Parece que Soen va encontrando su estilo y va definiendo su propuesta alejándose de Tool y ofreciendo su disco más propio y quizá el mejor de los tres. Melancolía, tristeza y atmósferas con complejidad de estructuras, pero sin perder el norte en cuanto a composición. Hay muchos dejes a A Perfect Circle, a los actuales Katatonia y los juegos de coros toman un gran protagonismo con momentos de mucha belleza.

Puede que el término superbanda esté sobreexplotado y conlleve una presión excesiva sobre los susodichos. La prueba está en que la mayoría de etas agrupaciones estelares no suelen funcionar ya que la expectativa hace mucho y uno/a espera demasiado. Les llovieron halagos pero también palos a Soen, la banda del exbatería de Opeth Martin Lopez, y les encasillaron como intento de clonar a Tool. En parte fue así, per estaba claro que la vena Opeth tenía que hacerse carne así como buscar un sonido más personal y propio. Tras tres discos lo han conseguido y “Lykaia” ha hecho que enseñen los dientes a pesar de que han derivado por los senderos transitados por Katatonia y A Perfect Circle. Todo gira en torno a la licantropía y a una fiesta ancestral griega y hay momentos realmente bellos y temas que enganchan.

Ya en “Sectarian” se marcan las directrices por las que deambularán. Gran tema con la voz de Joel Ekelöf siendo tratada como un instrumento más, sin buscar protagonismo, sonando algo plana pero perfecta para lo que pretende el combo. Gran estribillo y ritmos intrincados que se acentuarán en “Orison”, con crescendos y voces dobladas arropando las atmósferas tristes y a veces agónicas. Son temas largos y trabajados en los que la guitarra de Marcus Jidell y con interludio más lento que recuerda a Leprous en el que Martin juega con la campanita de los platos. En “Lucidity” las influencias de Pink Floyd están más que presentes consiguiendo uno de los mejores momentos del disco. Impresionantes coros y una suavidad sónica bañada en tristeza con un Ekelöf muy sentimental. En “Opal”, el otro single, hay mucha más presencia de las guitarras siendo bastante más contundente que la anterior y con un papel primordial de las voces.

Las pulsaciones bajan en “Jinn”, tema templado con el presente bajo de Stefan Stenberg y con esa batería tan real y acústica de Martin. La verdad es que percusiones y batería suenan a gloria a lo largo del disco, y el tema contiene un cierto aroma arábigo en el interludio, siendo el corte que más se aproxima a Tool. En “Sister” planea la sombre de Opeth tirando directamente de metal progresivo pero sin grandes velocidades. El tramo final es de lo más inspirado empezando por “Stray” con una línea vocal con mucha épica arropada por mucha contundencia, fuerza y con un riff muy definido. En “Paragon” hay sensación de espacios abiertos con una guitarra 100% Pink Floyd. Delicadeza y atmósfera cambiante en la que el grupo se acerca a Anathema con muy buenas maneras y con un final eléctrico y duro a ritmo de doom metal. Finalizan con “God’s Acre”, posiblemente lo más melódico y accesible de la obra. Una forma elegante de cerrar con un tema inspirado que sube hasta los ocho minutos y tirando otra vez de melancolía y con un Joel demostrando que es el cantante perfecto para Soen. Juegos de intensidades y texturas

Parece que Soen va encontrando su estilo y va definiendo su propuesta alejándose de Tool y ofreciendo su disco más propio y quizá el mejor de los tres. Melancolía, tristeza y atmósferas con complejidad de estructuras, pero sin perder el norte en cuanto a composición. Hay muchos dejes a A Perfect Circle, a los actuales Katatonia y los juegos de coros toman un gran protagonismo con momentos de mucha belleza. La presentación en digipack es preciosa al igual que la portada y el producto final es bueno aunque quizá les falten varios pasos todavía para jugar entre los grandes del progresivo.

Grupo:Soen

Discográfica:UDR

Puntuación:7

Canciones:

  1. Sectarian
  2. Orison
  3. Lucidity
  4. Opal
  5. Jinn
  6. Sister
  7. Stray
  8. Paragon
  9. God's Acre

Año:2017-03-12

Votación de los lectores:5