Delain: Lucidity

Érase una vez el teclista de Within Temptation, un tipo majo y apuesto que responde al nombre de Martijn Westerholt. Martjin tocaba con la ahora conocidísima banda holandesa en la época en la que estos comenzaban a hacerse un hueco en la escena europea, esos momentos en los cuales hay que efectuar el trabajo más sucio de todos y con una décima parte del reconocimiento del público. Pero las cosas no iban a ser fáciles para el bueno de Martin, quien caería víctima de una enfermedad crónica a una edad muy temprana y se vería obligado a abandonar a Within Temptation justo cuando la banda estaba a poco menos de tres años de conseguir el éxito másivo propiciado por el single “Stand My Ground”. Martijn no se rindió y en cuanto se vió con las fuerzas necesarias para volver a la actividad lo hizo creando un proyecto desde cero: DELAIN. Se trata de una nueva banda holandesa, en la onda de WITHIN TEMPTATION –curiosamente- , EPICA y AFTER FOREVER, como era de prever. Nada nuevo en ese sentido. La vocalista es una señorita de voz delicada y bien cultivada que responde al nombre de Charlotte Wessels, aunque en determinadas canciones colabora la propia Sharon Den Adel de WITHIN TEMPTATION, Marco Hietala de NIGHTWISH y Liv Kristine de LEAVES EYES.  Nada del otro mundo, excepto que en este caso tenemos una clásica pegatina en la portada del CD anunciando dichas colaboraciones como argumento de venta.

“Lucidity”, que así se llama el disco, está compuesto once canciones de buen metal-pop-gótico-atmosférico a la holandesa, donde la voz femenina es el vehículo principal y los teclados su conductor. El seguro del vehículo viene en forma de colección de melodías mil veces escuchadas y re-escuchadas pero alteradas lo suficientes como para ser revendidas como disco nuevo. No es para nada un mal disco, en absoluto. Simplemente es…demasiado familiar. No obstante, el principal single del disco, “Frozen”, es una buena elección, porque es endiabladamente pegadizo. A parte de eso, poco más. Hay retazos de bondad en “Shattered”, donde la voz de Wessels brilla con luz propia o “A Day For Ghosts” donde Marco Hietala y Liv Kristine comparten tareas.

La palabra no es aburrido…simplemente reiterativo. Esperemos a un segundo disco para dar un veredicto más objetivo.