Queensrÿche: Mindcrime At The Moore

Pese a que en una reciente conversación teléfonica Geoff Tate no terminara de admitirlo, estoy seguro de que en QUEENSRYCHE respiran más tranquilos ahora que se han quitado de en medio el tan solicitado y tan intoxicantemente exigido “Operation : Mindcrime 2”. Es más, estoy seguro de que toda la maniobra de editar el disco, hacer una gira tocando las dos partes del famoso disc conceptual y luego un disco en directo y DVD obedece a una cierta intención de contraatacar por parte de los de Seattle. “Querías ‘Mindcrime’ eh? Pues tomad veinticinco tazas, bastardos!”. Si yo fuera Geoff y llevara dieciocho años respondiendo a la pregunta ‘¿para cuando la segunda parte?’, también habria hecho algo similar.

Dejando a un lado que la segunda parte de la mítica historia sea más o menos buena en comparación con su antecesora, no se puede negar que el nivel es muy superior al de los últimos discos de QUEENSRYCHE, algunos de ellos como “Tribe” auténticos fiascos musicales para una banda que un día conquistó el heavy metal y fue bautizada por “thinking man’s metal band”. Así que, manteniendo ese pensamiento en nuestra mente, es posible darse cuenta de que la segunda parte de “Mindcrime” y , por extensión, éste disco en directo, son un favor a los fans. Y a las cuentas corrientes de la banda, claro. Pero sobretodo a los fans, siendo claros y sinceros.

QUEENSRYCHE no necesitan dar un paso atrás, pero aun así, lo han hecho, conscientes de lo que su disco más mítico representa para el grueso de fans de la banda. Y “Mindcrime At The Moore” es la manera más practica de hacer borrón y cuenta nueva, de decir “esto es todo lo que podemos ofrecer al respecto, contentos?”. Y ciertamente, no es poco. A lo largo de dos discos muy completos, QUEENSRYCHE repasan la historia de los “Mindcrime” con una clase sin igual y resultados muy correctos, pese a las adaptaciones de algunos temas. Especialmente en los temas del primer volumen de “Operation”, es notorio que Geoff Tate canta algunos semitonos por debajo de las versiones originales, a lo que la banda responde echándole una mano y bajando un poco la afinación. Cuando se escuchan las primeras notas de “Revolution Calling” o “The Needle Lies”, queda claro que la voz de Geoff no es la que era y que, obviamente, si quieren interpretar los viejos temas sin que queden mal, deben adaptarlos. Ningún problema, ciertamente.

El único handicap del disco se da en las primeras canciones, las correspondientes al primer volumen de “Mindcrime”. Cuando un disco tiene un valor tan mítico y legendario, es lógico que cualquier error, cualquier lick de guitarra fuera de sitio o cualquier momento medianamente innovador cante más que Geoff Tate en 1984. La gente quiere escucha las cosas tal y como son y, en ese sentido, si que duelen los cambios de afinación y cosas por el estilo, especialmente en “Anarchy-X” o “Revolution Calling”, por pones dos ejemplos facilones. Eso sí, la voz de Geoff es un valor seguro y compensa sobradamente en temas como “Eyes Of a Stranger”, “I Dont Believe In Love” y “Spreading The Disease”.

Respecto a los temas del segundo CD, es lógico que provoquen menos entusiasmo. Aún así, “I’m American”, “Hostage”, “Murderer” y “The Hands” se salvan mucho de la quema. Obviamente, harían falta dieciocho años de calendario para poder valorar en igualdad de condiciones ésta segunda parte. Obviamente, ayuda que la banda interprete el disco al completo en un disco en directo como “Mindcrime At The Moore”, demostrando la confianza que poseen en el material nuevo. No obstante, no hay color. Seamos sinceros, demonios.

A nivel de presentación, “Mindrcime At The Moore” está aceptable. Si bien es cierto que un disco en directo de tal magnitud podría llevar un libreto mucho más amplio explicando, por ejemplo, la historia de “Operation Mindcrime” , letras y todo lo demás…la cosa se queda basante coja, con apenas unas fotos de cada miembro y los agradecimientos de turno.

Una buena coda para una historia trepidante y musicalmente rica pero que, de una vez por todas, QUEENSRYCHE necesitan dejar atrás para seguir su escapada hacia delante. Bien por ellos, pero es tiempo de seguir el camino hacia delante.