We All Fall: Miasmatic

... con una banda joven y con sólo dos trabajos a tus espaldas (aunque ya unos cuantos años), la clave está en que la gente escuche tu música. Atraerles.

Con su segunda obra, WE ALL FALL han sabido hacer las cosas. Me explico. A primeros de diciembre anunciaban la salida de ‘Miasmatic’ con un making of en vídeo a modo de adelanto, para días después estrenar un videoclip, y no mucho más tarde, poner su álbum en streaming para su escucha gratuita. Que sí, que en los tiempos que corren, además de las plataformas digitales legales, hay otras maneras de hacer con el disco, pero con una banda joven y con sólo dos trabajos a tus espaldas (aunque ya unos cuantos años), la clave está en que la gente escuche tu música. Atraerles.

Luego ya es el público el que decide el grado de implicación y conexión consigue con cada grupo. En el caso del quinteto madrileño, el primer punto a favor (aunque cada día es más habitual en España) es el sonido conseguido. En su caso, con el combo formado por la producción de Andy C. en los Sonora estudios, la mezcla de Carlos Santos en Sandman y la masterización de Steve Nagasaki en los Nagasaki Sound Studios de Las Vegas. Lo pudimos comprobar desde el adelanto ‘No Name’, y ya en él se apreciaba otro de sus fuertes: el trabajo de guitarras de Félix e Iván, a medio camino entre un thrash moderno, el melodeath más clásico y algún toque de metal progresivo. El último se nota especialmente en la instrumental ‘Inflexequence’ y ‘The Shepherd’, que seguramente sea la joya de la corona. El registro limpio de Víctor en buena parte de ella ayuda para que sus melodías enganchen. Esa faceta les ha quedado de lujo en ‘Lies You Sell’. También sobresalen unas completas ‘Riding The Snake’ y especialmente ‘Descent’, teniendo la segunda un poco de todo: tralla para empezar, buen interludio, enorme solo de guitarra, parte final espídica y una línea de bajo supermarcada que es una delicia poder escuchar en el mismo plano que el resto de instrumentos.

Bastante más cañeros son ‘Urge’, con una batería de lo más machacona y un punteo hipnótico, y la extrema ‘Mother Night’ (tirando al death claramente). En la recta final, alargan su propuesta en ‘Into The Grey’ (saliéndoles muy bien, no sería de extrañar que tiraran hacia esos derroteros) y cierran con el tema que da título al disco, con un toque desquiciado de primeras, y con una calma acústica tras la tempestad para terminar del todo. Lo único que ha podido jugar en su contra es la (relativa) escasa repercusión que suelen tener muchos discos que salen tanto en los últimos como en los primeros días del año que termina y empieza respectivamente. Ahora está en su mano, ya con su trabajo bajo el brazo, conseguir repercusión.