Helloween: My God-Given Right

Puede que sea el mejor disco de Helloween desde “The Time of the Oath, y no creo que esté exagerando para nada. Puede que para ellos sea una concesión al público, pero a veces hacer lo que la gente espera de ti es la mejor opción.

Son ya muchos discos de la etapa Deris en Helloween así que ya no tiene sentido alguno tratar de comparar a los actuales Helloween con los discos anteriores a “Master of the Rings”. Soy de los que vio en “7 Sinners” un renacer y una línea a seguir que se aparcó en “Straight Out of Hell”, pero Weikath, Grosskopf y compañía de tontos no tienen un pelo y han facturado una obra en esa senda. Pero hay más. Se han acercado por momentos al “Time of the Oath” con unos temas frescos, directos y sin complicaciones. Hay riffs coreables, la fórmula estrofa-puente-estribillo y solos que enganchan. Es decir… lo que se supone que tiene ser Helloween. Así que olvidaros de discos correctos con experimentaciones varias y con single correcto, más un par de temas que salvamos de la quema… en “My God-Given Right” estamos ante una de las obras más inspiradas de toda la etapa Deris, si bien es cierto que la cosa va de más a menos.

Gran trabajo en composición y cierta naturalidad, e incluso facilidad a la hora de encontrar los juegos de melodías para las canciones. De inicio, temas muy directos y cortos. Os puedo asegurar que “Battle’s Won” está a la altura de lo mejor que se ha compuesto con Deris al frente. Un himno instantáneo con un puente para enmarcar, muy happy, y un estribillo que recupera ese feeling optimista de los “Keepers”. “Heroes abre la lata y es otra gran composición. Puede que no supere a “Nabataea” de inicio, pero es otro tema con posibilidades de entrar en futuros directos. Otra gran sorpresa es “My God Given Right” que nos devuelve a los tiempos del “Time of the Oath”, con un cierto aire a la ya clásica “Power”. Pero la fiesta sigue con “Stay Crazy”, de cara amable y con un cierto regusto a esos singles infalibles de The Sweet. Cero experimentos… y una labor exquisita en riffs y estribillos. “Lost in America” va a ser un puntazo en directo, a pesar de estar bastante alejada del sonido Helloween, de entrada. La estrofa parece sacada de Gamma Ray desembocando en un estribillo potente a doble bombo, y de lo más coreable. En “Roussian Roulé” hay un riff de inspiración rusa y unos coros “uooo” moscovitas. Mantiene el tipo pero no alcanza el nivel de las anteriores.

A partir de aquí hay un vuelco importante. Vuelve un poco la experimentación, más oscuridad, más trascendencia, cortes más extensos y relleno. “The Swing of a Fallen World” se hace pesada, con afinaciones graves y atmósferas lúgubres… y “Like Everybody Else” es más de lo mismo. No son malos temas, pero baja el buen rollo y crean un cambio muy marcado. Vuelve la luz y el metal Helloween en “Creatures in Heaven” con riff dominante y un buen estribillo a la velocidad que se le supone al grupo calabacero. Otro single potencial viene de la mano de “If God Likes Rock ‘n’ Roll”, absolutamente pensada para el directo. Onda happy y conexión cristiana. En “Living of the Edge” hay el solo marca de la casa aunque el tema no llegue al nivel general de brillantez de esta entrega. “Claws” queda como el tema más agresivo y duro, bastante oscuro también, y cierran con la extensa “You, Still of War”. Un poco de inspiración a la canción “Keeper of the Seven Keys”, con varios cambios, desarrollos instrumentales y teclados protagonistas. Buen final de disco.

Quién hubiera dicho a estas alturas que de cara al directo me encantaría que metieran hasta seis temas de este disco… Subrayar el gran papel de todos los músicos y sobretodo la labor de producción de Charlie Bauerfeind. Según las palabras del propio Weiki, es quien ha conseguido que el grupo tomara este camino más accesible y directo. Muy grandes Sacha y Weiki a las seis cuerdas, siendo los grandes protagonistas del disco. Puede que sea el mejor disco de Helloween desde “The Time of the Oath, y no creo que esté exagerando para nada. Puede que para ellos sea una concesión al público, pero a veces hacer lo que la gente espera de ti es la mejor opción.