Long Distance Calling: Boundless

La banda alemana de post-rock Long Distance Calling regresa a su antiguo formato instrumental con 'Boundless', su último álbum.

Long Distance Calling no temen experimentar. A lo largo de doce años han publicado seis álbumes y dos EPs, además de probar diversos sonidos y formaciones sin miedo al fracaso. Quien no arriesga no gana, y ellos han ganado en repetidas ocasiones. Con ‘Boundless’, Long Distance Calling demuestran que no han perdido su esencia, incluso sin vocalista, y te lo cuenta detalladamente Olga Vidal.

Cantante o no cantante… esa es la cuestión

La banda de Münster (Alemania), acaba de publicar su sexto álbum de estudio. Con ‘Boundless’, demuestran una vez más que no necesitan vocalista. La banda es actualmente un cuarteto, como en otras ocasiones en el pasado. David Jordan y Florian Füntmann están a cargo de las guitarras, en el bajo cuentan con Jan Hoffmann, y en la batería con Janosch Rathmer.

No se identifican con el término post-rock, ya que les gusta evolucionar y no encasillarse. Todas las variaciones a lo largo de su carrera lo confirman. Arrancaron con el álbum ‘Satellite Bay’ (2007), y continuaron con ‘Avoid The Light’ (2009) y ‘Long Distance Calling’ (2011), todos sin vocalista, como banda de rock instrumental. En 2013, con la llegada de su cuarto álbum ‘The Flood Inside’ contaron con la presencia de Marsen Fischer como vocalista. Fue arriesgado, pero el resultado fue totalmente positivo para el público alemán.

Su siguiente álbum, ‘TRIPS’ (2016), sobre el cual hablamos The Metal Circus con Janosch Rathmer, repitió estrategia, pero con la sustitución de Fischer de la mano de Petter Carlsen. Sin embargo, el cantante se vio obligado poco después a abandonar la banda, así que han decidido retomar el formato instrumental, justo a tiempo para su décimo aniversario. Ha sido toda una vuelta a sus raíces. El resultado es ‘Boundless’, sin vocalista… Ni falta que les hace.

Vuelta al pasado con ‘Boundless’

Compuestos y sin cantante, Long Distance Calling presentan con orgullo su más reciente álbum. Comienza con «Out There», un viaje de casi diez minutos a unos sonidos variados y alternativos, con subidas y bajadas de intensidad que te atrapan con sus riffs, un bajo pesado y una batería inexistente en unos momentos y protagonista en otros. Con «Ascending» encontramos una canción más intensa y una base más rockera, jugando con distintos sonidos de guitarras en una atmósfera animada y única, fruto de un sonido que toma elementos clásicos y actuales.

Con el siguiente tema, «In The Clouds», nos elevan literalmente a las nubes. Con un sonido psicodélico, sin perder ese punto rockero clásico e incluso con tintes metaleros, crean una mezcla musical muy interesante. «Like A River» es más experimental, jugando con melodías que nos trasladan a una película del Viejo Oeste.

Pasan del buen rollo a la oscuridad con «The Far Side», que recuerda a esas melodías guitarreras del rock alternativo, con añadidos melódicos que le dan ese toque tan distinto a esta banda. Podrá tratarse de un cuarteto, pero toman ayuda de diversos recursos musicales para añadir sonidos muy variados que colaboran en la formación de sus canciones, y es un puntazo que lo hagan.

Vuelve el relax con «On The Verge», una canción lenta y tranquila que transmite buenas sensaciones. Similar, pero más especial e inesperada, es «Weightless», con la que retoman cambios rítmicos y agradables sorpresas sonoras. Y llegamos al final de esta aventura musical (que se ha hecho muy corta) con «Skydivers». Esta canción cuenta con un grado de intensidad mayor que las anteriores, retomando los riffs y un sonido pesado, por momentos incluso frenético. Deja, sin duda, con ganas de más. ¿Quién necesita cantante teniendo cuatro instrumentistas con tanta creatividad?