Paradise Lost: Medusa

Desconocemos si Mackintosh se ha traído la mala uva de su proyecto Vallenfyre, o si Nick Holmes le ha cogido el gusto a las voces quebradas de Bloodbath, pero este álbum es negro sobre negro.

Ignoro si pitopausia musical es un término que exista, pero nos sirve para ilustrar la sensación que nos deja este nuevo “Medusa”. Pero es que la manida declaración de “vuelta a las raíces” de un sin fin de bandas, que ven cómo sus experimentos no les lleva a ningún lado llegados a un punto, se queda corto en este caso. Los británicos no han vuelto a sus principios. No es tan sencillo. ¡Han reventado sus inicios musicales! Porque, digámoslo así, “Medusa” es el disco más cafre, oscuro y con más mala leche que han parido desde “Gothic”.

Desconocemos si Mackintosh se ha traído la mala uva de su proyecto Vallenfyre, o si Nick Holmes le ha cogido el gusto a las voces quebradas de Bloodbath, pero este álbum es negro sobre negro. Muchos dirán que el renacimiento de su brutalidad ya se hacía patente en otros anteriores trabajos. Sí, por supuesto. Desde “In Requiem” hasta ahora, temas como “Beneath Broken Earth” de su anterior “The Plague Within” sin ir más lejos, dejaba en evidencia su regreso a los sonidos más extremos. Pero en “Medusa”, además de elevarlo a otro nivel, todo es más depurado.

El tema de inicio, “Fearless Sky”, es música de ultratumba. Denso, lento, con pies de plomo, y con ganas de arrancarte las entrañas. Un peso muerto que se levanta con “Gods Of Ancient”. Más caña burra y unas guitarras crudas que tornas a hirientes, muy marca de la casa, pero que no se hacen tan palpables como en “Blood And Chaos”, que podría haber estado incluido en “Icon” o incluso “Draconian Times” sin problemas. Aunque lo que predomina en este trabajo es la sobriedad y los ritmos machacantes como en “Until The Grave”; una de las mejores de todo el listado, ya que recopila todas las bondades de los de Yorkshire en la actualidad. Que no son pocas.

Tampoco se desmerece nuestra atención “The Longest Winter”. Como su título nos deja adivinar, prepárense para otra descarga de alegría y ganas de vivir de no te menees. Es el ejemplo perfecto si quisiéramos ponerle banda sonora al término doom metal, con una cavernosa voz de Holmes que llega a hipnotizar. La intensidad está presente en “No Passage Of The Death”, y en “Shrines” destapan la esencia más melancólica de todo este trabajo, sin dejar de lado unos gruñidos vocales para lograr unos enormes juegos de claro-oscuros muy personales.

No hace falta seguir nombrando canciones ni dar más explicaciones, para dejar bien claro que Paradise Lost han grabado uno de los mejores trabajos de su carrera. Es un claro compendio de caracteres pasados, presentes y futuros que los hacen reyes y señores de las bandas de su misma calaña. “Host” y “Believe In Nothing” son dos trabajos que forman parte de una historia que, aunque parezca difícil de creer, tuviera a los mismos protagonistas. Ya se sabe; para seguir el camino, hay que caerse y volver a levantarse. Una y mil veces. Y a día de hoy, el centro y la corona del doom metal, tienen un claro dueño.