Mantar: The Modern Art Of Setting Ablaze

No, quizás una banda como Mantar y un álbum como “The Modern Art Of Setting Ablaze” no sean para todos los públicos del extenso universo del metal, pero es una notable propuesta para todos aquellos de mentalidad más abierta, amantes de géneros dispares pero afines al rock, o que sencillamente disfruten de otros grupos como Kvelertak o Mastodon, por citar tan solo un par de ejemplos.

La fusión de estilos y géneros musicales de vez en cuando permite una frescura y una nota de color que se agradece en una industria que en ocasiones está excesivamente encorsetada en sus propios parámetros. Y ahí nacen propuestas como la de los alemanes Mantar. Un duo que no necesitan florituras ni adornos innecesarios para mostrarnos la parte más cruda y primaria del rock y del metal. En sus composiciones se pueden apreciar influencias que van del black al punk, de Darkthrone a Motörhead, y quizás ahí resida principalmente su atractivo.

No hay dos sin tres

Con apenas un par de discos a sus espaldas, “Death by Burning” y “Ode to the Flame”, vuelven a su cita ineludible en la que cada dos años nos traen un nuevo trabajo. “The Modern Art of Setting Ablaze” es pues su tercera obra con la que Hanno Klänhardt y Erinç Sakarya siguen dando muestras de su talento.

Con la introductoria y atmosférica “The Knowing” entramos en acción al compás de “Age of the Absurd”, tema que fue elegido como primer single del álbum. Esa tensa calma de su arranque pronto dará paso a la agresividad y a la velocidad sonora rubricada por la oscura tonalidad de la voz de Hanno.

Los riffs de espíritu más punk convergen en “Seek + Forget”, su nuevo sencillo, un corte mucho más guitarrero que su predecesor con un protagonismo total de las seis cuerdas. Más experimental resulta “Taurus”, de ritmos y pasajes de lo más variado alejándose de los parámetros más comerciales del género.

Quizás sus momentos más siniestros pero de cierto ambiente melancólico los firmen en “Midgard Serpent (Seasons of Failure)”, con posiblemente uno de sus mejores, sino más pegadizos, estribillos. Recuperan velocidad e intensidad con “Dynasty of Nails”, gracias especialmente al ágil compás que se marca Erinç a la batería. Siguen el mismo camino en “Eternal Return” con la que por momentos me recuerdan a la mejor versión de Sepultura y Max Cavalera, con una rabia y energía en la que las voces de sus dos músicos imprimen todo el carácter. No dejan de sorprendernos con “Obey the Obscene”, en la que nuevamente vuelven a sonar directos, crudos y tremendamente rítmicos.

El compás machacón y contundente de “Anti Eternia” nos empuja al headbanging más primitivo, dejándonos tan solo cierto margen de descanso en su más pausado estribillo. Más lenta pero igual de solida suena “The Formation of the Night”, que deja claros síntomas de cual es la propuesta del dúo, creando atmósferas que nos acercan irremediablemente hacia las tinieblas de su sonoridad.

Artes modernos del metal

Esa influencia más netamente rockera fluye como nunca antes en el siguiente corte, “Teeth of the Sea”, peligrosamente adictivo y bailón, para que nos vamos a engañar. Y como cierre del disco encontramos “The Funeral”, su composición más extensa del mismo en la que convergen su faceta más oscura y densa que tan bien representan esas muestras de influencias del doom, el black o el sludge.

No, quizás Mantar – The Modern Art of Setting Ablaze no sean para todos los públicos del extenso universo del metal, pero es una notable propuesta para todos aquellos de mentalidad más abierta, amantes de géneros dispares pero afines al rock, o que sencillamente disfruten de otros grupos como Kvelertak o Mastodon, por citar tan solo un par de ejemplos.