MaYaN: Dhyana

Este ambicioso proyecto vió la luz en 2010, cuando varios miembros de Epica y otras agrupaciones tuvieron la idea de crear nueva música fuera de sus bandas principales. Tras 8 años de trabajo la banda publica 'Dhyana', su tercer álbum y a continuación te lo resume Olga Vidal.

Disponible desde el 21 de septiembre vía Nuclear Blast, el nuevo trabajo de la banda de Mark Jansen muestra una calidad excepcional gracias a la colaboración de un elenco de músicos de lujo. Comenzaron su andadura discográfica con ‘Quarterpast’ (2011), que no ha pasado en absoluto desapercibido tras su publicación, con un gran recibimiento por parte del público y la crítica. Su segundo álbum, ‘Antagonise’ (2014), va todavía un paso más allá, aunque la formación de la banda todavía no estaba afianzada. Actualmente, con ‘Dhyana’ (2018), han puesto toda la carne en el asador para demostrar de lo que son capaces.

Por si este lanzamiento fuera poco, también presentarán un EP llamado ‘Undercurrent’, que incluirá tres canciones que no han podido ser añadidas en ‘Dhyana’ para no ampliar demasiado la duración total del álbum, más una nueva versión de la canción «Insano», cantada por Laura y Marcela, las dos vocalistas femeninas. Además, 2019 será el año de MaYaN. El propio Jansen ha confirmado que, dado que será un año tranquilo para Epica (su banda principal), MaYaN tendrá más ocasiones para promocionar su nuevo álbum. A todo ello se suma un elenco de músicos ya fijos en la banda que logran subirla a un nuevo nivel en calidad sonora.

Conociendo las entrañas de MaYaN

El estilo musical del grupo es complejo y lleno de matices. Con algunas influencias de sus bandas principales, suman su estilo personal para crear un sonido nuevo. Con MaYaN – Dhyana, han llevado el metal sinfónico a un nuevo nivel gracias a la colaboración de la orquesta de Praga, que ha participado con la banda gracias a una exitosa campaña de crowdfunding. Con respecto a sus letras, la banda nunca ha tenido pelos en la lengua. Han recibido acusaciones de conspiranoicos, así como críticas positivas, pero a ellos no les preocupa. Además, gracias al elevado número de vocalistas con los que cuenta la banda, pueden componer letras en varios idiomas, más concretamente en inglés, italiano y español, aportando una riqueza única a las canciones.

Actualmente, algunos de los miembros que antes eran colaboradores ya son parte oficial de la banda, participando incluso en el proceso de composición del álbum. Uno de ellos es el grunter George Oosthoek, que pertenecía a la banda Orphanage. También cuentan

actualmente con el vocalista melódico, Adam Denlinger, que participaba como refuerzo anteriormente. Otro fichaje ha sido el bajista Roel Käller, que aporta su toque personal con su preparación especializada en jazz. A mayores de todas estas incorporaciones, la vocalista Marcela Bovio pasa también a ser un miembro oficial de la banda, contando con más protagonismo que en el álbum anterior. También han contado con la ayuda del productor Joost van den Broek en la composición de los arreglos y la grabación del álbum, con un papel vital en la creación de ‘Dhyana’ (MaYaN) que la banda agradece profundamente.

La magia de MaYaN – Dhyana

Comienza el álbum con la pieza de 7 minutos, «The Rhythm of Freedom», donde ya se aprecia la importante presencia orquestal desde el primer momento. A pesar de ello, arrancan también a golpe de metal y guturales, para mostrar rápidamente todo el potencial vocal de la banda combinándolos con voces melódicas, principalmente masculinas. Gracias a los arreglos orquestales combinados con su veloz melodía de metal, se crea una atmósfera oscura y envolvente a lo largo de toda la canción.

Ese increíble temazo de arranque da paso a «Tornado of Thoughts – I don’t think therefore I am». Combina también a la perfección la potencia del metal y la parte sinfónica gracias a la orquesta, con un resultado de lo más original gracias también al gran trabajo vocal y coral de la canción (destacando especialmente el trabajo de las coristas femeninas). Brillan de nuevo las vocalistas femeninas en «Saints Don’t Die», que comienza suave y melódica para terminar con una intensidad brutal retomando el protagonismo los guturales y el metal. La duración de la canción también permite pequeños momentos melódicos en medio de la tralla que son pura magia.

Llega el turno de la canción que da nombre al álbum, «Dhyana». Se trata de una canción muy especial, con instrumental acústica y protagonizada por las preciosas y potentes voces de Laura y Marcela, que nos ilustran con una letra en italiano y español.

Con «Rebirth from Despair» retoman el formato de duración más extensa y recuperan la distorsión y los ritmos veloces a golpe de guturales y puro ambiente de oscuridad. Las voces melódicas femeninas cuentan con presencia de nuevo, aportando mucha personalidad a la canción, así como los arreglos orquestales presentes a lo largo del tema.

Calidad hasta el final en ‘Dhyana’ (MaYaN)

Llegando al ecuador del álbum, tras una primera mitad magistral, encontramos «The Power Process». Comienza suave, de nuevo de la mano de las talentosas voces femeninas. Va cogiendo fuerza, pero se mantiene principalmente melódica a lo largo de 5 intensos minutos. Para más deleite, la canción incluye un breve pero fantástico sólo de guitarra. A continuación, llega el turno de «The Illusory Self». Se trata de casi 10 minutos de variaciones instrumentales, rítmicas y una combinación de todo tipo de voces que da como resultado la canción más completa y completa del álbum. Combinando partes melódicas con más cañeras, voces femeninas y masculinas y melódicas con guturales, el resultado es impresionante.

Tras esa increíble demostración de talento llega «Satori», canción puramente melódica con una atmósfera muy especial. La participación de las voces es impresionante, de nuevo gracias a las talentosas vocalistas femeninas de MaYaN. Acercándonos al final del álbum encontramos «Maya – The Veil of Delusion», que retoma la garra metalera con fuerza e intensidad. De nuevo se combina magistralmente con los arreglos de la orquesta de Praga, con un resultado brutal. Vuelve la oscuridad con la atmósfera envolvente de la cañera «The Flaming Rage of God». A pesar de su velocidad e intensidad, sus toques melódicos la hacen impredecible y diferente.

Casi en el final del álbum, la calidad no desciende en absoluto. Además, gracias a la cantidad de variaciones en cada canción y el increíble talento de todos los miembros de MaYaN, el álbum no resulta repetitivo pese a su duración, sino que se disfruta de principio a fin. Se despiden finalmente con «Set Me Free», que cuenta con una personalidad muy distintiva, abandonando los ritmos veloces para jugar con la intensidad y las voces y despedir de forma original un álbum de sobresaliente.