Myrkur: Myrkur

Si tuviera que dar un premio a la mejor campaña de promoción musical de 2014, probablemente se la llevaría este EP. Saliendo de la nada («out of the blue» que diríamos en inglés), una tal Myrkur ha logrado colarse en nuestros ordenadores y llamar la atención de los sectores más oscuros del metal sin que nadie hubiese oído ni una sola palabra sobre ella con anterioridad: una imagen enigmática y el correspondiente misticismo que rodea a su música ha sido lo que nos ha llevado a la mayoría a acercarnos a este trabajo debut, y es que no deja de ser curioso que un one-woman project de estas características se estrene en la industria musical directamente vía Relapse Records. No obstante, el contenido de dicho estreno es, sin ningún tipo de duda, muy mejorable.

La propuesta musical de Amalie Bruun se basa en un black metal de corte actual, muy influenciado por el post-black con el que tan rotundo éxito han cosechado Deafheaven, quienes publicaron uno de los discos de metal más populares (y a la vez controvertidos) de 2013. En sus temas también podemos apreciar una herencia clara de las gélidas ambientaciones forestales de los maestros Agalloch, presente no sólo en los pasajes acústicos sino también en los riffs y ritmos más cortantes de temas como «Latvian fegurð», donde también vemos con claridad cómo confluyen las raíces nórdicas de la artista con las mencionadas referencias americanas. Si a esta base le añadimos las suaves y delicadas voces de Amalie, presentadas constantemente con capas y capas de armonías y reverberaciones, mezcladas con registros más crudos y desgarrados, obtenemos el sonido final que presenta Myrkur en este trabajo.

Los principales problemas que encontramos en el EP tienen demasiado peso como para pasarlos por alto en la valoración general, siendo uno de los principales lastres esa pésima producción y mezcla que desgarra los buenos momentos que puede haber en las canciones. Las baterías programadas, como era de esperar, suenan enormemente artificiales, todo lo contrario a lo que este tipo de música requiere sonoramente a nivel rítmico. Las guitarras gozan de una sonoridad muy acertada en los tremolo pickings y en las partes más relajadas, pero a la hora de poner los riffs sobre la mesa encontramos un sonido excesivamente crujiente que poco tiene que ver con las atmósferas que se intentan crear.

En cuanto a volúmenes, vemos que las voces limpias se encuentran en su sitio en las secciones tranquilas pero fracasan estrepitosamente a la hora de empastarse en las partes más explosivas, precisamente aquellas que más atención requerían para crear cierta cohesión entre dos elementos tan distintos como la dulce voz de Amalie y la feroz tormenta musical que se utiliza como base. A nivel compositivo este trabajo también presenta grandes problemas, y es que en ningún momento las erráticas estructuras convencen al oyente: nunca tenemos claro hacia dónde vamos, y los giros suenan forzados e inmotivados. En resumen: Myrkur muestra en este debut buenas ideas que, del modo en que están presentadas, no hay por donde cogerlas… y el sonido del disco tan sólo empeora las cosas. Vislumbro potencial en este proyecto, pero hay muchos aspectos en los que trabajar de cara a un primer álbum que sea verdaderamente competente.