André Matos: Mentalize

Cual pájaro que consiguió abrir la puerta de su jaula, André Matos volaba libre hace tres años y editaba “Time to Be Free”, la que era su primera edición en solitario tras años de pertenencia a diversas bandas y proyectos que de un modo u otro condicionaban su manera de hacer música. Dicho lanzamiento le suponía al cantante brasileño su primera experiencia realmente libre, la primera en la que por fín podía plasmar en papel sus más profundas inquietudes musicales más allá de condicionamientos externos. Pese a lo unidos que decían encontrarse sus integrandes, ANDRÉ MATOS, nunca dejó de ser André Matos, como así lo evidenciaban los resultados musicales. “Time to Be Free” era todo un disco de heavy / power con el toque inconfundible del gurú del metal brasileño, con su carismática voz llevada a través de pasajes de piano, guitarras, bases power metaleras y cantos a la libertad. Un disco variado, heavy y melódico a partes iguales con el que, como decimos, André desplegaba libre por fin sus alas. Pues bien, tres años después vuelve a hacerlo desde un punto de vista más intimista, presentándonos su segundo disco que lleva por nombre “Mentalize”. Veamos.

Después de tres años, y 5 meses después de que el LP se editara en Asia y Brasil, llega los mercados de 25 países europeos la esperada segunda edición de “Mentalize”. En esta ocasión el vocalista de formación clásica ex miembro de ANGRA sí ha tenido hueco en su calendario para compatibilizar sus colaboraciones en el esperadísimo nuevo trabajo de AVANTASIA y el proceso de creación y promoción de su disco, “Mentalize” en este caso, cosa que no ocurriera con “Time to Be Free”, cuando tuvo que quedarse, a su pesar, al margen de cualquier colaboración con el proyecto de Tobias Sammet. Las cosas en esta ocasión son distintas como decimos, y el resultado también lo es. Si “Time to be Free” destacaba por su frescura, aires de libertad y buen gusto al fusionar heavy y power, por la capacidad que tenía de transmitir positivismo de una forma casi exquisita, “Mentalize” camina más hacia otros derroteros. El disco por supuesto no deja de ser ANDRÉ MATOS, pero camina más hacia terrenos más oscuros. El título ya en sí nos evoca introspección, un ejercicio de reflexión que casi necesariamente nos evoca temas más elaborados, menos exageradamente positivistas y más “oscuros”, aunque no sé si esa es la palabra adecuada.

Lo que decimos se hace evidente para empezar en la enigmática portada, pero también en ese “Leading On”, que abre el disco y nos lleva por pasajes oscuros, intros y donde las guitarras son inusualmente pesadas, así como la voz y melodías de André más oscuras de lo habitual, más si las comparamos con las de “Time to Be Free” en su inicio. Con partes también para las bases típicamente power metaleras, el tema se vuelve heavy, con coros incluídos. Quizá “mística” sea una palabra más apropiada para definir a la canción.

Si hay algo que abunda en “Mentalize” son los temas lentos / a medio tiempo / con partes lentas. De ello “I Will Return” tiene mucho, corte con aires heavy / rock melodic y como decimos muchos momentos de pausa. “Back To You”, baladón, es un ejemplo evidente, pero es que no es la única balada del disco. “A Lapse in Time” es más la balada de corte clásica, rollo EDGUY y con piano y voz, muy bonita.  Del resto destacar temas tan rematadamente raros como “Someone Else”, con un poquito de todo y rallando el progresivismo, o la clasicista “Power Stream”, probablemente el tema con más reminiscencias a la etapa ANGRA de todo el disco. Huelga destacar el grandísimo trabajo que realizan a los instrumentos TODOS y cada uno de los músicos, sin individualizar ni ánimos de menospreciar a ninguno. Ya puede estar enormemente orgulloso André de los músicos que le acompañan.

Sin insistir en la misma fórmula que tan buen resultado le diera hace tres años, ANDRÉ MATOS ha conseguido cuajar un muy buen disco apto para cualquier fan del heavy metal que se precie. Con multitud de pasajes intimistas pero sin caer en la predominancia de partes “lentorras”, Matos nos descubre su lado más meditabundo sin darle la espalda al heavy metal con el que creció, demostrando que para crear sensación de oscuridad y reflexión no es necesario a veces afinaciones graves, millones de intros o tecladitos melancólicos. Él lo consigue con muy poco, y el resultado es variadísimo a la vez que bueno.