fácilmente pierdas la atención en los sonidos que atraviesan tus orejas.

Así como Katatonia, Anathema y Paradise Lost hicieron una marca distintiva de su música, explotando en la mayoría de sus trabajos más recientes las partes vocales limpias y cristalinas (aun obviando la vuelta a los orígenes de Paradise Lost) y marcando la diferencia llevando a un terreno más personal sus composiciones, otros tantos siguen sin arriesgar y estirando el chicle. Cuando digo arriesgar me refiero a añadir (o quitar) elementos para aportar frescura y diferencias, no me refiero a pasar de un estilo a otro radicalmente.

¿Gustará al oyente medio del género en busca de bandas nuevas?

La respuesta es no. Sin adentrarme en el purismo de las personas que se encierran en sus 5 o 6 bandas de sobremesa desprestigiando a casi todas las jóvenes y más nuevas, y esto es opinión personal, me parece que habrá poco que hacer con Nailed To Obscurity salvo casos contados. La gracia del death doom ya la conocemos, está más que masticada, y en su nuevo largo se hace demasiado obvia, recurrente y plana. Sus dos primeros LP’s bastarían para definirlos, sus dos más recientes para ubicarlos en un lugar del que no han salido y que huele ya a cerrado.

El primer minuto de este álbum abre con su canción homónima y comienza con una intro de batería a la que se van uniendo bajo y guitarras para culminar con una voz limpia y susurrante que rompe en un predecible gutural que va y vuelve continuamente a lo largo de todo el disco.

Hay talento y dotes, pero que no llaman la atención todavía

Lo que hacen lo hacen bien, todo sea dicho. Aunque las voces limpias y melódicas tienen mucho que mejorar y se hacen muy pomposas y nasales, incluso forzadas, los guturales están bastante logrados. Gracias a Dios han metido growls por medio, si no la cosa seguramente solo fuese a peor.

Hasta la cuarta canción (“Feardom”), ésta incluida, no encontramos nada que subrayar. Es con “Cipher” cuando podemos empezar a disfrutar un poco, aunque quizás ya es tarde. Después de más de media hora estando como quien oye campanadas y no sabe dónde, en la citada “Cipher” y preferiblemente en sus minutos finales vemos un poco más atractiva la voz limpia y el sonido en general. Este cambio desconozco si es por acostumbrarnos a tener un esquema mental fijado de lo anteriormente escuchado, pero realmente parece que sí que hay un progreso.

“Resonance” es una de las favoritas y más diferentes. Aquí vuelve a trillar esa voz melódica, pero descubrimos que Raimund Ennenga, vocalista, tiene un talento que puede explotar más en un futuro, y es esa tonalidad vocal a medio camino entre lo melódico y lo sucio. Aunque no se llegue al gutural propiamente dicho en este matiz, sí que aporta algo diferente y más atractivo a pesar de que no vaya a salvar la totalidad del álbum.

Final que no dista del inicio

“Road To Perdition” es el cierre de ‘Black Frost’, una canción que no va a hacer magia como para reflotar lo anterior. Grito por aquí, grito por allá, idas y venidas, pero nada más que comer del plato. Llama la atención para bien que los growls y algún riff me hayan transportado a los primeros discos de Opeth. Hay momentos en los que la voz de Raimund tiene cierto parecido a la de Mikael Åkerfeldt en los años 90.

Es una lástima que estos alemanes no escurran un poco más sus sesos para darnos un producto mejor, pero no hay que alarmarse porque todavía están a tiempo. Duele dar una nota baja a un disco, pero a veces es prácticamente inevitable. Hacen falta otros sonidos y matices, pulir más las melodías vocales limpias y ofrecer algo quizás más progresivo, con cambios de ritmos más cañeros y/o rápidos, reformulando sus raíces desde otro foco (aunque es verdad que ya tenemos a Burial Vault para ello, que no es ni más ni menos que el grupo principal de Ennenga).

Si hay que mojarse, decir que de ‘Black Frost’ a ‘King Delusion’, su antecesor, hay un declive sustancial sin haber cambiado para nada la actitud ni el género, así que dejaremos que el tiempo ponga las cosas en su lugar y daremos una segunda oportunidad cuando tengamos nuevas canciones.

Jaime Tomé

Grupo:Nailed To Obscurity

Discográfica:Nuclear Blast

Puntuación:4

Canciones:

  1. Black Frost
  2. Tears Of The Eyeless
  3. The Aberrant Host
  4. Feardom
  5. Cipher
  6. Resonance
  7. Road To Perdition

Año:2019-01-11

Votación de los lectores:5