Myrkur: Mareridt
No es el álbum más apropiado para escuchar y animarte antes de irte de cañas con los colegas, pero lo dicho, no por ello hay que restarle importancia a la labor artística de Amalie Bruun. Quien no arriesga, no gana.
Si después de escuchar este “Mareridt”, alguien tiene los santísimos de usar el término black metal, está bastante equivocado. MYRKUR, la criatura monstruosa de la cantante danesa Amalie Bruun, vuelve a sorprendernos con esta entrega, pese a que su anterior “M” parecía marcarnos los parámetros de su estilo. Pero la subestimamos. No se puede enjaular a las bestias salvajes. Que quede claro desde un principio: Las guitarras eléctricas están prácticamente ausentes en esta nueva entrega. Eso sí; la oscuridad y el tenebrismo, no. Este disco es una montaña rusa de sensaciones, nos hace atravesar caminos negros, otros más claros, y la amplia gama sónica nos llega a confundir de forma constante. No lo ha puesto fácil la artista de Copenhague, y aunque nos pese, sus haters (que por desgracia, los tiene, y muchos) se estarán frotando las manos después de esta nueva entrega.
Aunque no vamos a entrar valorar si “Mareridt” es fiel o no a un estilo. Porque otra cosa no, pero sorpresas tiene a raudales. El riesgo compositivo tiene que ser visto como una virtud, aunque los resultados no sean los esperados. Si tuviéramos que elegir algunos temas que siguen la línea de las anteriores entregas, se resume en unas pocas canciones. “Måneblôt”, después de la intro al estilo canto gregoriano con el título de este trabajo, sí tiene esa mala ostia y voces del averno que tanto gustan a los seguidores de Myrkur. Sucia, desgarradora y renegrida. De corte más doom metal encontramos “Funeral”, toda una delicia auditiva en la que Bruun canta a dueto con la vocalista americana Chelsea Joy Wolfe. Y del mismo ramaje, encontramos “Ulvinde”, protagonista de vídeo clip, y que posiblemente sea de los mejores cortos del redondo a pesar de sonar más light y lenta de lo que muchos quisieran.
El resto del disco es un compendio de atmósferas folkies interpretadas en su mayoría por instrumentos de cuerdas que nos trasladan a paisajes oníricos fríos y húmedos. ¿Es metal? Para nada. ¿Es música de calidad? Sin lugar a dudas. “Crown” o “Gladiatrix” tienen el poder de hipnotizarnos, y servirían de perfecta banda sonora si queremos evadirnos por momentos de la realidad y viajar a terrenos inhabitados y solitarios. A pesar de que la tristeza y la melancolía sean los sentimientos que emane la voz de Brunn, llevándonos a un estado gris y triste. Aunque ya se sabe, a veces, la pena, es bella (artísticamente hablando).
Está claro que si buscas un disco coherente, de un estilo más o menos definido, tienes que alejarte rápidamente de “Mareridt”. No es el álbum más apropiado para escuchar y animarte antes de irte de cañas con los colegas, pero lo dicho, no por ello hay que restarle importancia a la labor artística de Amalie Bruun. Quien no arriesga, no gana. Y por cierto, premio para quien adivine si la voz narrada de “Børnehjem”, con la que se cierra el disco, es un niño en pleno exorcismo, un personaje de Star Wars o un gnomo endiablado. It’s creepy!
Grupo:Myrkur
Discográfica:Relapse Records
Puntuación:6
Canciones:
- Mareridt
- Måneblôt
- The Serpent
- Crown
- Elleskudt
- De Tre Piker
- Funeral
- Ulvinde
- Gladiatrix
- Kætteren
- Børnehjem
Votación de los lectores:5
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