Lou Reed And Metallica: Lulu
Creo que nunca me he visto en la situación de estar escribiendo una review, sabiendo que ponga lo que ponga, van a llover palos tanto para el disco como para un servidor. Hace unas semanas una entrada de mi blog en esta web advertía que hasta el momento de escuchar ‘Lulu’ al completo, no me haría una idea de él. Desde entonces he leído cientos y cientos de comentarios, casi todos en la onda ‘la basura del año’, ‘el chiste de METALLICA», ‘una bazofia’ y otras lindezas que no reproduciré; no ayudó el hecho de que el adelanto de ‘The View’ mostrara este proyecto como algo bastante monótono.
Pero yo, quizá ingenuo, no quería caer en el error que veía en mucha gente, no ya solo el hecho de juzgar algo sin haberlo escuchado solo en base a una canción, sino el hecho de que mi cabeza pensara ‘esto es una mierda’ cada vez que leía algo relacionado con ello; eso no hace otra cosa que, llegado el momento, afirmar categóricamente la idea que tenías en la mente. Si digo que este disco no vale para nada, muchos opinarán lo mismo, y otros dirán que mi mentalidad cerrada no me permite escucharlo como se merece; si por el contrario intento reflejar como debería ser entendido ‘Lulu’, muchas más voces saldrán en contra. Si hasta me han llegado a citar como argumentos su artwork para decir que esto apesta; normal si no conoces a Anton Corbijn ni la historia que hay detrás del disco, iluminado…
¿Qué en principio podía parecer que ambas partes no encajaban? Es posible. El proceso simplificado fue el siguiente: Lou llega con su obra escrita (tanto letras como música), y se la propone al grupo; este acepta, pero en vez de regrabar las demos de Reed como tal, añade algunos arreglos de cosecha propia. Todo nace de su colaboración para el ingreso de METALLICA en el Rock and Roll Hall of Fame; una idea concebida para una producción teatral en Berlín, inspirada en ‘Earth Spirit’ y ‘Pandora’s Box’, del escritor alemán Frank Wededkind, que cuenta la historia sobre los abusos y relaciones de una joven bailarina. En definitiva: los juegos de Lulu. Ese es el dato que casi todo el público ha dejado pasar por alto, que esto no es un disco de METALLICA, ni pretende serlo, como ellos mismos han declarado (además de estar trabajando ya en la continuación de ‘Death Magnetic’). Quien no haya querido entenderlo así es su problema, que no cuesta nada informarse de ello… pero aún menos cuesta entenderlo como a uno le da la gana. Lo que está claro, es que es la excusa perfecta para que los detractores del grupo carguen contra ellos, aunque no sea un trabajo más en su discografía, cuando en realidad todo el mundo mataría por estar en su situación: la de estar en una posición de hacer lo que les sale de cierta parte de su cuerpo, sin importar el ‘qué dirán’. Si este disco lo hubiera grabado unos músicos de sesión contratados no hubiera pasado nada; pero parece que hay gente que no puede grabar ciertas cosas, o que está mal visto.
Tratando sobre la temática mencionada, es lógico escucharlo entendiendo la historia; normal que Lou Reed se muestre como narrador, en ocasiones dramático, en otras predicador, que nos cuenta los juegos de Lulu (que por otro lado, es la manera de ‘cantar’ de Reed), por lo que hay que atender más que en otras ocasiones a las letras. De hecho, el comienzo de ‘Brandenburg Gate’ es en esa onda, Reed recitando hasta que el tema rompe con aires de grandeza cuando entra la distorsión y la voz de James Hetfield, para quedarse en un segundo plano (algo repetitivo) ante los versos de Lou. Al menos aquí el contraste de ambos registros encaja mejor que en ‘The View’, que es la canción que sigue, y a mi modo de ver la más floja y pesada de la primera parte del álbum.
Con ‘Pumping Blood’ la cosa sigue igual de machacona que el tema que la precede, pero la pesadez da paso al dramatismo, intentando crear tensión con unas letras más duras… pero cayendo de nuevo en la repetición durante sus dos primeros minutos. Se podría decir que está dividida en tres partes; tras esa primera, una segunda donde Reed va a lo suyo, sin apenas música, y una final donde la tensión aumenta hasta rozar la agonía. El asunto sigue mejorando con ‘Mistress Dread’, con un comienzo más acelerado, y prolongando la sensación de exaltación que nos dejaba el anterior corte; musicalmente, es una de las que más podría recordar al grupo original que aquí hace de banda de acompañamiento. Las revoluciones bajan considerablemente con ‘Iced Honey’, en uno de los temas que suena de manera más natural, haciendo que su escucha se produzca de una manera más sencilla, ayudando el hecho de la nueva aparición de Hetfield a las voces. No me quito de mis pensamientos que habiendo canciones como esta (más corta y directa) o alguna de las ya repasadas, optaran por ‘The View’ como presentación de ‘Lulu’.
Cerrando el primer disco se encuentra ‘Cheat On Me’, de once minutos de duración, y que empieza como si de un interludio musical ambiental se tratara, para según entra Reed ir ganando en fuerza, apareciendo de nuevo Hetfield, y siendo otro de los cortes donde mejor ensambla el contraste de sus voces, reflejando el dolor de lo que cuentan. Ese lamento crea el inicio del segundo compacto, ‘Frustration’, donde de nuevo encontramos música pesada para transmitir el sentimiento de su título, pero cuya escucha se hace muy complicada llegado un momento, donde eso parece una jam de Lou con la batería de Lars Ulrich, por mucho que intente reflejar ciertas cosas con lo que recita en ese momento, con la frustración, odio, amor, ganas de matar… hasta que cerca del final la canción pega un cambio de ritmo inesperado, intensificando el estado del narrador. Sumido en la pena, ‘Little Dog’ se muestra más oscura y decadente, con Reed hablando sobre una serie de arreglos sin alardes y bastante comedidos y simples. La densidad de este segundo disco aumenta al comienzo de ‘Dragon’, aunque se cambia cuando vuelve a entrar METALLICA acompañando durante casi ocho minutos, repitiendo el mismo ritmo sin apenas variaciones ni arreglos de fondo. Cierra la famosa ‘Junior Dad’, el tema que hizo llorar a Kirk Hammet en estudio por su letra y ante la cercana muerte de su padre. Una manera más íntima y tranquila de terminar, sin sonar tan reiterativos, y si más cercanos, a modo de reflexión de todo lo escuchado anteriormente… pero de nuevo caen en otro error, el de alargar (a mi modo de ver) de manera innecesaria el tema hasta rozar los veinte minutos, cuando a la mitad perfectamente podría estar concluido.
La escucha de los cuatro cortes que forman parte del segundo compacto se llegan a hacer algo pesadas, pero sobre todo muy largas. Tres cuartos de hora para cuatro canciones que se mueven en un estilo difícil de catalogar es demasiado tiempo; más si repiten estructura en muchos pasajes y consiguen hacerse repetitivas.
Aquí lo de menos es la nota (en el fondo nunca me ha importado el numerito que pongo a cada disco, por mucho que haya gente que se quede solo en él), ni lo que yo pueda opinar, ni lo que opinen los que ni se han molestado en escucharlo. El problema para ‘Lulu’ era el que mencionaba al principio: el haberse hecho una idea equivocada de él desde la primera vez que salió la noticia. Si vas pensando a la hora de escuchar algo ‘es una mierda’, tranquilo, que (al menos para ti) lo será. Y si has leído cientos de comentarios al respecto dejándote influenciar por ellos sin dar siquiera una oportunidad, también será una mierda. ‘Lulu’ no es ninguna maravilla, pero no es la bazofia que otros se empeñan en vender. Cuanto menos es curioso, con algo de calidad en el primer disco, y apenas en el segundo; la duración de algunos temas, pero sobre todo la repetición de estructuras y ritmos es el lastre que hace más complicada su escucha.
Varo ( varo@themetalcircus.com )
Grupo:Lou Reed And Metallica
Discográfica:Warner-Vertigo
Puntuación:6
Canciones:
- Brandenburg Gate
- The View
- Pumping Blood
- Mistress Dread
- Iced Honey
- Cheat On Me
- Frustration
- Little Dog
- Dragon
- Junior Dad
Año:2011
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