Motorowl: Atlas

El segundo trabajo discográfico de los alemanes Motorowl está disponible desde el 27 de julio bajo el sello Century Media. Se trata de siete piezas musicales con una base de hard rock psicodélico bañada en diversas influencias que conforman el nuevo álbum de la banda bajo el nombre 'Atlas', que os describe en esta publicación Olga Vidal.

Tras apenas cuatro años de vida, ya cuentan con una intensa trayectoria. Sus influencias van desde los grandes del metal Black Sabbath hasta veteranos rockeros de su país natal, Alemania, como Kraan o Baroness. Su música cuenta con tintes de géneros tan diversos como el post rock, el heavy metal, el rock clásico psicodélico y el hard rock. A Motorowl no le gusta imponerse límites cuando se trata de crear música, ni mucho menos estancarse en un sólo género o sonido.

Motorowl: juventud y talento creativo

Tras su aclamado álbum debut ‘Om Generator’ (2016), el grupo viene dispuesto a sorprender todavía más con Motorowl – Atlas (2018). Durante esos dos años no han parado. Antes del proceso de grabación de ‘Atlas’, han estado de gira presentando su álbum debut. A pesar de la juventud de los cinco miembros de la banda, sorprenden con su talento, su esfuerzo y sus inspiraciones, tanto clásicas como modernas. Son, sin duda, una caja de sorpresas que no pasará desapercibida.

Han tenido la ambiciosa idea de grabar este álbum en directo, con todos los instrumentos tocando al mismo tiempo (menos las voces y efectos, que se añadieron posteriormente). Se trata de un proceso complejo e intenso donde es fácil fallar, pero han decidido correr el riesgo y el resultado es increíble. La propia banda describe esos días grabando como la experiencia más intensa de su carrera. Buscaban capturar la dinámica de una actuación en directo, aún a costa de pasar por el tedioso proceso de grabación en vivo.

Los protagonistas de tales azañas que conforman Motorowl son Max Hemmann a la guitarra y voz, Vinzenz Steiniger a la guitarra, Martin Scheibe a la batería, Tim Camin al bajo y Daniel Detlev al teclado. Sus comienzos son los de cualquier banda humilde: cinco amigos del mismo barrio que buscaban pasar un buen rato juntos creando música. Aunque, en este caso, han logrado salir del barrio por la puerta grande. A pesar de ello, no cuentan con grandes aspiraciones más que poder compartir su música.

El especial hard rock psicodélico de ‘Atlas’ (Motorowl)

El álbum presenta sólo siete temas, pero no se quedan cortos en absoluto. Comienza con «Infinite Logbook», donde ya se aprecian sus influencias del rock clásico con aspectos psicodélicos y un puntillo moderno que le aporta al tema una personalidad brutal. A pesar del protagonismo de los sintetizadores, destacan unos riffs de guitarra muy elegantes y una voz suave y personal. Continúan con una canción con una base similar pero un estilo diferente, «The Man Who Rules The World». Cuenta con un sonido muy exótico y trabajado y diversas variaciones instrumentales que le dan un ritmo dinámico a la canción. Cuenta con momentos más enérgicos, otros más melódicos y, en general, mucho protagonismo instrumental. La siguiente canción es la que fue su primer single, «Atlas», con la que recuerdan la mitología griega, como se puede observar en su videoclip.

Cuenta con una potente intro instrumental que comienza suave y va aumentando en intensidad poco a poco hasta que entra la voz. El sonido de esta canción es más potente y hard rockero que el clásico y psicodélico de las canciones anteriores. Lo que sí tiene en común son las variaciones rítmicas y de estilo dentro de la misma canción y una poderosa base instrumental. La siguiente canción es «To Give», que también comienza con suavidad para estallar tras la intro con un sonido igual de potente que la anterior, pero con un ritmo más lento y pesado. Continúa el álbum con «To Take», todavía más lenta y pesada, pero con una variedad de elementos musicales que la convierten en una pieza muy personal y completa, a pesar de su aparente sencillez. La voz va ganando protagonismo a lo largo de la canción, dejando claro una vez más que no queda atrás en talento a pesar del alto listón que dejan las curradas instrumentales de la banda.

Tras este último par de canciones lentas y sentidas llega la caña con «Cargo», que juega con cambios en la velocidad a lo largo de todo el tema. Los sintetizadores y efectos quedan en un segundo plano para escuchar puro rock, pesado y expresivo, destacando especialmente la intensa voz de Max Hemmann. Despiden este fantástico álbum con «Norma Jean», 9 minutos de puro talento, con una voz todavía más especial que en la canción anterior y una instrumental muy dinámica a pesar de su larga duración. En resumen, se trata de un álbum con mucha personalidad y una cantidad y variedad de influencias asombrosa. A pesar de su juventud como banda, cuentan con un gran potencial que están sabiendo explotar al máximo y que todavía tendrá mucho que ofrecer cuando obtengan más experiencia.