Mike Tramp: MORE TO LIFE THAN THIS

Este tercer disco en solitario de una de las voces más grandes e infravaloradas
del hardrock podrá pasar perfectamente desapercibido ante los fans de un género
en plusvalía. “More to life than this” no es que pase por ser un mal disco,
sigue, exactamente, las mismas directrices de su anterior “Recovering the wasted
years”, pero, es un tanto más mediocre en lo que se refiere a la calidad de
sus composiciones.

El hombre que diera voz a himnos de la talla de “Little fighter”, “Lady of
the valley”, “When the children cry” o “Broken heart” junto a James, Vitto y
Greg en el seno de WHITE LION, perdió ligeramente el rumbo musical tras la separación
de estos y la consecuente formación de FREAK OF NATURE, donde se metalizó su
sonido de manera insulsa. Tras un par de lanzamientos, Mike se encauzó en una
loable carrera en solitario que le hizo debutar en el año 97 con un irregular
“Capricorn”, un disco que aunque contara con temazos del nivel de “Have you
ever” no consiguió que se desquitase de la sombra de WHITE LION. Lo que en su
día el grunge aniquiló, no lo pudo reunir hace pocos años el bueno de Mike,
y los muchos de los rumores de reunión de la banda norteamericana se quedaron
en eso, en simple rumorología y en un extraño y despreciable “Remembering White
Lion” donde el cantante intentaba dar vida a los clásicos del grupo. Aceptando
finalmente la obviedad de la triste y eterna disolución, Mike Tramp editó el
antes citado “Recovering the wasted years”, un álbum en el que se destapaba
su devoción intimista a lo BRYAN ADAMS. En esta situación de rockero acabado
y melancólico, y también bajo el amparo de la producción de Flemming Rasmussen
(METALLICA), nos llega “More to life than this”, donde se explota esta faceta
musical asemejándose a unos WHITE LION suavizados y la etapa más moribunda de
BON JOVI dotando de un toque más hardrockero a sus canciones. Todo esto tratado
con un toque de melancolía y un regusto sureño en la afinación de guitarras
que desluce unos solos, a veces escuetos, pero precisos.

La canción que titula al disco habla sobre la triste existencia de tres individuos
aparentemente dispares que acaba de una manera trágica y penosa, este sentimiento
existencialista logra decorar de tribulación unas notables letras y, como no,
un encadenado de melodías melancólicas a un disco en el que el nivel interpretativo
de Mike Tramp es el auténtico protagonista. “Lay down my life for you” sería
el típico tema decadente de BON JOVI, aunque sin llegar a tal lastimoso grado
de hastío predecible. El hit más pegadizo del disco, aunque muy discreto en
efectividad, podría ser “Don´t want to say goodnight” el cual da la entrada
al epicentro del álbum donde conviven los temas más animosos y tímidamente hardrockeros
del mismo, pero, también los más mediocres. Lo curioso es que estas tres canciones
son las únicas que no ha compuesto Mike en solitario y será por esto que se
deduce un innecesario protagonismo de las guitarras. El disco toma apocadamente
su cauce con una fórmula tan efectiva como son las baladas. “The good, the sad
and the ugly” y “The goodbye song” muestran una faceta en la que Mike, inesperadamente,
no ha querido profundizar ni adentrarse en exceso. Si bien no son del todo espectaculares
ni recordables, el dueto junto a Stine Larsen, también con un tono recrudecido,
logra agradar en su componente melódico. También es obligatorio reseñar algunas
colaboraciones a  las seis cuerdas como las de Eric Johnson y Steve Lukather.

Lo dicho, aunque de una manera temerosa, “More to life than this” pueda tratarse
de su lanzamiento en solitario más “endurecido”, también es necesario tildarlo
como el más vulgar. Para hardrockeros nostálgicos.