Girlschool: Legacy

Hay que hacer borrón y cuenta nueva con las Girlschool. Olvidar lo acaecido en Martorell y su estúpida decisión de no tocar para sus fans. Pero hay que tratar este disco de manera objetiva, olvidándonos de sus últimas acciones que no las dejan demasiado bien a los ojos de seguidores y de críticos. En fin, ya son muchos los años que llevan, 30 ni más ni menos, y de grupos de mujeres con esta trayectoria hay realmente pocos. El pasado año el caballero de la guadaña se nos llevó a Kelly Johnson, pero ellas son guerreras y, siempre desde el honor y el respeto, siguen manteniendo su espíritu en discos y conciertos.

Posiblemente este sea el disco soñado por ellas por eso de estar rodeadas por compañeros de fatigas y negocio, una especie de disco autohomenaje con rutilantes nombres como los de Lemmy, Dio, Phil Campbell (exMotörhead y Fastway), Tony Iommi o Eddie Ojeda (Twisted Sister). Pero desengañémonos, el ángel compositivo de estas chicas hace tiempo que voló, y si a este trabajo le quitas las colaboraciones en poco se queda. Hay buenos temas, cierto, pero no esperéis ese ataque de himno tras himno de sus inicios que siempre las caracterizó.

“Everything’s the Same” (con las cenizas de Kelly haciendo sonar unas maracas, por cierto, detalle entre enternecedor y escabroso) abre con muy buen pie el disco y mantiene todas esas características primigenias pero puestas al día. “Spend Spend Spend” podría funcionar como single, con esos coros infalibles y un estribillo trabajado y efectivo. En “Just Another Day” hay un bonito juego en los coros, y es que sus voces entremezcladas le dan a la banda ese plus de originalidad y distinción.

Pero en intentos de desviarse un poco de su hoja de ruta particular naufragan como es el caso de “Whole New World” o “Zeitgeist”. Mejoran las cosas en la pegadiza “Still Waters”. Qué bien que cantan Kim y Enid, de verdad que no pasan los años para ellas. Decir que la producción es perfecta y destaca especialmente la pegada de Denise Dufort, una de las piedras angulares de la formación. En “Don’t Mess Around” se acercan acertadamente a ese espíritu original de velocidad, melodías y muchos ovarios.

En cuanto a versiones y temas especiales encontramos una regrabación del clásico “Emergency” en la que han metido más sirenas de ambulancia que en la original y unos silbidos al final del estribillo. Hay un “I Spy” interesante con Dio y Toni Iommi en la guitarra y se han marcado una versión del “Metropolis” de los Mötor que ha quedado mucho más suavizada, pero meritoria. Lemmy siempre ha sido uno de los avaladores de estas chicas y su participación era obligada: “Don’t Talk to Me” va a satisfacer a todos aquellos que degustaron en su día ese cruce excepcional de bandas (Mötor y Girlschool) y que parieron esa maravilla titulada ST. VALENTINE DAYS MASSACRE. Posiblemente lo mejor de este disco juntamente con ese bonus track llamado “London”, excepcional.

Imprescindible para sus fans pero no especialmente recomendable para todos aquell@s que las desconozcan. Sus inicios son absolutamente imprescindibles, este disco es meritorio, curioso, interesante y hecho desde el cariño, pero muy lejos queda de sus grandes momentos. A pesar de los pesares son de esas bandas entrañables a las que uno les coge un cariño especial.