Lovebites: Clockwork Immortality
Que Japón nunca dejará de sorprendernos, es un hecho. Que de allí salen bandas y músicos que quitan el aliento, es otro. La ventaja añadida por la originalidad y excentricidad de sus artistas es un plus que hace que surjan agrupaciones de lo más interesantes que llegan en muy poco tiempo al foco mediático.
En cuestión de un par de años, Lovebites lo ha logrado. ¿El motivo? El gran talento y originalidad que desprenden. Lovebites es una agrupación femenina que perfectamente podría pasar por una banda de j-pop por su estética cuidada y la dulzura que transmiten sus integrantes. Nada más lejos de la realidad. Lo que esta banda ofrece es un heavy metal clásico con toques power de lo más potentes, con ese aura personal propio de su tierra (de la que salen bandas impresionantes dentro de este género), impresionantes solos de guitarra y unas composiciones que nada tienen que envidiar a bandas con carreras más extensas.
Nueva promesa nipona
En sus escasos 3 años de actividad, ya tienen en el mercado dos EP (‘The Lovebites EP’ y ‘Battle Against Damnation’) y dos LP (‘Awakening from Abyss’ y ‘Clockwork Immortality’). Con su último álbum, Lovebites – Clockwork Immortality, se posicionan como una gran promesa del heavy metal, no solo en su Japón natal, sino también fuera de sus fronteras. Gracias a sus múltiples influencias, donde destacan varios nombres clásicos como Iron Maiden o Rage, y otras bandas más potentes como Pantera o Anthrax, forman un conjunto sonoro poderoso y personal.
La banda de Miho (bajo), Haruna (batería), Midori (guitarra), Miyako (guitarra) y Asami (voz) viene fuerte, y viene para quedarse. Gracias a su música, han llamado la atención de la audiencia fuera de su Japón natal en sus escasos años de carrera, dándoles la oportunidad de tocar en otras partes del mundo, cumpliendo una de sus grandes ilusiones: llevar su música fuera de su tierra.
La clase del heavy y la fuerza del power
Con un estilo único, mezclando el sonido clásico del heavy metal y la potencia del power, todo el álbum es una muestra de maestría musical y autenticidad fruto de su estilo e influencias personales. Con una voz que se sale de los convencionales agudos a los que nos tiene acostumbrados este género, con un estilo que recuerda a la potencia vocal de la música popular japonesa, puede sonar poco convencional, pero se trata igualmente de todo un acierto.
Con la ayuda de los coros de sus compañeras, Asami muestra un rango vocal completo y de lo más apto para lo que la música de la banda requiere. Estupendamente bien acompañada por dos guitarras magníficas, que cantan juntas con una armonía adictiva, una batería potente que no baja la intensidad y un bajo poco presente pero vital en esa base instrumental que acompaña a los impresionantes solos de guitarra, la combinación sonora total de la banda es impresionante. ‘Clockwork Immortality’ es, sin lugar a dudas, toda una demostración de potencial y talento.
Despegan este potente álbum con la pegadiza «Addicted», a la cual el nombre le viene al pelo por su sonido adictivo y un estribillo que se te quedará en la cabeza. Con un estilo simple, pero de lo más efectivo, comienza sacando la artillería pesada con un buen arsenal de solos de guitarra y melodías vocales complejas. Continúan con la veloz pero melódica «Pledge of the Saviour», donde la melodía vocal es más convencional y el sonido general es clásico, pero igualmente pegadizo.
Las melodías de las guitarras derrochan personalidad nipona combinada con sus influencias occidentales, con un resultado que suena familiar, pero original al mismo tiempo. A continuación nos traen toda la fuerza y musicalidad del power con «Rising». Con una batería incombustible, unas melodías de guitarra de lo más melódicas (incluido un solo a dos voces que muestra un talento brutal desde una aparente sencillez) y momentos más tranquilos combinados con otros que son pura potencia, se trata de una canción donde vuelven a destacar todos los elementos musicales de la banda demostrando de lo que son capaces.
Innovación desde bases clásicas
Con melodías de guitarra clásicas combinadas con una melodía vocal más actual, llega «Empty Daydream», con esa extraña pero mágica mezcla que resulta en un sonido muy personal. Se trata de una canción más alejada del metal que las anteriores, donde se aprecian sus influencias más alejadas de la música más extrema, dando un toque de variedad al álbum. Esas melodías de guitarra clásicas se modernizan a lo largo de la canción con un solo que va evolucionando hasta derrochar toda la potencia que le faltaba al resto de la canción.
Continúan el álbum con «Mastermind 01», más actual y cañera, sin perder esa esencia clásica que transmiten las guitarras en todo momento y una base rítmica incansable. A tope de potencia llega «M.D.O.», con un ritmo frenético y adictivo, retomando una brutalidad power acompañada de unas melodías vocales que encajan como anillo al dedo dentro de esa potente base musical.
Más melódica y actual suena «Journey to the Otherside», con un toque más gamberro y moderno sin perder esa esencia de la banda. Retoman con esta canción las influencias más genéricas sin abandonar su base metalera con pequeños elementos que le dan esa personalidad tan característica que expresan. Sin embargo, con los solos de guitarra demuestran que el heavy nunca desaparece incluso cuando sus canciones cuentan con elementos de géneros más populares.
Con una base similar pero elementos más melódicos, nos acercamos al final del álbum con «The Final Collision», la cual posee una melodía vocal de lo más destacable acompañando a una base rítmica más sencilla y melódica. La combinación puede parecer simple pero resulta en una canción potente y auténtica. Una fuerza brutal hace llegar casi del final con la canción «We the United». Probablemente, una de las piezas con un sonido más clásico y convencional del álbum, con un estilo que no falla por su ritmo frenético y una melodía vocal de lo más completa.
Cierran este fantástico y original álbum con «Epilogue», que comienza como una balada sencilla y emotiva, con la voz acompañada de un piano. Con sutiles notas de guitarra acústica acompañando a ratos, avanza tranquila y melódica, hasta que entran el resto de instrumentos pasando de ser una balada convencional a ser una balada metalera en toda regla. La melodía vocal comparte ahí el protagonismo con la guitarra, uniéndose en una pieza musical de lo más especial para despedir este original y destacable álbum.
Olga Vidal
Grupo:Lovebites
Discográfica:Arising Empire
Puntuación:9
Canciones:
- Addicted
- Pledge of the Saviour
- Rising
- Empty Daydream
- Mastermind 01
- M.D.O.
- Journey to the Otherside
- The Final Collision
- We the United
- Epilogue
Año:2018-12-05
Votación de los lectores:5
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