The Safety Fire: Mouth Of Swords

Poco más de un año después de su debut, ‘Grind the Ocean’, llega la segunda entrega de los británicos THE SAFETY FIRE. Hace unos meses acompañaron a PERIPHERY y BETWEEN THE BURIED AND ME por Europa, aunque no tuvimos ocasión de tenerles de visita por aquí. Por suerte, a primeros de 2014 han confirmado ser teloneros de PROTEST THE HERO  (junto a INTERVALS y TESSERACT) para su próximo tour, con presencia en Madrid y Barcelona. Una oportunidad de oro para ver de lo que son capaces en directo. De momento, en estudio están a la altura.

Como consecuencia de ese tour en 2012, Tommy Rogers de BETWEEN THE BURIED AND ME ha colaborado para ‘Beware The Leopard (Jagwar)’, que le añade el complemento crudo al asunto con su registro gutural. Y es el único momento donde encontramos ese contraste tan brusco. En cierto modo, las sensaciones que me ha transmitido han sido parecidas a las del último trabajo de unos de sus futuros compañeros de gira. En ‘Altered State’ de TESSERACT (leer review) la calidad instrumental está por encima de todo. La incorporación de Ashe O’Hara como cantante hizo que en todo momento las líneas vocales fueran melódicas. Y ni en un caso ni en otro es algo negativo. Pero con tanto alarde de técnica y con los cambios de ritmo, personalmente, también echo en falta algunos en el aspecto vocal. Sean McWeeney tiene una voz muy agradable, aunque en algunos momentos amaga con gritos. Los encontramos en la apertura, con el tema título, o en ‘Glass Crush’. Pero llegados a ‘Yellowism’, donde las guitarras piden ser acompañadas de otra manera, desaparece. En cierto modo, también hay que alabar que no caigan en los tópicos y las estructuras estereotipadas. Al fin y al cabo, no ser “uno más”.  

Hablaba de guitarras, y hay que destacar la labor en todo el disco de Joaquin Ardiles y Derya 'Dez' Nagle; éste último, además, se ha encargado de la producción, por lo que no extraña el tratamiento que han dado al instrumento. Las carreras por sus mástiles se evidencian en cortes como ‘Red Hatchet’ y ‘Old Souls’, pero no sólo de la velocidad de sus dedos vive el grupo. En ‘Wise Hands’ se marcan algo parecido a una balada cargada de sentimiento, y para ‘The Ghosts That Wait For Spring’ y ‘I Am Time, The Destroyer’ se endurecen, bajan el tempo a revoluciones más pesadas, y nos muestran otra cara. No tan agradable como la que marcan a lo largo de todo el álbum (dicho en referencia a la melodía), pero igualmente destacable. Puede que les falte un punto mayor de locura para acompañar a los canadienses PTH, pero en la variedad está el gusto.